Las instituciones arropan a la familia de Iván Illarramendi en el funeral de Zarautz

La vicepresidenta primera y ministra en funciones, Nadia Calviño, encabezó una amplia representación política que junto a allegados y vecinos arroparon a los familiares, entre ellos el hermano de Iván. Calviño llegó junto a la presidenta del Parlamento Vasco, Bakartxo Tejeria; la diputada general de Gipuzkoa, Eider Mendoza; la embajadora israelí en España, Rodica Radian Gordon; el delegado del Gobierno, Denis Itxaso, y accedieron a la parroquia junto al alcalde de Zarautz, Xabier Txurruka, que ha estado desde el inicio en contacto con la familia Illarramendi. También acudió el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, ciudad donde vivió; y responsables de EH Bildu como Maddalen Iriarte, del PSE como su líder Eneko Andueza o del PP como Borja Corominas, entre otros responsables políticos e institucionales, como la directora de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo, Montserrat Torija, que colaboró con la familia Illarramendi en los trámites para la repatriación de las cenizas de Iván, que ayer estaban en el templo junto a las de su esposa.

Las honras fúnebres tuvieron lugar bajo estrictas medidas de seguridad de la Ertzaintza. A la parroquia solo pudieron acceder los familiares y personas más allegadas y los representantes políticos e institucionales. Muchos vecinos siguieron el acto desde el exterior. La familia había expresado el deseo de celebrar el funeral por Iván y su mujer Dafna Garcovich (también conocida como Loren) en la intimidad. Tras la eucaristía, los restos mortales de Iván fueron enterrados en el panteón familiar.

Los más allegados de la familia recordaron a Iván con mucha emoción, y arroparon a su hermano, que como el resto de familiares, durante un mes intentó saber su situación.

En este sentido, la vicepresidenta Calviño recordó que el hermano de Iván se reunió con ella y con el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, en Madrid, para pedir ayuda tras la desaparición, y que con su presencia en el funeral quería mostrar el respaldo del Gobierno a la familia en un momento tan duro para la misma. La embajadora israelí, por su parte, que también se reunió con los Illarramendi destacó la labor que realizaban Iván y su mujer por una conviencia en paz con los palestinos.

Iván Illarramendi, de 46 años, nació en Zarautz, vivió un tiempo en Bilbao, donde se hizo socio del Athletic, y hace quince años se trasladó a Israel, el país donde estaban los orígenes de su esposa, Dafna Garcovich, de nacionalidad chilena. Se les dio por desaparecidos tras el asalto del pasado 7 de octubre por parte de milicianos de Hamás a la casa en la que residían en Gaza. Un mes después se conoció el peor desenlace posible tras un mes de angustia por la falta de noticias. Fuentes diplomáticas israelíes confirmaron que la pareja nunca fue secuestrada por Hamás, sino que murió en la brutal masacre en el kibutz Kissufin, a pocos kilómetros de la Franja de Gaza. La identificación de los cadáveres se demoró porque fueron calcinados y apenas había tejidos para realizar los análisis.

El asesinato de Iván Illarramendi y su mujer provocó una gran consternación en su localidad natal. La noticia no tardó en extenderse por una población en la que su familia tiene un fuerte arraigo. Convocados por el Ayuntamiento de Zarautz, el pasado día 8 un centenar de vecinos se reunió frente al consistorio en una concentración silenciosa que solo se vio interrumpida al final con los aplausos de los asistentes.