Investigan el hallazgo del cadáver de un irunés en el Bidasoa

Minutos más tarde acudieron al lugar dotaciones náuticas de la Guardia Civil y la Cruz Roja, mientras que por tierra participaron medios sanitarios, de bomberos, y policiales, con agentes de la Ertzaintza y de la Guardia Civil. Es este último cuerpo, a través de su unidad de criminalística de Policía Judicial, el que ha asumido la investigación del caso, por tratarse de una zona fronteriza.

El cadáver pudo ser sacado del agua sin excesiva dificultad, pues se encontraba junto a una zona de rocas, y fue depositado en la orilla, donde permaneció «cerca de dos horas» hasta que se procedió al levantamiento del cadáver, según el relato de testigos presenciales. El lugar donde estuvo el fallecido es fácilmente visible desde el río pero difícilmente alcanzable con la vista desde el parque infantil y el skate park de Santiago, próximos al lugar del hallazgo, donde como es habitual un domingo por la mañana, había jóvenes y niños jugando.

En todo caso, como es habitual en estos casos, Guardia Civil y Ertzaintza desplegaron lonas para proteger la zona impidiendo la mirada de toda persna ajena al rescate del cadáver e investigación del suceso.

Durante los primeros momentos hubo cierta confusión respecto al posible origen del fallecido. El Bidasoa ha sido testigo en los últimos años de varias muertes de inmigrantes africanos que perdieron la vida tratando de cruzar a Francia por el río ante el endurecimiento por parte de la policía gala de la vigilancia en las carreteras y estaciones fronterizas.

Pero pronto la delegación del Gobierno en Euskadi enfrió esta posibilidad al apuntar que el fallecido tenía «rasgos europeos». No fue hasta pasadas las 15.30 horas cuando se confirmó que el cuerpo pertenecía a un vecino de Irun. El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de San Sebastián para su análisis.

A la espera de conocer las circunstancias que rodean este fallecimiento, no es la primera vez que un piragüista descubre un cuerpo flotando en el río Bidasoa. El último caso conocido se produjo el 22 de mayo de 2021, cuando otro piragüista dio una alerta en torno a las 11 de la mañana tras percatarse de la presencia en el agua de un cuerpo inerte mientras navegaba por el río, en aquel caso a la altura del extremo este de la isla de Santiago Aurre, en el entorno del polideportivo Azken Portu.

Se trataba entonces del de Yaya Karamoko, un joven de 28 años de Costa de Marfil que perdió la vida tratando de cruzar el río de Irun a Hendaia. Su caso conmocionó a la sociedad guipuzcoana y de Iparralde, y puso nombre y apellido al drama de la inmigración que desde hace unos años se vive en la frontera entre Irun y Francia. desde que el país vecino endureció los controles migratorios en la muga tras decretar el estado de alerta terrorista a raíz de los atentados yihadistas cometidos en su territorio, especialmente los de París en 2015 y Niza en 2016.

Y es que el descubrimiento es el primero conocido en los últimos años de un cuerpo hallado en el Bidasoa de una persona no migrante.

Los últimos se produjeron en 2022. El 12 de marzo, el senegalés Ibrahim Diallo, 'Samba', falleció a los 24 años de edad. Apenas tres meses más tarde, el 18 de junio, el río se tragó las ilusiones del guineano Abderraman Bas. Acababa de cumplir los 25 años. La intención de ambos era buscarse la vida en Francia, y encontraron la muerte en un río de 30-40 metros de anchura. En 2021 fallecieron otros tres migrantes en aguas del Bidasoa.