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Sanmarciales | Alarde de Irun

San Marcial llegó como agua de mayo

Tras dos años de sequía festiva, los Alardes tradicional y público inundaron de alegría las calles de Irun

Jueves, 30 de junio 2022, 23:06

Nadie dudaba de que los dos años de paréntesis obligados habían elevado las ganas de fiesta de los irundarras para estos sanmarciales de 2022. Ganas irrefrenables pese a los elementos adversos de un contexto que no lo quiso poner fácil.

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En los últimos días se han venido multiplicando los casos de Covid y muchas personas se tuvieron que quedar ayer en casa. Tampoco ayudó el tiempo en un 30 de junio más propio de finales de marzo, con lluvia de mayor o menor intensidad durante casi todo el día y temperaturas de en torno a los 13º cuando antes del amanecer se ponía en marcha la fiesta y que no pasaron de 18º.

Pero, en el otro platillo de la balanza, pesaba más la deuda de esos dos últimos sanmarciales que no fueron, que no se celebraron en plenitud, que no tuvieron Alardes, ni Revistas, ni ensayos. No, no fueron sanmarciales. Así que este 30 de junio llevaba un recargo emocional que se hizo sentir desde primera hora.

Otra peculiaridad en este 2022 era el quinto centenario de la batalla de San Marcial que está en el origen de esta fiesta. Los irundarras se comprometieron aquel día de San Marcial de 1522 a agradecer anualmente al santo la ayuda que entendieron que les había prestado para ganar la contienda.

Vídeo. Así ha sido el Alarde tradicional de Irun 2022

La celebración irunesa actual es heredera de aquel compromiso y de la tradición de los alardes de las milicias forales. Quizá la efeméride de los 500 años no hiciera mucho más grande la fiesta de ayer, pero vino a aportar aún más singularidad a este regreso de los sanmarciales.

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El Alarde que quiere el pueblo»

A las seis de la mañana, con la primera campanada del reloj del ayuntamiento, empezaron a sonar las notas de la Diana de Villarrobledo tocadas por la Banda de Música del Alarde tradicional. No por unos músicos repartidos en balcones ni en una grabación lanzada por potentes altavoces, como se había tenido que escuchar en 2020 y en 2021. La de ayer volvió a ser una Diana de verdad y con mucho más público aún que en un 2019 en el que el 30 de junio fue domingo. Que si había ganas de fiestas...

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Galería. Las mejores imágenes del Alarde tradicional. De la hera

Poco más de una hora después las compañías ya se habían reunido en la plaza de Urdanibia. En ese punto es el comandante, este año Rubén Fraile, quien se hace cargo de la tropa. Al toque del cornetín Lauren Etxepare, Fraile llamó a los capitanes y jefes de unidad y les recordó lo especial que era este Alarde después de dos años sin poder hacerlo y, emocionado, pidió tener presente «a toda la gente que nos está viendo, a los que estos dos últimos años no han podido vivir el Alarde, a los jóvenes que hoy empiezan y un día serán nuestro relevo. Le debemos al pueblo de Irun hacer el mejor Alarde que podamos hacer».

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En términos parecidos se pronunció el general Paco Carrillo cuando en la plaza de San Juan se incorporó al desfile. «Txintxo eta alai» (formales y felices), pidió a los suyos, para que, «por fin, después de tres años, hagamos el Alarde que el pueblo de Irun quiere. Ésa es nuestra responsabilidad y es lo que vamos a hacer».

Vídeo. Así ha sido el Alarde público de Irun

Cumpliendo con el deseo del general, salió un alarde formal, organizado, alegre y festivo. No sin incidentes, especialmente con los caballos, que también llevaban tres años sin desfilar y parece que lo notaron más que los humanos. Cayó entre otros el capitán de Caballería, Jose Mari González, pero también contra esos contratiempos, como contra la lluvia se reveló la fiesta. «No sé si por las ganas de recuperar los sanmarciales, por el mal tiempo o por otra razón, pero he sentido a la gente muy volcada en todos los tramos del recorrido», contaba la cantinera de Artillería, Miriam Amunarriz, una de las 19 del Alarde tradicional. «El día estaba frío, pero las aceras nos han dado calor», completaba su compañera de San Miguel, Marina Rodríguez.

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Fiesta en Santa Elena

Dos horas y media después del rompan filas del Alarde tradicional terminó, con una gran fiesta en la ermita de Santa Elena y alrededores, el desfile del Alarde público. El sirimiri caló guerreras, txapelas y alpargatas, pero dos años de sequía festiva eran demasiado como para que nadie sintiera frío.

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Galería. Las mejores imágenes del Alarde público. jose Mari López

El Alarde igualitario había arrancado dos minutos después de las 10.20, con un pequeño susto previo, ya que una de las ayudantes del Estado Mayor, Cristina Ubani, tuvo una caída del caballo, por fortuna sin mayores consecuencias. No fue el de ayer día relajado para las monturas. «Llevan dos años sin Alarde y se nota», decía Inma Landa, exgeneral del Alarde y experta amazona.

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Con todas las compañías y unidades ya ordenadas en la plaza de San Juan, la tropa sorprendió con un breve acto reivindicativo: las y los soldados en cuclillas y coreando Emakumeak Alardean!

Maite Vergara, la general del Alarde, protagonizó después una espera algo más prolongada que de costumbre, pero mereció la pena porque su galope fue impecable. Tras la llamada a capitanes para comprobar que todo estaba en orden, Vergara les deseó «un Alarde alegre, como el que sabéis hacer» y después de recoger la bandera de la ciudad, las unidades y compañías con sus cantineras marcharon hacia la plazoleta de la iglesia, a los sones del himno de San Marcial.

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Ya con toda la tropa ante la parroquia de Santa María del Juncal y con la Banda y Tamborrada tocando el Joló estalló la fiesta mientras arreciaba el sirimiri. «Desfilaría mil veces bajo la lluvia», decía la cantinera de Artillería, Naiara Larraza.

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