¿Tiene algo de especial el cerebro de los bertsolaris?

Cantar bertsos delante de 14.000 personas y peleando por una txapela debe de ser impresionante. Hacerlo a solas, inmóvil y prácticamente aislado dentro de un aparato de resonancia magnética, complicado. Andoni Egaña ha vivido ambas experiencias: la primera en varias ocasiones y con éxito; la segunda, dentro de un estudio que está llevando a cabo el centro de investigación donostiarra BCBL (Basque Center on Cognition, Brain and Language, un centro de investigación interdisciplinar para el estudio de la cognición, el cerebro y el lenguaje) en colaboración con Euskal Herriko Bertsozale Elkartea.

Las líneas generales del estudio, que se encuentra en su primera fase y proporcionará los primeros resultados dentro de un año, fueron presentadas ayer por el director del BCBL, Manuel Carreiras; su gerente, Miguel Arocena, y el presidente de Bertsozale Elkartea, Iñaki Murua. Les acompañaron el investigador principal del proyecto, Kepa Paz-Alonso, y el propio Egaña. El estudio, único en su género, tiene como objetivo descubrir qué hay en la cabeza de los bertsolaris o, más precisamente, tratar de conocer desde una perspectiva científica qué ocurre en su cerebro para que, en unos pocos segundos, sean capaces de improvisar composiciones que, además, tienen que adaptarse a temas inesperados y a condiciones muy estrictas en lo que a métrica, rima y melodía se refiere.

La 'margarita' de Egaña

Si el planteamiento del estudio es original, también fue curiosa su génesis, que se sitúa en la visita que en primavera del pasado año realizaron al BCBL Andoni Egaña y el director de cine Asier Altuna, con la intención de obtener unas imágenes con destino al documental 'Bertsolari'. En el curso de la visita, el cuatro veces ganador de la txapela de Euskal Herria explicó que, para tener ordenadas en el cerebro las palabras, las agrupa por familias como si fueran los pétalos de una margarita. La imagen llamó la atención de los investigadores -en especial, la de Manuel Carreiras-, y finalmente desencadenó el estudio, que arrancó en octubre del pasado año. Partiendo de la impresión de que los bertsolaris acceden a la información de forma diferente al resto de los mortales, se diseñó la metodología adecuada para examinar, como indicó Kepa Paz-Alonso, «qué es lo que hace que la producción lingüística de los bertsolaris sea tan especial».

Ver, por ejemplo, «si procesan la información de manera más eficiente que los demás». O si su rendimiento se debe a que están dotados de unas capacidades cognitivas superiores, a que tienen unas habilidades lingüísticas muy por encima de la media o a un cruce de ambas circunstancias. Se trata, en suma, de determinar si los bertsolaris tienen mayor capacidad de almacenamiento en sus cerebros o si han desarrollado una mayor rapidez y efectividad a la hora de acceder a esa información; saber si «disponen de autopistas más amplias o si su coche es más rápido».

La eterna pregunta que trajo a colación Egaña -a saber, si el bertsolari nace o se hace- también está presente en las incógnitas que quiere despejar un proyecto muy ambicioso. Porque, como destacó el responsable de la investigación, el estudio «puede arrojar luz sobre cuestiones centrales y actuales en neurociencia cognitiva del lenguaje».

Hacerlo en Euskadi y con los bertsolaris implica, tal como subrayó el director del BCBL, «elevar a una categoría universal una cuestión particular del País Vasco». «Intentar entender cómo funcionan las redes cerebrales» de los bertsolaris cuando se encuentran inmersos «en una situación muy particular que pone el cerebro en situación también particular» ayudará a «abrir una ventana muy interesante» que proyectará más luz sobre los mecanismos que utiliza el cerebro para realizar funciones relacionadas con la producción del lenguaje. Desde el punto de vista práctico, los resultados del estudio podrían servir para desarrollar herramientas de entrenamiento, no solo para bertsolaris sino para cualquier persona que quiera mejorar su fluidez verbal.

Tres grupos y tres pruebas

Dieciocho bertsolaris de primera línea se han sometido ya a las tres fases de pruebas en las instalaciones del BCBL: una primera en la que, delante de un ordenador, son sometidos a una serie de tareas bastante exigentes desde el punto de vista cognitivo; una segunda que incluye la realización de algunos ejercicios fonológicos, semánticos y de rima, analizados a través de un equipo de resonancia magnética, y una tercera, la práctica, que pone al bertsolari ante el duro trance de cantar bertsos sobre 30 temas, en 'kopla' y en 'zortziko txikia', en una plaza muy inusual, la resonancia magnética. Andoni Egaña, acostumbrado a casi todo tipo de entornos, destacó la dureza de la prueba, derivada tanto de las características del espacio como del hecho de cantar «sin público y sin contexto».

Los cerebros de los bertsolaris han sido permanentemente monitorizados mientras realizaban esos ejercicios, y también lo serán los de los representantes de los otros dos colectivos que servirán como elementos de comparación: alumnos de 'bertso eskolak' y, como definió gráficamente Miguel Arocena, «'euskaldun zaharrak' que somos auténticos paquetes haciendo bertsos».

Los primeros resultados llegarán en el plazo de un año. Los responsables de la investigación, en todo caso, no esperan obtener «respuestas, sino nuevas preguntas». Una dinámica, en el fondo, muy parecida a la de los bertsolaris, cuyo representante, Iñaki Murua, además de destacar la satisfacción con la que el colectivo ha acogido la iniciativa, se mostró muy interesado en saber qué pasa en el cerebro de Egaña «para poder ser tan bueno como él».