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Colas kilométricas en la autopista volvieron a desviar este viernes a las calles de Irun parte del tráfico en tránsito hacia Europa. Aunque con una incidencia mucho menor que en las dos jornadas previas, fue el tercer día consecutivo de problemas en el centro urbano y ante esta situación, con el temor de que pueda seguir repitiéndose en lo que queda de mes, el alcalde, José Antonio Santano, volvió a exigir, al igual que lo hizo el jueves, que se adopten medidas paliativas.
En esta ocasión, Santano se refirió al acuerdo que en mayo de 2008 adoptaron Bidegi y la concesionaria de las autopistas francesas. «El protocolo que se firmó entonces establecía que cuando se generaran importantes retenciones en la frontera, tanto el peaje francés en Biriatu como el de Bidegi en Irun levantarían las barreras para paliar la situación», recordó el alcalde irunés. Consciente de que han pasado muchos años desde entonces, Santano también advirtió que «no ha habido nada en este tiempo que haga que este acuerdo no tenga que cumplirse, así que pido tanto a unos como a otros que lo apliquen».
Santano había solicitado el aumento del número de cabinas disponibles en de Biriatu y que se retiren los controles policiales. Este viernes volvió a incidir en esas medidas, «pero teniendo siempre presente que si aún y todo se producen colas kilométricas, tendrán que levantarse las barreras de los peajes».
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