El Frente de la Guerra a la espera de una renovación
Paneles informativos y elementos del cinturón defensivo de la Guerra Civil presentan un precario estado que no despiertan el interés de los visitantes
El Frente de la Guerra Civil, una iniciativa que surgió con el objetivo de explicar la contienda suscitada y que estaba llamada a convertirse en ... una potencialidad turística, se encuentra en lamentable estado. Las indicaciones que daban a conocer el frente establecido durante la Guerra Civil en Akondia y Arrate quedaron destrozadas y desparramadas en diferentes puntos. Únicamente, se mantiene en pie un panel informativo cercano a la Cruz de Arrate. El resto, las que mostraban los diferentes puntos de interés de Akondia y Arrate, como podían ser los restos de las trincheras que formaron parte del cinturón defensivo, han desaparecido.
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El Ayuntamiento acometió en el 2014 un proyecto de señalización de las rutas de las zonas de Akondia y Kalamua, cercanas a Arrate, con el objetivo de mostrar los puntos más importantes del frente norte de la Guerra Civil durante siete meses, a caballo entre 1936 y 1937. Se trataba de un proyecto que tenía financiación, desde el capítulo de inversiones del presupuesto municipal, a partir de una enmienda a las cuentas del consistorio pactada entre PSE-EE y PNV, pero todos los elementos están enterrados en zarzas o plantas con lo que el interés de visitas es inexistente.
De hecho, hoy existen dificultades para observar las numerosas y extensas trincheras, nidos de ametralladoras, bases de cañones, atalayas de vigía, etc., que representaban la lucha de los frentes que originó una situación sin igual en la cima de Akondia, ya que dos líneas de fuego se enfrentaron durante días a tan sólo 60 metros de distancia. No obstante, en su mayoría, ni se pueden divisar porque las zarzas o la tierra tapan todo ello.
Igualmente, el Centro de Interpretación de la Guerra Civil recibe muy pocos visitantes y no existe ninguna promoción a su alrededor. Abre los domingos y únicamente se admiten reservas de grupos. En el año 2015 se realizaron una serie de visitas guiadas a la zona para mostrar los combates que se libraron en Arrate, Kalamua, Akondia y muchas otras cimas que hoy se nombran en charlas montañeras. La puesta en marcha del Centro de interpretación de la Guerra Civil en Arrate permitió dar a conocer la historia local, pero hoy en día se ha convertido en un elemento intrascendente.
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El centro de Arrate era el lugar neurálgico de promoción, pero no se ha impulsado ninguna nueva iniciativa en los últimos años. Las visitas arrancaban en el Centro de interpretación situado en el edificio de la colonia de Arrate. Allí se explicaba a los visitantes los elementos y el ambiente cerrado de una trinchera. Después llegaba el momento de hacerse al monte para recorrer los paneles informativos situados en seis puntos del entorno. A pocos metros de la colonia llegaba la primera parada, frente al restaurante Cantabria, entre mesas de piedra, con un camino hundido respecto al resto del terreno.
Los programas para dar a conocer los puntos y vestigios de la contienda civil no han tenido la continuidad que sí se dan en Elgeta y Arrasate
La primera de las trincheras recorría todo el camino que lleva a la cruz de Arrate. Lo que hoy en día parece la huella de las pisadas o un capricho del terreno que albergó en 1937 los puestos de combate, es ahora un mero vestigio de un pasado trágico. Sólo los relatos de la época permiten saber a qué se enfrentaron los dos bandos en la zona.
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El paso del tiempo ha conducido a que no se lleven a cabo estas visitas guiadas por la nula asistencia.
El conocimiento aportado por Jesús Gutiérrez y José Luis Valenciaga, en aquellas excursiones, permitió dar a conocer distintos aspectos de lo que sucedió en el frente de guerra en Eibar. Así se explicaba cómo desde la Cruz de Arrate, punto que cuenta con el único panel informativo, se realizaban los disparos, certeramente, a la estación de tren, y por eso se dejó de usar pasando a resguardarse en Ardanza, de uso más corriente.
También se contaba la historia del proyectil que cayó en la calle Fermín Calbetón sin explotar y que fue dando botes hasta la plaza de Unzaga, mientras los sorprendidos vecinos se iban apartando, junto a una figura del impacto causado en la calle O'Donnell, hoy Ego-gain. De ahí que décadas después de aquel invierno de 1936 a 1937, existían algunas sorpresas como la localización de granadas de mortero. «En el campanario de la parroquia San Andrés aparecieron dos, y el último en los movimientos de terreno de unas obras en Jardiñeta». Unicamente, hace tres años se presentó una maqueta que representaba un nido de ametralladoras del bando republicano de Akondia, que participó en las contiendas, pero la programación carece de continuidad.
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Visitas frecuentes en Elgeta
Sin embargo, en Elgeta, con la iniciativa de recuperación histórica como Intxorta, se organizan frecuentes recorridos tomando como referencia la Guerra Civil, en donde se ofrece la oportunidad de conocer detalles sobre el frente que tuvo lugar. Esta visita guiada se realiza durante todo el año. Con gestión compartida entre turismo de la Mancomunidad de Debagoiena y el Ayuntamiento de Elgeta, entre julio y septiembre se establecieron cinco días para participar en los recorridos guiados por el parque y museo dedicados al frente de Intxorta.
Intxorta 1937, un ejemplo de la labor de recuperación
La actividad que desarrolla Debagoieina en la recuperación de la Memoria histórica tiene un elemento importante como Intxorta 1937 Kultur Elkartea que ha visto reconocida su «incansable labor» con el emotivo homenaje que el Ayuntamiento tributó a los miembros de esta asociación en Arrasate. El acto, celebrado con ocasión del Día de la Memoria, en noviembre congregó a varios familiares de fusilados y represaliados en la guerra de 1936 y la dictadura franquista.
La alcaldesa de Arrasate, Maider Morras, destacó la trayectoria «tan larga como fructífera» de Intxorta 1937. «Habéis publicado cientos de testimonios, documentos históricos y archivos en diferentes formatos: libros, exposiciones, conferencias, audiovisuales... Habéis puesto en marcha decenas de proyectos con un único objetivo: poner nombres y apellidos a las víctimas a las que querían invisibles». El Ayuntamiento ensalzó asimismo la labor de Intxorta 1937 en la recuperación de la memoria desde una perspectiva feminista, mencionando como ejemplo el proyecto 'Emeek Emana de 2016'. Julia Monge y Juan Ramón Garai, en nombre de Intxorta 1937, agradecieron el reconocimiento tributado al «trabajo de una pequeña asociación sobre memoria que ha ido aprendiendo y progresando desde 1985».
Monge y Garai rememoraron el «silencio» de la Administración cuando la asociación inició su andadura, hace ahora 37 años. «Entonces las instituciones tenían la memoria lejos de sus agendas». Constituir el colectivo Oktubre Taldea, publicar el libro 'Arrasate 1936. Una generación cortada', y poner nombre a 89 fusilados «fueron actos pioneros en Euskal Herria, y se hicieron sin la ayuda de las instituciones». Monge y Juan Ramón Garai renovaron su compromiso de continuar «denunciando siempre la vulneración de los derechos humanos».
Al mismo tiempo detallaron los próximos proyectos de Intxorta 1937. «Pondremos una exposición innovadora sobre la transmisión de la memoria; seguiremos con la investigación de las y los niños de la guerra, extendiendo la obra a todo el País Vasco; y publicaremos un libro sobre la tortura de las mujeres en Arrasate. Se tratará de un libro elaborado desde la perspectiva de género», señalaron.
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