«No creo que exista todavía concienciación sobre una economía sostenible»

¿Sabía usted que el canal de Panamá se rellena con agua dulce cuando el volumen del mar es insuficiente y no sirve para la navegación de los grandes barcos? ¿Y que este agua se pierde porque se vierte luego directamente al mar? Es un ejemplo más de insostenibilidad en este mundo, que se enfrenta a problemas derivados del abuso de la explotación del medio natural. Silvio Martínez, profesor del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), se dedica -con un equipo- a realizar simulaciones por ordenador que sirven para orientar la planificación de un ecosistema, de una ciudad, de cuencas hidrográficas, de empresas o de sistemas de transporte.

- ¿La llamada Dinámica de Sistemas (DS) se utiliza cada vez más?

- Sí. Sobre todo porque tiene un fuerte motor de arranque en Latinoamérica. El hecho de que una institución tan importante como el Banco Interamericano de Desarrollo haya fijado como necesidad en los pliegos de prescripciciones técnicas de los concursos internacionales, la existencia de algún tipo de estudio de simulación con carácter orientativo, ha dado mucha fuerza a la DS. Prima ahora que se interrelacione el desarrollo económico con el respeto al medioambiente y con otros indicadores sociales como el grado de pobreza o el índice de longevidad.

- ¿Con sus simulaciones se llegan a conclusiones certeras?

- Insistimos en que nuestros modelos son para hacer simulación y no previsión. Sería deseable que la solución de base se ajuste lo más posible a lo que nosotros prevemos. Cuando trabajamos con un sistema que tiene historia -, por ejemplo el futuro del acuífero del Campo de Dalías en Almería- es más fácil que nos acerquemos en nuestro diagnóstico que cuando lo hacemos, por ejemplo, sobre el futuro de cuatro provincias de Panamá, que es algo sin base, sobre lo que no hay una historia previa.

- Reciben todo tipo de encargos.

- Sí, ahí está el del citado acuífero de Almería, pegado al mar y que se está salinizando, y el de las cuatro provincias panameñas, a las que el Banco Interamericano quería realizar un préstamo pero antes pretendía conocer la sostenibilidad de los proyectos que se iban a realizar en estos territorios y si les iban a servir realmente de utilidad. Hemos hechos estudios de simulación también sobre el futuro de una laguna en el Alto Guadalentín, en Murcia. Y acabamos de entregar al Ministerio de Fomento nuestras previsiones sobre lo que supondrá en todos los órdenes la construcción de la autopista Cartagena-Vera -impacto ambiental, demográfico, social...-

- ¿Con todas las diferencias, lo suyo es como una coctelera en la que introducen todas las variables que se pueden dar alrededor de la ejecución de un proyecto, y que tras ser agitada les proporciona un mapa aproximativo de lo que ocurrirá?

- Bueno, simplificando mucho. No sabemos en realidad lo que va a pasar, pero pretendemos que nuestras posibilidades se muevan dentro de una banda señalada. Ésto a los políticos y a los empresarios no les gusta mucho. Por ejemplo en Telefónica querían que hiciéramos algo con el mercado de los móviles, para conocer la previsión de ingresos para el siguiente año. Les dijimos que les íbamos a dar una previsión más o menos del x%. 'No nos vale', te decían, 'porque tenemos que tomar decisiones'.

- Parece claro que no todo vale en nuestras relaciones con el Planeta y que hay que buscar el modo de hacer conciliable la economía y el medioambiente. ¿Existe concienciación a nivel de la Administración y de la ciudadanía?

- Sinceramente creo que no, porque si existiera, la ciudadanía haría mucha más presión. De pronto surge un tema que preocupa y aparece en todos los medios de comunicación, pero al final se convierte en una tormenta de verano. Se hacen cosas, pero muy poco. ¿Ha visto alguna encuesta del CIS en la que una de las preocupaciones sea la desertización o el cambio climático?