Pello Fernández Oyaregui
Historiador y presidente de la Fundación Ciga
«Había que recuperar la figura de Don Mauricio Berekoetxea»Presenta este viernes por la tarde su libro sobre el patrimonio artístico religioso de Elizondo en el centenario de la iglesia
El 21 de junio de 1925 se inauguró la nueva iglesia de Santiago Apóstol de Elizondo. Nueva porque la anterior se encontraba en otro lugar. ... Para conmemorar el centenario de esta nueva Iglesia, el historiador Pello Fernández Oyaregui presenta esta tarde el libro 'El patrimonio artístico religioso de Elizondo' a las 20.00 horas en la Sala Parroquial de esa misma localidad. Además, realizará una visita guiada a la iglesia el día 20 a las 20.00 horas. Licenciado en Filosofía y Letras y Catedrático de Enseñanza Secundaria, profesor jubilado de Historia e Historia del Arte, es además especialista en la obra del pintor Javier Ciga, cuya Fundación preside.
–Centenario de una iglesia que tiene partes mucho más antiguas...
–El centenario es la excusa para hacer un estudio integral de todo el patrimonio artístico religioso. Había que rescatar la historia de la antigua iglesia, de la cual se conservan una serie de fotos. Estaba enclavada en un sitio magnífico, casi enfrente del ayuntamiento, a modo de juego entre el poder político y el poder religioso. Luego enfrente vendría Arizkunenea con el poder nobiliar. Era una joya de la arquitectura manierista, del Renacimiento, de finales del S. XVI. Prácticamente todas las iglesias en Baztan se construyeron entonces. Sabíamos que en Ziga, Gartzain y Lekaroz, se habían traído elementos del renacimiento italiano y lo más probable es que también estuvieran en Elizondo porque el arquitecto más importante de entonces, Juan de Villarreal, que es el que hace la de Ziga, hace la de Elizondo también.
«La antigua iglesia se arregló tras la inundación de 1913, pero Don Mauricio quiso una nueva»
–¿Y sólo han quedado esas fotografías?
–Tengo también un plano de una de las capillas, la de San Miguel. Había plano en el Archivo Diocesano, pero no de la Iglesia. Lo que esaba en boga en 1925 era el estilo ecléctico y fue lo que hizo el arquitecto Lino Plaza. Llevó de la vieja a la nueva los retablos de San Antón, de la Virgen del Rosario, la portada manierista.
–En 1913 la gran inundación afectó también a laiglesia, pero no fue su fin.
–No, de hecho se reconstruyó ese mismo año. Fueron tres metros de altura de agua y un metro de fango. Supuso un gran destrozo para todas las calles de la Calle Jaime Urrutia. El arreglo de la iglesia costó 29.549 pesetas.
–La idea que se había transmitido es que la nueva se hizo por el deterioro de la antigua.
–Pero no fue así. La figura clave fue Don Mauricio Berekoetxea, el párroco. Es el auténtico factotum. La iglesia se había quedado pequeña. Cuando se construyó, Elizondo tenía 125 habitantes y en 1917 tenía 1.600.
–Le faltaría financiación...
–Era un momento muy potente para Elizondo económicamente, con todos los indianos enviando dinero. Si con la iglesia antigua los que mandaban dinero eran los elizondarras que estaban en la Corte de Madrid, en el siglo XX fueron los indianos, encabezados por Braulio Iriarte, que se hizo la torre con su dinero. He conseguido descubrir a una mecenas que nadie conocía en Elizondo: Martina Agirre, que dio 200.000 pesetas. La Iglesia nueva costó 909.000 pesetas, de las de 1917 a 1925. Martina Agirre, era una mujer muy acaudalada, procedente de Bera, pero que vivía en Elizondo, viuda de Eugenio Ripalda, que fue alcalde de San Sebastian en 1867 y 1868. Había dedicado ya dinero a la imagen del Sagrado Corazón y arregló los destrozos de la capilla, pero es que para la nueva dio 200.000 pesetas. Se quedó viuda pronto y tenía la gran fortuna de su marido. Tenía incluso una asociación de damas Pías de Elizondo y se dedicó a dar dinero a la iglesia. No fue la única, porque las 29.500 pesetas de los destrozos por la inundación se hicieron con mandas pías. Había dos tipos de donaciones, una la que se daba en vida y otra la manda pía, que se daba post mortem, vía testamentaria.
–Y eso de aires catedralicios de la nueva iglesia...
–Es que es verdad. tiene 52 metros de largo, 13 de ancho, 22 metros de ancho en el crucero, una altura de 20 metros... Lino Plaza que era el alcalde del valle en aquella época y un arquitecto estupendo, realiza la nueva iglesia con un aire muy francés. Dentro de ese estilo ecléctico se fija un poco en las catedrales francesas de esquema en H, con esas dos torres verticales y todo precedido de dos descomunales jardines que le dan ese empaque que tiene el templo. Claro, los jardines estaban concebidos como espacios geométricos, con unas palmeras que ya no existen...
–La inauguración fue muy importante.
–No nos la podemos ni imaginar. Don Mauricio trajo al Nuncio de su Su Santidad. La máxima autoridad del Vaticano en España, Federico Tedeschini vino en 1925 a inaugurar esta iglesia junto con las figuras más relevantes de la época. Salió hasta en la portada del ABC. Cinco horas duró la ceremonia de inauguración. Al principio sin público, el acto de consagración cuatro horas a puerta cerrada y a la quinta hora entró el público a la misa de consagración. Y dos años más tarde, Tedeschini volvió y le hizo Prelado Doméstico de su Santidad... Don Mauricio era muy elizondarra y por eso todo se celebró aquí, en lugar de en la Catedral de Pamplona. Había que recuperar también la figura de Don Mauricio y toda su obra, todo lo que supuso para Elizondo.
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