Un espectáculo ver las piruetas de los jóvenes en sus saltos desde el trampolín. ETXEBERRIA
Zarautz

Diversión en el puerto con las cucañas y los saltos desde el trampolín y desde la carretera

Cientos de jóvenes se dieron cita en el puerto en el festival de cucañas del pasado jueves

ANTXON ETXEBERRIA

Viernes, 29 de julio 2022, 20:14

Impresionante la cantidad de niños y jóvenes que atraen las cucañas, como vimos el pasado jueves por la tarde. Con buen tiempo y la marea alta, nuestro coqueto puerto ofrecía una gran animación, con decenas de chavales participando en las cucañas y saltando desde el trampolín y desde la carretera, con poco miedo y mucha soltura por cierto. El ZAE retomo esta tradición hace varios años y este mes de julio ha organizado sendos festivales, el día 14 y el de este pasado jueves. Para agosto, se anuncia un único festival, para el 25.

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Pero además de la chavalería, unos cuantos zarauztarras más tienen mucho cariño al puerto y acuden con regularidad a darse un chapuzón y, como no, a presenciar las cucañas. El juego consistente en atrapar la bandera colgada al final de la cucaña; la cucaña suele estar engrasada, lo que añade dificultad al objetivo, con lo que buena parte de los participantes se resbalan y caen al agua sin alcanzar la bandera. Eso sí, quien llega hasta la bandera tiene un pequeño premio a modo de un helado, una camiseta ....

Mientras se celebraban las cucañas, otros muchos niños y no tan niños, se lanzaban desde el trampolín o desde la misma carretera al agua, para atracción de la gente presente en el puerto. Algunos bien preparados con el neopreno y otros y otras con solamente el bañador, la mayoría de los saltadores son niños y jóvenes, aunque también hay alguna persona adulta.

Una tradición que perdura gracias a los voluntarios de Zarautz Arraun Elkartea, colaborando en la colocación de la bandera, con la megafonía..., y también con otros muchos chavales ajenos a las cucañas, pero disfrutando del baño en la zona de las txalupas y asimismo con unos cuantos más saltando al agua a la altura del Aiten Etxe. Para comprobar la chavalería congregada en el puerto no había más que contabilizar las bicicletas apiladas en el paseo hasta el puerto.

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