El público se volvió a volcar con la Clásica y Pillotegi, la nueva subida a Igeldo, registró un lleno absoluto, con cortes de acceso mucho ... más tempranos de lo previsto por una afluencia masiva de aficionados. El comportamiento de la gente fue muy bueno en una situación delicada y se vio mucha voluntad por hacer un pasillo para que los ciclistas subieran sin problemas. Incluso hubo aficionados que acertaron a cubrir a una moto que se quedó bloqueada y abrir paso a los ciclistas por el otro lado de la estrechísima calzada. Todo transcurrió sin incidencias y el cambio de recorrido –inducido por problemas en algún tramo habitual– se saldó con éxito.
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Muchas ikurriñas, muchas camisetas naranjas y banderas palestinas. La presencia del equipo Israel en la carrera no fue fuente de problemas. Dos personas subieron al podio en la presentación del equipo y protestaron por lo que está sucediendo sobre todo en Gaza. La gente pudo reivinvicar y los ciclistas competir.
Lo que sí tuvieron que hacer los aficionados que se dieron cita en Pillotegi fue esperar a los suyos. No fue una buena Clásica para el ciclismo vasco, con Óscar Rodríguez (Ineos) como primer clasificado, en el puesto 28 a 3:53, mismo tiempo que Mikel Landa (Soudal), 33º. El mejor guipuzcoano fue Unai Iribar (Kern Pharma), 41º. El ibartarra está dando pasos en su progresión en el mundo profesioinal y esa es una cuestión clave.
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Entre los 50 primeros también entraron Urko Berrade (Kern Pharma) y Ion Izagirre (Cofidis), 46º y 47º. Alex Aranburu (Movistar) acabó 54º a su regreso de los Juegos Olímpicos. Víctor de la Parte, 57º a 6:03, fue el primer Euskaltel en meta.
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El ciclismo vasco atraviesa un momento difícil. Sostenido por sus eternos veteranos, necesita que los jóvenes demuestren la progresión necesaria para recuperar el protagonismo y revertir la sensación de estancamiento.
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