Elizondo acoge retratos de Zoe Bray de vascos en el oeste americano
La Casa de Cultura Arizkunenea de Elizondo acoge esta exposición que se podrá visitar hasta el 8 de diciembre
A.D.C.
BAZTAN.
Sábado, 30 de noviembre 2019, 01:22
La Casa de Cultura Arizkunenea acoge la exposición de restratos de Zoe Bray titulada 'Bekoz beko-Cara a cara', retratos de vascos en el Oeste americano. La muestra se podrá ver hasta el 8 de diciembre en horario de 18.00 a 20.00 horas y los sábados, domingos y festivos, de 12.00 a 14.00 h. y de 17.30 a 20.00 horas.
Hace algunos años, Zoe Bray preparaba una tesis doctoral en Ciencias Sociales en Florencia, cuando se puso a aprender las técnicas tradicionales del dibujo y de la pintura al óleo. A partir de entonces se le abrió un doble camino de investigación: antropología social y pintura. Su originalidad es haber conciliado estos dos aspectos, tanto durante sus años de enseñanza en Reno e investigadora en Jerusalén como en Iparralde.
Así surgen estas caras de hombres y mujeres de la emigración vasca más o menos distante (de hace varias generaciones en algunos casos) que han querido mantener su cultura y su idioma al tiempo de adaptarse a su país de adopción.
Bray es una pintora naturalista formada en el estudio de Charles H. Cecil y en la Florence Academy en Florencia, Italia. También es antropóloga y tiene un doctorado del Instituto Universitario Europeo. Ha exhibido y pintado sus retratos del natural en el Museo de Historia Natural Americana de Nueva York, en el Museo Blanton en Austin, Texas, en la Chicago Arts Incubator y en el Centro Beita en Jerusalén.
Los retratos que se presentan examinan la cuestión particular de la identidad vasca en el Oeste Americano. Es un trabajo en desarrollo cuyo objetivo es construir un archivo visual personal de los vascos y de su identidad en el Oeste Americano.
Compromiso
Las personas cuyos retratos se presentan son de diferentes edades y
de diferentes entornos profesionales y sociales. Sin embargo, todos comparten el hecho de ser ciudadanos estadounidenses y todos se identifican con el País Vasco por medio de lazos ancestrales mantenidos vivos gracias a su participación activa en iniciativas sociales y culturales.
«Fue este compromiso con la identidad vasca lo que he querido explorar cuando inicié este proyecto al poco tiempo de llegar hace unos años
al Oeste americano. Como artista instruida en técnicas tradicionales y al mismo tiempo antropóloga, siempre me ha interesado ver cómo las personas conciben y representan su identidad», explican.
«En Estados Unidos, descubrí una diáspora vasca más antigua con una narrativa histórica bien definida. Era consciente de que venía a esta parte del mundo siguiendo los pasos de mi bisabuelo, que había dejado su pueblo en Baja Navarra a principios del siglo XX para trabajar, como tantos vascos en aquellos tiempos, como pastor de ovejas en Nevada. Instalándome a mi vez en esta región, sentí la necesidad de reflexionar sobre mi propia identidad y cómo situarme como miembro de la diáspora vasca. Pintar retratos me permitió establecer contactos con esta comunidad vasco-americana en un proyecto que se convirtió en algo más que una simple representación pictórica». «Mi objetivo, en el contexto de la globalización y de los flujos de migración resultantes, es contribuir a una reflexión sobre las políticas contemporáneas de representación e identificación. Al reunir una serie de retratos del natural creados utilizando las técnicas atemporales del dibujo y la pintura, espero representar la riqueza personal y la diversidad de lo que es ser vasco en el siglo XXI».