«Tiraron una piedra al balcón de mi casa y me rompieron la mano, pero podía haber sido aún peor»
Una vecina de la calle Santiago de Hondarribia denuncia la actitud de unos adolescentes, que le ha costado una fractura
Iñigo Aristizabal
Hondarribia
Martes, 15 de octubre 2024, 02:00
En la calle Santiago de Hondarribia no están tranquilos porque la parte trasera de las casas está expuesta a un talud y desde allí ... hay desconocidos que están lanzando piedras y otros objetos a los balcones. El viernes, una de esas piedras, de tamaño similar a una pelota de tenis, alcanzó a una vecina, que tiene una fractura en la base del metacarpio. La afectada explica que «esto viene de lejos. En junio de 2022 ya pasó dos veces y en agosto de este año, tres días seguidos. Nos echan piedras, manzanas, naranjas, latas de refrescos... y nos han hecho desperfectos, rompiendo cristales». Ya en esas ocasiones los vecinos de las tres casas afectadas dieron parte, pero «el Ayuntamiento no hizo nada».
Con esos antecedentes, el viernes pasado «oí ruidos y salí al balcón. No les veía porque estaba oscuro pero sí observé las linternas de los móviles, seguramente buscando manzanas y piedras. De repente, sentí cómo una piedra me daba en la mano. Imagina la violencia con la que iba que después se llevó por delante dos prendas que estaban tendidas y que acabaron en el balcón de abajo». Con el susto en el cuerpo y el dolor en la mano «fuimos al hospital, donde me dijeron que tenía la fractura». La vecina afectada apunta que «me han hecho una faena gorda, pero ¿si me llega a dar en la cabeza? ¿o en un ojo? Igual estoy muerta o pierdo la vista...».
La hondarribitarra solicita al Ayuntamiento que «cierre la zona, que es vulnerable. O que haya más vigilancia. No puede ser que tenga que vivir con miedo en mi propia casa». Explica que «las tres casas están muy accesibles. Arriba hay un seto grande pero tiene una abertura por donde entran los chavales». Sobre la actitud de los vándalos, asegura que «no entiendo cómo siguen con lo mismo una y otra vez. Creemos que tendrán 14-15 años, porque más jóvenes tampoco tienen fuerza para lanzar semejantes piedras».
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