Regreso a la Casa del Faro: visitar Hondalea, aunque sea para criticarla
La Agenda Portátil ·
El viaje a la obra de Cristina Iglesias es recomendable. El proyecto inicia su segundo año en busca de más lírica / Los premios de Berasategui y Edorta Lamo / La gala de tres museosSoy mal discutidor: en cualquier controversia puedo terminar empatizando con las dos posturas enfrentadas. En el caso de Hondalea, la obra de Cristina Iglesias en ... la isla donostiarra, entiendo tanto a los defensores del proyecto como a sus críticos. Comprendo a quienes dicen que «para imitar a la naturaleza, mejor asomarse a los acantilados de la propia isla que una intervención de bronce»; pero también, cada vez, me emociona la 'experiencia Hondalea'. En lo que no estoy tan de acuerdo es en que se trata de un dispendio económico: el dinero que ha supuesto el proyecto es menos de lo que cuestan unos metros de tren de alta velocidad o de carretera.
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El verano pasado visité dos veces la intervención en la isla y las dos veces disfruté. La primera, acompañando a la propia artista, fue un lujo; la segunda, con otros ciudadanos, resultó igual de estimulante. Hondalea necesita tiempo para posarse y un poco de lírica. El Peine del Viento de Chillida, cuando se inauguró a finales de la década de los 70, también fue tachado de «hierros desordenados», y hoy es un emblema de la ciudad y el rincón de Donostia que muchos elegimos como favorito. Hondalea solo necesita quien la escriba.
Esta semana ha reabierto la obra y tuve el privilegio de volver, para un reportaje de este periódico, una luminosa mañana junto al concejal de Cultura, Jon Insausti, y la técnica municipal Txuri Aranburu. Santa Clara parecía recién pintada en uno de esos días que te regala el periodismo y que convierten un martes cualquiera en otro sábado, que cantaría Paloma San Basilio. Repitió la escultora y repetimos los escribidores que «la obra de arte de Hondalea empieza en el mismo momento en que embarcas en el muelle, porque el viaje, el ascenso a la Casa del Faro y el regreso forman parte de la experiencia». Y es cierto. Muchos de quienes han visitado la escultura llevaban años sin pisar la isla; para otros es su primera vez.
La visita, en cualquier caso, es «sostenible»: las cifras de asistentes están tan restringidas que no hay peligro de que la isla pierda su espíritu. El viaje en motora, el ruido de las gaviotas y el acceso a la propia escultura completan un viaje entre la naturaleza y el arte que algo aporta a quien llega con los sentidos y la mente abiertos.
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Me gusta que esa obra esté ahí, en un edificio que llevaba años cerrado; me gusta que haya en San Sebastián una gran intervención de Cristina Iglesias, la artista donostiarra con obra en Londres o Nueva York (esta misma semana ha inaugurado una potente intervención en el corazón de Manhattan); me gusta que se genere ese diálogo discreto pero vigoroso con la escultura de Oteiza en el Paseo Nuevo y el 'peine' de Chillida, y me gusta que Donostia mantenga su apuesta por la cultura. Como decía el edil Insausti, este verano será jugoso con la exposición en San Telmo de Chillida y Oteiza, la gran muestra en Tabakalera con los 70 años del Zinemaldia, los festivales en su esplendor y varias sorpresas más.
Recomiendo ver Hondalea, aunque sea para criticarla con conocimiento de causa.
EN VOZ BAJA
Berasategui en el Sena, Lamo en Euskadi
Los medios guipuzcoanos deberíamos dejar sección fija, como Deportes o Local, que se llamara «Martín Berasategui». El cocinero no para: el otro día sus discípulos le rendían homenaje en Marbella, esta semana cocinaba en un barco por el Sena, bajo la Torre Eiffel, junto a santones del oficio como Helene Darroze, Alain Ducasse y Cerea Brothers. (En la foto con Almir Ambeskovic, de The Fork, que celebraba los 15 años de la web). Estamos acostumbrados a que Martín sea el vecino que saluda en el paseo, pero por ahí le reverencian. Le vemos tan de cerca que no lo valoramos; por eso hay que verle con las gafas de lejos. Como a Edorta Lamo, el emprendedor del Arrea! premiado por la Academia Vasca de Gastronomía con Ana Vega Pérez de Arlucea, vecina de papel, en periodismo, y 'Luis Irizar, maestro de maestros', libro del año.
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La fiesta de tres museos
Tres de los museos guipuzcoanos más activos, el Oiasso de Irun, el Topic de Tolosa y Chillida Leku, mantienen una complicidad que se traduce, otra vez, en su Gala de la Diversidad. Artistas como Verdini Taldea, Jakes Txapartegi o Iñaki Salvador participan en una fiesta para los sentidos. Ayer fue el turno de Irun, hoy toca Tolosa y mañana Chillida Leku. Algunos vibramos con esa gala... quizás porque otro de los artistas, Simón Ezquiaga, nos resulta muy conocido... (Perdón por el tráfico de influencias pantojil).
mezquiaga@diariovasco.com
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