Cuando Springsteen dijo 'gabon Donostia': los 30 años de Get In

Lo mejor de la exposición abierta en Tabakalera con los 30 años de historia de Get In es que habla tanto de nosotros, los espectadores, como de Argomaniz y las gentes de su empresa. Han sido tres décadas fascinantes de traer grandes conciertos a Donostia y sus alrededores (incluido Bilbao) y de llevar al mundo a artistas cercanos, y todo eso se ve ahí, en la sala Patio de Tabakalera, el mejor espacio de ese edificio porque es el que más recuerda a la vieja fábrica que fue.

La exposición se basa en una idea original: el visitante 'entra' a un concierto, en el backstage encuentra la amplísima documentación de carteles, entradas o instrumentos, y termina con la proyección de un impresionante vídeo que recoge algunos de los conciertazos disfrutados. Cheli Lanzagorta y Ricardo y Angel Aldarondo son algunos de los cerebros que han ideado ese recorrido que es también un paseo por nuestra memoria de público.

Get In situó a San Sebastián en el circuito de grandes conciertos gracias a una infraestructiura en su momento pionera, como el Velódromo. La ciudad agradeció Argomaniz su labor con el Tambor de Oro en 2006. El problema es que otros lugares vecinos han desarrollado grandes infraestructuras (Bilbao con su BEC, Pamplona y hasta Vitoria) y aquí nos hemos quedado con un Velódromo envejecido y de aforo reducido por las nuevas medidas de seguridad y un desangelado Illunbe y de mala acústica. Para evitar caer en la nostalgia, ese error, podríamos aprovechar esta exposición para reivindicar una instalación en condiciones que sitúe otra vez a Donostia en el circuito.

Pero aprovechemos la muestra: los veteranos, para recordar momentos felices; los jóvenes, para saber que por aquí pasaron todos los grandes. La inauguración fue un encuentro generacional. Ahí estaban nuestros músicos, de Mikel Erentxun y Diego Vasallo a Txetxo Bengoetxea, Alex Ubago o una Amaia Montero que ha vuelto a vivir por aquí, hasta quienes trabajaron en Get In, hicieron música pero no triunfaron o sobrevivieron a la noche donostiarra. Argomaniz sonreía feliz viendo esa foto de familia.

El 15 de febrero haremos en esa sala un Aula DV con Iñigo, abierta a todos, para hablar de esos 30 años y de los 30 años que vienen. Springsteen volverá a decir una noche eso de 'gabon Donostia', como tantos otros gritaron y gritarán 'kaixo sansebástian', así, con acento en esa a.

Rafa Gorrotxategi no es solo un enorme pastelero: es un entusiasta capaz de aunar a gentes distintas. La presentación de su nuevo libro (con textos de Álvaro Bermejo y fotos y edición de Joseba Urretavizcaya) unió en el Aquarium a políticos, cocineros, tolosarras y disfrutones, con el chocolate como bandera de paz. Es bueno ser un gran repostero, pero mejor aún ser un generador de consensos. Zorionak, Rafa.

Es más que un restaurante, por su ubicación en el Kursaal y por su historia. Nació de la mano de Berasategui, creció con el grupo Ixo, con Andoni Luis Aduriz, y este fin de semana el Ni Neu cierra para abrir en verano con otro 'concepto', más informal y abierto a la ciudad. Aduriz tiene en Mugaritz el escaparate de su imaginación y en el Topa, y pronto en el Kursaal, busca fórmulas nuevas al encuentro de la gente.

Era el Festival de Johnny Depp y Marion Cotillard, y lo fue, pero acabó siendo el Zinemaldia de Jessica Chastain. La actriz no solo cautivó al público con 'Los ojos de Tammy Faye', el filme que le dio el premio a mejor interpretación: nos sedujo a todos por su cercanía e inteligencia. La película llegó el viernes a nuestros cines.

mezquiaga@diariovasco.com