Albaola planea que la nao 'San Juan' transporte también mercancías a vela
La embarcación alternaría la función de barco-museo con la de llevar carga de un puerto a otro con el único impulso del viento
La nao 'San Juan', la réplica de la ballenera del siglo XVI que se construye en Pasaia, podría convertirse en una embarcación de transporte de mercancías a vela si los planes de Xabier Agote, el responsable de Albaola, llegan a buen puerto. Agote quiere aprovechar el tirón que ha empezado a experimentar el sector del transporte marítimo 'verde' para hacer de la 'San Juan' el buque insignia de una flotilla de pequeños mercantes impulsados por el viento capaces de llevar carga de un puerto a otro. «Ya hay empresas que cruzan el Atlántico con mercantes a vela, es un nicho emergente que tiene un gran potencial y que encaja con la filosofía del proyecto de Albaola», sostiene Agote.
La 'San Juan' ha entrado ya en la fase final de construcción y es probable que sea botada durante este año siempre que el cierre temporal de Albaola por la pandemia no se prolongue. La réplica de la nao ballenera que se hundió en Terranova, una de las primeras embarcaciones concebidas para una travesía oceánica, está llamada a desempeñar el papel de barco-museo. «La idea es que cuando atraque en un puerto se abra a las visitas del público para mostrar cómo se capturaban las ballenas en el siglo XVI», acota el responsable de Albaola. La función de museo es común en muchos otros barcos de época que siguen en activo y que se mantienen gracias a los recursos de los visitantes, los ingresos que proporcionan los voluntarios que se alistan para vivir la experiencia de navegar en un barco de época o las aportaciones extraordinarias por participar en festivales náuticos o en rodajes de series y películas.
En los últimos tiempos, sin embargo, empieza a perfilarse una nueva forma de rentabilizar esta clase de embarcaciones. La navegación 'verde' con barcos que no generan emisiones contaminantes está cobrando un creciente protagonismo en países del norte de Europa donde la sensibilidad medioambiental es más acusada. «Entre el 80% y el 90% de las mercancías que se producen en el mundo se trasladan en barcos, de ahí que el transporte marítimo se haya convertido en una de las principales fuentes de contaminación», recuerda Agote. La toma de conciencia de esa realidad ha hecho que algunas empresas busquen alternativas para que sus productos sean trasladados a los mercados sin dejar huella contaminante. «Hay marcas que están dispuestas a pagar más por el transporte a cambio de que sus productos puedan lucir el sello de 'cero emisiones'», apunta el responsable de Albaola.
TRANSPORTE 'VERDE'Hay marcas dispuestas a pagar más a cambio de que sus productos luzcan el sello 'cero emisiones'FILOSOFÍAEl restaurante Noma de Copenhague, elegido el mejor del mundo, hacía llevar los vinos en velero
El movimiento se reduce de momento a un limitado número de empresas, pero es una tendencia al alza que en los próximos años va a ir a más. «Son productores de chocolate, licores o café que buscan diferenciarse de sus competidores con una imagen de marca verde». El propio restaurante Noma de Copenhague, que fue elegido varios años el mejor del mundo, se hacía traer los pedidos de vino en una goleta a vela como una declaración de intenciones sobre su filosofía.
La goleta que navegaba hasta Copenhague con sus bodegas repletas de cajas de vino es precisamente 'Tres Hombres', la embarcación que ha abierto la puerta al transporte marítimo sin contaminación. «Es una empresa formada por tres holandeses que desde 2007 se dedican a llevar carga de un lado a otro del Atlántico y también entre puertos del norte de Europa», indica el responsable de Albaola. «Tenemos muy buena relación con ellos, nos visitaron en Pasaia e incluso la goleta 'Tres Hombres' iba a ser una de las atracciones de la segunda edición del Festival Marítimo de Pasaia que tuvimos que suspender el año pasado por la pandemia».
El 'Tres Hombres', que tiene dos mástiles y 32 metros de eslora, carece de motor y navega exclusivamente a vela. Esa limitación condiciona la duración de las travesías. El viaje entre Europa y América suele durar un mes largo aunque a veces la fecha de partida se demora varios días a la espera de una mejora de las condiciones de navegación. La desventaja con los barcos a motor es obvia tanto en lo que se refiere a duración –un carguero atraviesa el Atlántico en una semana– como a capacidad de carga. Sin embargo, la empresa del 'Tres Hombres', Fairtransport, va viento en popa y ha incorporado otro velero, el 'Nordlys', a su flota.
De uno a cinco barcos
Los holandeses del 'Tres Hombres' fueron los primeros pero ya no son los únicos. La empresa Wind Transport, con sede en Brest, pone en contacto a firmas que quieren que sus productos luzcan el sello de cero impacto ambiental con propietarios de veleros de época. Empezaron en 2015 con una sola nave y ya suman cinco. Operan tanto entre puertos europeos como en travesías del Atlántico. «Es nuevo nicho de mercado con un enorme potencial de crecimiento», reflexiona el responsable de Albaola, que se ha marcado como objetivo que todos los barcos de su flota, empezando por la nao 'San Juan', terminen realizando tareas de transporte de mercancías. «Lo ideal sería que la 'San Juan' combinase las funciones de barco de transporte de carga con la de barco-museo cuando toque puerto».
La nao ballenera, que fue diseñada para el transporte de toneles de aceite de ballena, podría cargar hasta 240 toneladas, seis veces más que el 'Tres Hombres'. Si el proyecto de Agote ve la luz, sería el buque insignia de una flota de mercantes a vela en la que se integrarían todas las embarcaciones de Albaola, incluido el patache que se construye ahora en la factoría marítima. «Habrá que ver cómo evoluciona la demanda, pero tal y como se están desarrollando las cosas en los países del norte de Europa todo parece indicar que es una tendencia al alza y nosotros jugamos con la ventaja de que vamos a ser los primeros en poder ofrecer este servicio en la península».