Aretxabaleta
Ordenadores para formar universitarios en SenegalSolidaridad a través de Yaakar. 98 jóvenes que han acabado sus estudios de secundaria en la localidad de Mbam han recibido portátiles reparados en Aretxabaleta
Marian González Lizarralde
Martes, 9 de septiembre 2025, 20:27
La 'vuelta al cole' en la localidad de Mbam, en Senegal, está teniendo protagonismo aretxabaletarra gracias a la ONG Yaakar que el pasado 29 de agosto entregó ordenadores portátiles a noventa y ocho jóvenes que han finalizado sus estudios de secundaria y se preparan para iniciar su formación universitaria, la puerta hacia un futuro mejor.
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En un continente donde la pobreza y el trabajo infantil arrebatan la infancia y las oportunidades a los más jóvenes, brindar educación no sólo transforma vidas, sino que ayuda a cambiar comunidades enteras. Y con esta filosofía, la reparación y preparación de equipos informáticos de la mano Elkarnenet y Arizmendi Ikastola busca lograr importantes frutos en la educación de Mbam.
La apuesta por enviar desde Aretxabaleta herramientas digitales a este municipio situado en la región senegalesa de Fatick está permitiendo labrar un futuro a mejor a decenas de estudiantes.
Desde Yaakar tienen claro que la educación no sólo representa un derecho fundamental, sino también una herramienta para romper los círculos de pobreza. Y por eso el proyecto solidario entre Aretxabaleta y Mbam no se centra solo en la restauración y envío de ordenadores portátiles, próximamente se va a inaugurar un aula de informática en la localidad africana financiada por varios consistorios de la comarca.
Pronto, un aula informática
Además, se ha impartido un curso de formación digital para mujeres integrantes de los GIEs (grupos de interés económico), costeado por Soraluze S.Koop, y en breve se ofrecerá otro curso destinado a la certificación profesional de trabajadores en activo.
Desde Yaakar quieren agradecer la labor de todas las instituciones, empresas y particulares que les permiten trabajar en Senegal haciendo hincapié «en el gran impacto que la solidaridad tiene en estos alumnos que cuentan con el material necesario para cursar sus estudios gracias a los puentes tendidos entre Mbam y Aretxabaleta por Yaakar, DASPORA ,Elkartenet, Arizmendi Ikastola e instituciones de Senegal y Debagoiena. Una alianza que transforma realidades y teje redes de cooperación y amistad que traspasan fronteras.
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Pero además de invertir en educación, Yaakar ha impulsado los últimos años inversiones en salud, como la construcción de una unidad de maternidad con sala de postparto para mejorar la atención obstétrica y neonatal, o el envío de sillas de ruedas eléctricas para adolescentes con discapacidad... Un reguero de solidaridad ha hecho que en la comunidad senegalesa de Mbam conozca bien el nombre de Aretxabaleta y de la asociación Yaakar.
Una fructífera conexión
En los últimos cinco años gracias a la complicidad e implicación del hospital de Debagoiena, Arizmendi Ikastola, Kurtzebarri Eskola, ALE, las subvenciones concedidas por los consistorios de Aretxabaleta, Bergara y Eskoriatza, y la solidaridad y apoyo de muchos particulares, la educación y la sanidad de Mbam han dado un importante salto adelante, y los lazos de amistad entre Aretxabaleta y Senegal se han estrechado.
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Pero ¿cómo se tejió la relación entre ambos pueblos? «Es una iniciativa que surgió por la amistad que durante años se fue forjando entre una familia senegalesa que vino a vivir a Aretxabaleta de Aminata Sene, Souleiman Sar y Yande Sar, y los miembros de la asociación», explica la presidenta de Yaakar, Amalia Ormaetxea.
«Conociendo las dificultades que tenían y tienen en su pueblo natal Mbam, en la región de Fatick del departamento de Foundiougne, en 2020 decidimos registrarnos como ONG y comenzar a trabajar para brindarles oportunidades de desarrollo. Las carencias más importantes se centran en infraestructuras, educación y sanidad, ya que tienen muy poca capacidad recaudatoria, y decidimos poner nuestro granito de arena», relata.
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El primer proyecto, la construcción de una unidad maternidad en el centro de salud de Mbam, fue todo un reto, pero muy gratificante, así que decidieron seguir sembrando futuro en ese rinconcito de África.
La implicación de distintos agentes fue fundamental, por lo que supuso. «Contamos con la colaboración del Hospital de Debagoiena, Además de la ayuda que recibimos de Kurtzeberri, Aretxabaletako Lanbide eskola, Arizmendi y particulares para poder pagar el contenedor y llevar todo el material hospitalario hasta allí», recuerda.
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Conseguir que el servicio de salud pública ganara calidad, alimentó las ganas de seguir ayudando, dando el salto de la sanidad a la educación. Y en la actualidad están inmersos en la construcción de un aula de informática, con el sueño de implantar también formación profesional. Mientras tanto, ordenadores reacondicionados ayudan a los futuros universitarios.
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