Hayedo de Karakate, zona donde un mastín atacó a dos montañeros. J. Leon

Testimonio del ataque de un perro

«El mastín se me echó encima y caí al suelo; pensé que me mataba»

Un perro «enorme» que estaba suelto ataca a dos montañeros de Elgoibar en las inmediaciones de la cima del monte Karakate

Jabi Leon

Soraluze

Lunes, 29 de septiembre 2025

Dos montañeros de Elgoibar que ascienden de manera habitual a la cima de Karakate se llevaron la mañana del domingo sendos sustos que no olvidarán jamás. Como cualquier otro día de fiesta, ambos mendizales partieron de sus respectivos domicilios por separado y sin haber realizado ningún plan juntos, pero con el objetivo común de disfrutar subiendo, cada uno por su lado, al emblemático monte. Con lo que no contaban era con lo que se iban a encontrar en el tramo final de la ascensión: un enorme mastín que estaba suelto y que les atacó, haciéndoles temer por sus vidas.

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El ataque del perro a los montañeros se produjo con apenas 15 minutos de diferencia, pero el relato de los hechos realizado por ambos elgoibartarras es prácticamente idéntico.

El primero en llevarse «un susto de muerte» fue I.F., que ayer por la mañana denunció lo acontecido en la comisaría que la Ertzaintza tiene en Bergara «para que se tomen las medidas oportunas y lo que pasó el domingo no se vuelva a repetir».

Este ciudadano reconocía que había pasado la noche de ayer «en vela»; y a primera hora de la tarde seguía «con el miedo metido en el cuerpo». En cuanto a lo que le tocó vivir, recuerda que «eran las 9.15 horas del domingo cuando, después de pasar la fuente que hay llegando a Karakate, me disponía a salir al llano que hay tras superar el hayedo, poco antes del alto».

Sin embargo, prosigue, en ese punto «un mastín enorme se me acercó por detrás y empezó a ladrar y a acosarme. Ante esa situación, intenté avanzar hacia atrás, gritando y pidiendo ayuda mientras me protegía con los bastones, pero el perro no dejaba de ladrar ni de abalanzarse sobre mí».

En esos momentos de máxima tensión I.F. cayó al suelo y se dio un fuerte golpe: «ahí me temí lo peor. Pensé que me mataba pero, afortunadamente, cuando me levanté, el ataque del perro perdió intensidad y pude empezar a caminar hacia el aparcamiento, sin perder de vista al mastín». Este no dejaba de seguirle y de ladrar «pero en un momento dado paró los ladridos y se dio la vuelta».

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El segundo ataque

Algo muy similar le ocurrió a I.B., otro montañero elgoibartarra que acostumbra a subir a Karakate varias veces por semana.

Según cuenta, «para las 9.30 horas ya estaba arriba y me disponía a iniciar el descenso cuando vi que un perro enorme venía hacia mi ladrando. No sé si hice bien pero puse los bastones por delante e intenté alejarme de él sin quitarle la mirada, porque había oido que a estos animales no hay que darles la espalda».

Debido a la tensión, I.B. se puso a chillar; mientras que el animal le acosaba cada vez más, «venga a ladrar, enseñándome los dientes y echando saliva por la boca».

Al igual que le sucedió al mendizale que había sido atacado minutos antes, I.B. se tropezó mientras intentaba marcar distancias con el can y se cayó hacia atrás: «por suerte, conseguí levantarme y el perro se marchó», explica este elgoibartarra que, reconoce, «no sé qué habría pasado si no llevo los bastones».

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A los dos montañeros que sufrieron el ataque del citado animal se les han ido «al menos de momento» las ganas de subir a Karakate. Además, recuerdan que ese enclave «es frecuentado habitualmente por mucha gente». De hecho, el aparcamiento existente junto al alto es el punto de partida de la que Aita Barandiaran bautizó como 'Ruta de los Dólmenes'; uno de los principales atractivos turísticos de Debabarrena.

La cima de Karakate pertenece a Soraluze y el alcalde de esta localidad, Unai Larreategi, aseguraba ayer haber tenido noticia de lo acontecido el domingo «por las llamadas de los periodistas». Eso sí, el primer edil reconoce que con anterioridad «sí que ha habido gente que nos ha trasladado su malestar y preocupación por haberse encontrado con dos mastines sueltos en Karakate»; aunque «hasta ahora no habíamos tenido conocimiento de ningún ataque».

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