Larrazabal insta a dejar EA «a quien no se sienta identificado» con el partido

DV. La última brecha abierta en EA por la decisión de su dirección de apoyar la huelga general del 21 de mayo no tiene visos de cerrarse. Tras las declaraciones del diputado foral de Hacienda en Gipuzkoa, Pello González, desmarcándose de la línea oficial, ayer llegaron los reproches desde la dirección. El único representante en el Parlamento Vasco, Jesús Mari Larrazabal, respondió sin tapujos que quien «no se sienta identificado» con la línea del partido que lo abandone.

El parlamentario de EA señaló en una entrevista en la televisión pública vasca que «no es nada nuevo para nadie» la posición de González, alineado con el sector crítico guipuzcoano que encabeza Iñaki Galdos. «Conocemos sus exposiciones pero no son las que el partido en su dirección nacional mantiene», indicó.

Larrazabal recordó a González, quien el jueves censuró la «deriva» en la que se mueve EA, que si él estuviera «constantemente diciendo que esto no es lo mío, yo me iría a otro que considero más cercano o me quedaría en mi casa sin militar políticamente en ningún partido». «Esto es lo que Jesús Mari Larrazabal haría», añadió sin querer hacer una petición expresa a los críticos para que renuncien a su militancia.

El mensaje a González era extensivo a todos los que, como hizo ayer el alcalde de Zarautz, expresaron su rechazo a la decisión de la dirección de EA. En una carta abierta que DV publica bajo esta información, Jon Urien reprocha a la dirección que lidera Koldo Amezketa el «ataque al trabajo» de los diputados forales González y Maite Etxaniz. «Es una auténtica osadía», añade Urien, quien asegura que el día 21 acudirá a trabajar.

A pesar de las acusaciones de «incoherencia y desconfianza» hacia los cargos públicos de la formación, Larrazabal defendió la decisión de secundar el paro como «un ejercicio de autocrítica a la falta de diálogo entre el Gobierno y los sindicatos». Autocrítica porque ha sido un miembro de EA, Joseba Azkarraga, el que ha encabezado la política de Empleo del Gobierno Vasco en los últimos cuatro años. Para Larrazabal, durante el mandato de su compañero «ha habido diálogo escenificado entre el Gobierno y las organizaciones empresariales y las entidades financieras», pero aseguró que «ha faltado un diálogo obligado para hacer políticas anticrisis progresistas y no de parcheo con agentes sociales y sindicatos».

«Razones suficientes»

La opinión de Larrazabal fue apoyada horas después por el máximo dirigente de la formación hasta el congreso extraordinario que EA celebrará el 20 y 21 de junio en Vitoria. Koldo Amezketa, en una nota, pidió «calma, cordura y sensatez» a los cargos públicos disidentes y aseguró que la decisión fue tomada «dando por supuesto que habría personas de acuerdo con la convocatoria, y otras no tanto».

Amezketa defendió que «en este momento existen razones que justifican este posicionamiento por parte del partido», ya que la huelga se produce «en una coyuntura económica, social y laboral que está arrastrando a situaciones dramáticas a miles de personas trabajadoras, autónomos y a familias que están siendo los directamente afectados por las consecuencias de esta crisis sin tener responsabilidad ni culpa alguna en su creación».

Tras aclarar que «los únicos agentes legitimados para convocar y llamar a la huelga son los sindicatos», Amezketa reclamó «tranquilidad» entre los militantes del partido, a quienes instó a dirimir este tipo de «discrepancias» de forma interna. Ése es el «ámbito de debate», recordó.