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El 48% del alumnado de 1º de ESO tiene móvil, frente al 73% que lo tenía en 2023

Las acciones de sensibilización llevadas a cabo para retrasar la entrega del primer teléfono a los hijos, con la voluntad de frenar un uso excesivo y precoz de los móviles, se han dejado notar especialmente en la franja de 12 y 13 años.

En 2023, el 73% de escolares de primero de ESO tenía móvil, y en 2024 el porcentaje bajó al 48%. Pasando del 92% al 77% en segundo de ESO. «Son datos positivos, que nos muestran que vamos por buen camino» aseguran desde la asociación surgida hace año y medio.

Preocupados por el uso temprano e inadecuado de los móviles y por la dependencia que generan, algunos padres y madres de los tres centros escolares de Oñati se pusieron de acuerdo para retrasar la edad a la que comprar a sus hijos el primer móvil hasta los 14 años (lo más habitual era tenerlo a los 12 años).

Y el movimiento que busca promover un uso responsable de la tecnología, y reducir el impacto negativo del uso excesivo de dispositivos móviles, camina con paso firme.

A partir de tercero de ESO, el 98% de los adolescentes oñatiarras ya tienen móvil, así que en esa franja edad el objetivo es trabajar los riesgos asociados al uso excesivo y establecer límites y normas para buscar un equilibrio entre el uso digital y otras actividades.

Distintos estudios y superventas como el libro «La Generación Ansiosa» de psicólogo social Jonathan Haidt, inciden en que el uso generalizado de teléfonos inteligentes y redes sociales, junto con la crianza sobreprotectora, está contribuyendo a un aumento en los problemas de la juventud. «La combinación tóxica de sobreprotección en el mundo real e infraprotección en el virtual les les vuelve «superansiosos», concluye el célebre pensador.

Por eso, el movimiento Altxa Burua busca retrasar la entrega de dispositivos móviles a menores y ofrecer alternativas para evitar su uso innecesario, como la posibilidad de realizar llamadas gratuitas en establecimientos adheridos al programa en caso de necesidad. Así, en edificios municipales, como la biblioteca, y en un buen número de comercios, adolescentes y niños tienen un teléfono disponible, si les surge un imprevisto o una emergencia. De esta forma, se evita la necesidad de tener un móvil « por si acaso».

Tienen claro que la edad es muy importante, porque no se puede pedir a un niño un uso responsable de una tecnología diseñada para ser adictiva. Pero más allá de la edad, es imprescindible la educación. Quieren fomentar un uso responsable y consciente, y para ello las familias tienen que ser también un ejemplo.

El movimiento 'Altxa burua' ha echado raíces también en Oñati animando a levantar la cabeza del smartphone no solo a los más txikis, a través de una red social de concienciación y ayuda, de compromisos, formación y charlas que tendrá continuidad el próximo curso.