Agua nueva de la vieja fuente

De sus años de ikastola recordó 'Amerikara noa' y en 'Neguko arratsalde bat' narró su divertido encuentro con un gitanillo de su pueblo interesado en su arpa. Sonaron también 'Itoitz', 'Bat, biga, hirur' y 'Karriketan barna', tras la que interpretó, ella sola, 'Marruz olak hirian', otra tonada hernaniarra que escribió para Benito Lertxundi, su pareja sentimental y artística. Contagió emoción verdadera en 'Erregiñe ta saratsa', descubierta hace 35 años en el mismo teatro durante un espectáculo de Argia Dantza Taldea, y 'Azkenean Katmandu' trasladó a la audiencia al Himalaya, con mensaje de voz del alpinista Alex Txikon incluido. La flauta voló alto en 'Ni gatibu hartzeko', el público cantó en 'Ur goiena, ur barrena' y tras 'Sorginkerian galdu', la guitarra eléctrica brindó contemporaneidad al conjunto durante 'Kantu baten bila nabil', con algún punteo rock, y 'Bizirik gaudelako', en la que apropiadamente recordaron: «Somos agua nueva de la vieja fuente».

Antes del arrullo de la nana 'Haurtxo haurtxoa', Gratxina Lertxundi Zugasti llevó la voz cantante en 'Mirotzak', dedicada a la trainera de Orio, y demostró que la saga artística tiene futuro. El recital terminó con otro tema de Benito, una bonita versión de 'Ni Olentzero naiz' en la que Olatz prometió seguir llenando el futuro de canciones.