Aguacates ecológicos en Peñas de Aia

El lesakarra Xixo Ayestaran Andueza confía en que los dos próximos inviernos no sean muy fríos. Su máxima preocupación son las heladas, pero es consciente de que «ya no hiela como antes». En juego están los más de 700 frutales de aguacate que ha plantado en su caserío, Gardelsoro, al pie de Peñas de Aia, en Lesaka. Si todo va bien podrá ver sus frutos en 2024. Es el primer productor navarro de aguacates ecológicos y en Lesaka. De momento, Ayestaran continúa con su taller de fabricación y montaje de ventanas de aluminio, pero confía en la humedad, la calidad de la tierra y las temperaturas menos frías de los últimos años para que su proyecto de cultivo de aguacates tenga futuro.

Xixo Ayestaran adquirió Gardelsoro en 2016 y un año más tarde, cuando culminó la reforma del caserío, se mudó. «Me traje mi taller de fabricación de ventanas de aluminio aquí y empecé a pensar en cómo dar un buen uso al terreno», recuerda. Empezó a darle vueltas a posibles cultivos. «Primero pensé en el pistacho, pero el tipo de tierra no es el mejor. También pensé en la uva, pero al estar en Navarra no podía denominarse txakolí...».

Entonces surgió la idea del aguacate. Comprobó que había plantaciones que funcionaban en Galicia y Asturias, con un clima muy parecido, por lo que se puso en contacto con ellos. Visitó una finca en 2019 y le dieron sobre todo «consejos muy útiles para cultivar la planta durante el invierno».

Los primeros aguacates se plantaron en Gardelsoro en agosto de 2021. Unas 220 sobrevivieron al invierno, «unos datos normales, hay que tener en cuenta que de diez plantas normalmente salen para adelante dos».

Tras esos buenos resultados plantó más árboles este año, por lo que ya tiene más de 700 en dos hectáreas. «Son de dos variedades, Hass y Lamhass, pero el 10% tienen que ser polinizadoras, de la variedad Bacon, que también dan un fruto muy sabroso aunque con la piel lisa, por lo que tienen menor valor de mercado». Si aguantan el invierno, en 2023 florecerán y podrá comercializar los primeros frutos en 2024.

Ayestaran cuenta que sus proveedores del sur le han repetido que el futuro del aguacate está en la costa cantábrica, por las lluvias constantes. Y explica que a pesar del verano tan seco que ha hecho «sólo he tenido que activar el riego en cuatro ocasiones y con la lluvia que cayó la noche del 17 de agosto (200 l/m2), tienen para todo un mes».

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