Un grupo de personas participan en una muestra de la kirikoketa en Igartubeiti.

Ezkio

Los secretos de la txalaparta al descubierto en Igartubeiti

Centro de interpretación. Las puertas del museo de Ezkio Itrsaso permanecen abiertas durante el periodo estival, pero ofrece diferentes cursos para el otoño

A. Mariezkurrena

Miércoles, 27 de agosto 2025, 20:50

La txalaparta surgió como herramienta de trabajo para que los caseríos se comunicaran entre sí, como una llamada al ambiente festivo posterior. El mensaje de ... la kirikoketa también indicaba que, terminada la tarea de pisar la manzana, llegaba el momento de la fiesta.

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Para remorar la función y la magia que rodea a la txalaparta, el Caserío Museo Igartubeiti ha organizado un taller en el que se podrá además aprender a tocar la txalaparta el 27 de septiembre a partir de las 16.30 horas. El taller correrá a cargo de Zurartean Txalaparta Elkartea. Las inscripciones se pueden realizar en Igartubeiti.

La txalaparta aparece relacionada con dos tipos de actividad social diferente: las celebraciones de finalización de los trabajos comunitarios (auzolan) y de boda, pero siempre en el marco de un ambiente festivo, según las investigaciones realizadas por el músico, musicólogo y profesor Juan Mari Beltran.

Según recoge el museo Igartubeiti «por ejemplo, es conocida la costumbre relacionada con los trabajos comunitarios de la elaboración de la sidra. Tras pisar la manzana, las personas que habían colaborado en el trabajo celebraban una fiesta con cena incluída. En ocasiones era una buena cena, y en otras no tanto».

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Tras la cena, la gente se iba animando y entonces se montaba la txalaparta. Normalmente frente a la entrada del caserío, en el exterior, y en seguida empezaban a tocarla. En aquel momento comenzaba una nueva parte de la fiesta; hasta entonces la fiesta era de los comensales, de ahí en adelante, al oir la txalaparta, acudiría la gente de los caseríos del entorno, jóvenes la mayoría.

Cuentan que la txalaparta se oía en un radio de unos 5 kilómetros y muchas de las personas del entorno acudían a la fiesta.

En Navarra, el entorno de la elaboración de la sidra era similar. Allí recogió Aita Donostia hace muchos años la forma de toque que se conoce por el nombre de «Kirikoketa». Costumbre que hemos recuperado y mostramos anualmente durante la Semana de la Sidra en el Caserío Museo Igartubeiti.

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El toque se acompañaba de una cantinela. A cada golpe correspondía una sílaba de esta cantinela: Alakiketa alakiketa; Alakiketa kiketa kiketa; Sagarra jo dela sagarra jo dela; Sagarra jo dela jo dela jo dela. Este toque y ritmo muestra claramente que tiene un doble mensaje: por una parte, que el trabajo de prensar la manzana ha finalizado y, por otra parte, una llamada a la fiesta.

Centro de interpretación

Cualquier momento es bueno apra visitar el museo de Igartubeiti. Cabe recordad que el caserío que lo alberga fue construido a mediados del siglo XVI y es un magnífico representante de la Edad de Oro del caserío vasco. La casa Igartubeiti alcanzó su plenitud a principios del siglo XVII, momento en el que fue ampliada y sufrió una importante transformación para adaptarse a nuevas formas de vida y trabajo. Su estructura original de madera, excelentemente conservada, y la existencia en su interior de un gran lagar de sidra hacen de él uno de los caseríos más interesantes del País Vasco. La Diputación Foral de Gipuzkoa adquirió en 1992 el caserío Igartubeiti con el objetivo de evitar su desaparición. Tras una compleja restauración, calificada de modélica, el caserío ha recuperado la imagen histórica que tenía a comienzos el siglo XVII. Su interior se ha convertido en un nuevo museo en el que se recrea la vida real de los antiguos caseríos. En él, de una manera directa y sin interferencias, se puede experimentar cómo era la vida en el interior de un caserío vasco de hace cuatro siglos, con su iluminación, mobiliario y herramientas originales, e incluso con los olores y aromas que lo impregnaban.

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junto al caserío Igartubeiti se necuentra el centro de Interpretación en el que se revive la historia de los caseríos vascos a lo largo de más de mil años. A través de las voces de la familia y los vecinos de Igartubeiti se descubre cómo fueron creciendo y evolucionando los antiguos caseríos, cómo vivían y trabajaban sus habitantes, cómo se relacionaban entre ellos, en qué creían, qué producían, cómo se alimentaban, de qué modo se divertían y qué les hacía sufrir. Desde el Centro de Interpretación se gestionan las visitas a Igartubeiti y se organizan actividades en torno a la historia del caserío.

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