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«Yo era un niño tímido que quería pasar desapercibido, y tampoco tenía muchas herramientas sociales. Mi refugio era irme a casa y ahí es ... cuando me enamoré de la magia, primero con juegos como el de 'Magia Borras'». Después llegaron los libros y vídeos de ilusionismo y más tarde contactó en su tierra levantina con asociaciones de magos.
David es actualmente el conocido ilusionista Mago Dakris, que desde hoy al domingo trae al Victoria Eugenia el espectáculo 'Nada es lo que parece', un show que combina grandes ilusiones con efectos como las teletransportaciones y desapariciones. «Y por supuesto, yo me hago invisible, porque es de lo que más disfruto en el escenario. La gente puede verlo, a pesar de que soy invisible, ¡y puede sentirlo!». La invisibilidad es un deseo desde su infancia que ha llevado a su trabajo de ilusionista, por eso es conocido también como 'El mago invisible'.
Todo ello lo combina con números de magia de proximidad que, mediante una gran pantalla, podrán ver perfectamente los espectadores. «Tampoco falta el humor, claro», añade este mago que fuera del escenario ofrece una imagen tímida y se define como un hombre tranquilo. «Por eso aunque en 'Nada es lo que parece' hay mucha participación de los espectadores, nunca se molesta a nadie, si no le apetece salir a alguien se lo pido a otra persona, pero lo normal es que haya voluntarios».
Ha sido asesor de magia en 'El Hormiguero', participó en 'Tú si que vales' y ha colaborado con el Mago Pop. «La magia en la tele la ves como un entretenimiento, pero a la gente le gusta más estar en directo y comprobarlo porque ahora, con la inteligencia artificial, pocas veces te puedes creer lo que ves a través de una pantalla».
Es admirador desde siempre del gran mago norteamericano. «Fue con quien crecí y quien me acompañó durante unos años. Lo veía y decía, ¡quiero ser como él!». Su ilusión actual «sería hacer un número en el que cambie la edad de un espectador». Su magia es para espectadores de todas las edades, «pero niños y adultos lo reciben diferente. Un adulto cuando entra a un espectáculo de magia sigue siendo adulto, pero en el transcurso del show se encuentra con esas emociones que pensaban que ya habían perdido».
Con los niños explica que suele suceder que «a pesar de que digo que soy ilusionista, pueden llegar a pensar desde el principio que están viendo algo real y que a lo mejor tengo poderes. Eso les encanta porque se identifican y porque les gustaría tener esos poderes mágicos».
Las funciones del Victoria Eugenia tienen diversos horarios. Hoy y mañana a las 20.30 horas; el sábado doble función, a las 17:30 y 20:30 horas, y el domingo a las 18:00 horas. Las entradas cuestan entre 27 y 35 euros.
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