Unai Iribar negocia la curva de herradura junto al caserío. Gorka Estrada
Ciclismo

Murgil vuelve a separar el grano de la paja en la Clásica San Sebastián

Unai Iribar reconoce el muro de Igeldo, «una subida que marca la carrera» y que regresa a la Clásica tras un año de ausencia: «Quizás Pilotegi tenga rampas más duras, pero esta es más larga y progresiva»

Bruno Parcero

San Sebastián

Jueves, 31 de julio 2025

Murgil Bidea regresa a la Clásica San Sebastián después de que en la pasada edición la organización optase por Pilotegi Bidea como última ascensión ... antes de meta. Será la octava vez que el pelotón afronte las duras rampas de esta subida de 1.690 metros cuya pendiente media es del 11,1%, pero que cuenta con un tramo de 116,64 metros con un porcentaje medio del 19,81% y otro de 56,55 metros que alcanza el 22,99%. El ibarratarra Unai Iribar, corredor del Kern Pharma, conoce bien esta carretera por la que ha pasado en multitud de ocasiones, pero curiosamente no ha podido subirla en carrera ya que en 2023, y pese a participar en la Clásica con el maillot del Euskaltel Euskadai, la organización le impidió hacerlo. «Espero que este año pueda subir. Hace dos años tenía que haber subido, pero con el tema de que luego en La Concha se cruza la carrera había un límite de tiempo y a mi grupo le cortaron y no pude disfrutar de ese pasillo que forma la afición, así que espero que este año pueda pasar. Y lo más adelante posible».

Publicidad

Iribar acude a reconocer Murgil Bidea por última vez antes de la carrera de este sábado. Ha venido desde casa acompañado de su grupeta de amigos de la que se separa poco antes del cruce de Igara para iniciar el reconocimiento en solitario. Tiene en su cabeza cada rampa, cada curva, pero sabe que este muro seguramente decida el ganador de la Clásica San Sebastián y no quiere dejar nada al azar . «Es la subida que marca la carrera. Venimos de Jaizkibel y Erlaitz, que te desgastan, y Murgil hace daño. Algún año Remco ya se ha movido desde Erlaitz y Powless también se movió antes de esta subida, pero seguramente lo que decida la carrera sea esta ascensión».

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

Así es la subida

«Comparada con la de Pilotegi del año pasado, Murgil es una subida más progresiva», comenta un Iribar sudoroso después de reconocer la ascensión por enésima vez. «Cuando cogemos el cruce a derechas hacia los polígonos de Igara, poco a poco la carretera se va haciendo embudo y en la aproximación, la carretera se va empinando poco a poco. A falta de dos kilómetros y medio empiezan las primeras rampas más serias, aunque esa parte tiene todavía algún descansillo que te permite coger aire. Es cuando llegas al último kilómetro cuando la cosa se pone realmente difícil. Ahí ya no hay descanso y llegan las rampas más duras. Quizás Pilotegi tenga rampas más duras, pero esta subida es más larga y más progresiva».

Pero para el ciclista de Ibarra, la ascensión no termina una vez se corona la cima. «También es importante, creo, el kilómetro y medio que hay después de coronar. Parece llano, pero que hace mucho daño y alguna vez se ha decidido ahí la carrera. Luego ya viene el descenso y hasta la meta».

Publicidad

En cualquier caso, quien aspire a levantar los brazos en el Boulevard, deberá encarar esta última ascensión en el grupo de cabeza. «La colocación anterior a la subida es muy importante para no empezar con metros perdidos porque tener que remontar esas posiciones luego no resulta sencillo».

Del Toro y el UAE

Pero, ¿quiénes aspiran a ganar esta Clásica? La ausencia de corredores como Pogacar, Vingegaard o Evenepoel sin duda ha abierto bastante el abanico de favoritos. Iribar tiene al suyo. «Siempre se dice que para ganar la Clásica hay que venir del Tour de Francia porque te deja un punto muy bueno si recuperas durante esta semana previa, pero este año Del Toro, visto lo visto tanto en Austria, como en Terres de l'Ebre y en Ordizia, incluso durante todo el año desde el Giro, diría que es el favorito aunque, como digo, los que vienen del Tour traerán otro punto», señala el guipuzcoano que considera que la clave de la carrera la tendrá el UAE porque «la ausencia de algunos favoritos hace que este año las estrategias puedan ser muy importantes y pueda haber sorpresas. Dependerá de si el UAE quiere controlar la carrera. Sin Pogacar, ni Almeida, los demás querrán ganar y si no controlan la carrera habrá muchas más opciones para el resto».

Publicidad

«La ausencia de algunos favoritos hace que este año las estrategias puedan ser muy importantes y pueda haber sorpresas»

Entre ese resto de equipos está el Kern Pharma, seguramente será uno de los grandes animadores de la primera parte de la carrera aunque, como señala Iribar, no renuncian a nada. «Kern Pharma va a intentar hacer una buena carrera teniendo presencia en alguna escapada y luego, con ambición, vamos a intentar meter el mayor número de corredores delante y, por qué no, buscar esas posiciones de honor, el podio o la victoria. Siempre hay que ser ambiciosos. Ese es desde luego uno de los rasgos que caracteriza a este equipo».

En el plano personal, la de este sábado representa una buena oportunidad para, esta vez sí, ascender Murgil Bidea donde estarán situados familiares y amigos. Ganas no le faltan. «Es muy bonito pasar por ese pasillo vasco que todo el pelotón ama tanto. Es uno de los momentos más esperados por nosotros, los ciclistas vascos pero todavía más para los guipuzcoanos, que corremos en casa. Seguramente habrá muchos conocidos a los que igual ni voy a ver en carrera pero seguro que les escucharé. Desde aquí invito a la gente a que se acerque a este muro, a la meta, a Jaizkibel, a Erlaitz. Que salgan a la carretera en cada pueblo de Gipuzkoa porque va a ser un día muy bonito tanto para nosotros los ciclistas como para ellos».

Publicidad

La curiosa anécdota con Remco Evenepoel

En 2019 Unai Iribar acudió a la salida de la Clásica junto a su padre y a su hermano, que intentaba fotografiarse con los grandes corredores de entonces. «Vi a Remco y le dije a mi hermano que se sacara una foto con él, que era campeón del mundo juvenil, pero no quería. Le insistí, se hizo la foto y ese año ganó la Clásica».Años más tarde su hermano acudió al control de firmas con esa foto con la idea de que Evenepoel se la firmara. «Cuando estábamos cerca de él, Remco vio la foto y nos pidió que nos acercáramos. Se sorprendió, sonrió y le firmó la foto. Hoy la tenemos puesta en casa».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad