Piedras grandes, fotos grandes
'Harria' es el título del proyecto fotográfico de Juan Antonio Palacios, compuesto por 44 fotografías, que se puede visitar ya en Portalea
«Aguántame un poco ahí» dice el fotógrafo. La escena no tendría nada de extraño si el modelo no estuviera cargando con una piedra de ... más de cien kilos. Es uno de tantos momentos que ha vivido el fotógrafo Juan Antonio Palacios a lo largo de un año y medio de contacto con el levantamiento de piedra, uno de los deportes rurales vascos más ancestrales. El resultado se puede ver ahora en una exposición en la casa de cultura Portalea.
'Harria' es el título de una colección que presenta 44 fotografías en blanco y negro. Igual que hay piedras más pequeñas y otras que suponen grandes retos, la exposición ofrece algunas imágenes a 40x40 centímetros, pero hay otras que superan el metro de altura o anchura. La potencia de las fotografías lo agradece y el autor tenía claro que ante grandes piedras quería fotos grandes. La exposición se puede visitar hasta el 5 de enero en Portalea, en horario de 18.30 a 20.30 horas de martes a domingo.
Juan Antonio Palacios reconoce que este proyecto le ha servido para ver con otros ojos una práctica que antes le llamaba la atención. «Es un tema fotográficamente atractivo, algo que te llama, aunque no sea de una manera muy consciente». Las fiestas de San Isidro, en Arrate, aparecen en la cabeza del fotógrafo al pensar en el origen de este proyecto. «Tenía la idea de hacer fotografías sobre deporte rural, pero abarcar todo era demasiado amplio» recuerda. «Entonces vi que la piedra era un tema suficiente como para dedicarle un proyecto monográfico».
«Hacen en un instante gestos que, cargando con ese peso, son complicadísimos»
Las primeras tomas no tuvieron el resultado esperado ya que Palacios comprobó que los escenarios en los que se desarrollaban las exhibiciones y campeonatos no eran los idóneas para el tipo de fotografía que él quería. «Algunas exhibiciones eran al aire libre, otras en frontones con una iluminación muy pobre... Yo tenía claro que quería un fondo neutro y por eso hablé con ellos y pregunté si podía ir a sus entrenamientos». Contactó con Joseba Ostolaza y Aimar Galarraga, preparó un fondo, unos flashes sencillos y un par de difusores y se lanzó. «Es verdad que al principio me daba un poco de corte, pero después de empezar todos me han abierto las puertas de par en par. Son gente muy maja, ha sido una experiencia muy enriquecedora» apunta.
La exposición presenta algunas fotografías tomadas durante las exhibiciones pero la mayoría están hechas en esos entrenamientos, donde los levantadores, y también ellas, se preparan. «Los movimientos que hacen son muy rápidos. Trabajan mucho la técnica y hacen en un instante gestos que, cargando con ese peso, son complicadísimos» remarca. De ahí que las fotos de plena acción se combinen con imágenes que Palacios ha buscado. «Lo que pasa es que aquí no era 'sonríe por favor'», bromea.
Algo diferente
Lo que sí tenía claro Juan Antonio Palacios es que quería reflejar el esfuerzo y la capacidad de los harrijasotzailes en un deporte tan minoritario como exigente. «Levantar piedras exige una preparación enorme. Hacen que parezca fácil, pero no lo es. Son titanes». Distintos puntos de Gipuzkoa y la localidad navarra de Leitza han sido los focos de la piedra a donde el eibarrés ha acudido con su cámara. Los harrijasotzailes ya citados, la saga de los Izeta, la jovencita Udane Ostolaza, la campeona Idoia Etxeberria o el dominador actual de las piedras grandes Aimar Irigoien son algunos de los muchos protagonistas de las fotografías.
Con la colección instalada ya en la sala de Portalea, donde se han colocado también unas piedras, Juan Antonio Palacios reconoce su satisfacción al ver plasmada la idea que se planteó año y medio atrás. «Detrás de este hay mucho trabajo y por eso quería hacer algo diferente a lo que se hubiese hecho anteriormente», señala. En la fase previa buscó fotografías sobre el levantamiento de piedra, y lo que más se acercaba a su idea era una colección en color, pero eran retratos de los harrijasotzailes. De ahí que su idea de reflejar el esfuerzo del levantamiento en blanco y negro supusiese un reto novedoso.
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