El EGA, a examen
Apuntan a que la juventud de los aspirantes y la «falta de filtros» podrían ser algunos de los factores a revisar
JOSEBA ZUBIALDE
Domingo, 15 de noviembre 2015, 08:20
Los pobres resultados que ha obtenido el EGA ('Euskararen Gaitasun Agiria') en los 33 años de su historia preocupan. Desde 1982, de las 400.000 personas que se han presentado al examen tan solo 100.000 han logrado superar la prueba. Que apenas el 25% de los aspirantes haya obtenido el título durante todos estos años llevó la semana pasada a que el Parlamento Vasco aprobara por unanimidad una resolución en la que insta al Ejecutivo de Urkullu a presentar, en el plazo de cuatro meses, un informe que describa la situación de este título.
Con él se pretende analizar la orientación, los contenidos actuales de las pruebas de acreditación oficial del conocimiento del euskera como el EGA -título que se equipara al C1 del Marco Europeo de Referencia de las Lenguas, que refleja el «dominio operativo eficaz» del idioma-, hacer una valoración de los escasos aprobados y examinar los pobres resultados que se logran. En resumen, se busca responder a una pregunta: ¿qué falla para que tan poca gente sea capaz de aprobar el EGA?
El principal problema al que apuntan algunos profesores de euskaltegi es que «se puede presentar todo el mundo, no hay un filtro, y aunque no sepas euskera puedes acudir al examen». Así opina Alicia Arana, que imparte clases en el euskaltegi municipal de Irun. Allí forma a sus alumnos para obtener el HABE3 -equivalente al EGA- y explica que la labor de filtrado recae en ella, que es quien «evalúa si el alumno está preparado o no para acudir al examen». «Si no está preparado no se le deja examinarse», dice. En el caso del EGA, Arana asegura que el único filtro que existe es «el 'atariko froga' -el primero de los tres exámenes- en el que el 50% no aprueba».
El 90% de los que aspiran a obtener este título tienen entre 17 y 18 años, un factor que en opinión de Jon Urdangarin, director del euskaltegi Maizpide de Lazkao, podría explicar el motivo de los resultados del EGA, que es una prueba pensada para «personas con un buen nivel de euskera». En ese sentido, comenta que hace unos años el Gobierno Vasco estableció que un estudiante que finaliza Bachiller «tiene un nivel B2». Así, cuando se presentan al EGA, cuyo nivel es un C1, se examinan en «una prueba muy superior a los conocimientos que poseen».
A juicio de Urdangarin, el hecho de que los institutos presenten a sus alumnos a la prueba «es algo que se ha establecido como una costumbre». «En algunas ocasiones -añade- acuden sin haberse preparado lo suficiente». El director de Maizpide también apunta a que la prueba escrita -a la que se enfrentan los que superan el 'atariko'- requiere de cierta «madurez» que estos estudiantes no tienen.
En las aulas de los euskaltegis el perfil que más abunda es el de personas adultas cuyo objetivo es sacarse el EGA -o sus homólogos HABE3 y C1- con un fin muy concreto: lograr un puesto de trabajo. Amaia , de 26 años, es uno de esos ejemplos. «Para trabajar de profesora de educación infantil te exigen un título», explica esta irundarra. Estudia en el euskaltegi AEK de Irun, centro en el que se prepara dos horas y media al día, de lunes a jueves, para presentarse a la convocatoria de febrero de este examen que, en su opinión, cuenta con un 'atariko' «un poco rebuscado».
Hace falta «más tiempo»
En opinión de Amaia la decisión tomada por el Parlamento Vasco es acertada ya que «si aprueba tan poca gente algo tendrán que revisar de la prueba». En febrero será la segunda vez que se siente frente al examen y la hoja de respuestas, con la única ayuda de un lápiz tipo HB y una goma de borrar. Por eso, tiene claro cuál podría ser una de las causas de los pobres resultados del EGA: «Deberían dejar más tiempo para hacer el examen porque me pareció muy largo para el tiempo que daban».
Asimismo, señala que «algunas preguntas son bastante largas, y para cuando las acabas de leer y piensas la respuesta, te dicen que faltan diez minutos para acabar». Esa fue la causa de que no terminara el examen la primera vez y lo que, recalca, puede influir también en los pocos aprobados.
Se trata de una opinión compartida por Laura Sanz, alumna del euskaltegi Maizpide. «En la segunda parte del HABE3 tienes una hora y media para escribir un texto, mientras que en el EGA en ese mismo tiempo tienes que hacer dos», critica esta andoaindarra de 27 años. Lleva tres años acudiendo a clase, los últimos dos dedicados al EGA, con el objetivo de poder acceder a las listas de Educación.
A la falta de tiempo, Sanz añade la complejidad del texto a escribir. «Aún en mi lengua materna -el castellano- para escribir una carta formal como la que se pide en el EGA necesitaría entre hora y hora y media hasta asegurarme de que es correcta y que está bien escrita, así que imagínate en otro idioma».
Arana también hace suya esta reflexión y destaca que «poca gente ha escrito en su vida un texto de análisis de 300 palabras -en el caso del C1-, un buen texto». Por ello, opina que los exámenes actuales «no se corresponden con la realidad». En sus clases hay gente que «sabe ordenar las ideas» mientras que hay otros con los que «tienes que sentarte con ellos, mostrarles qué información se tiene del tema y enseñarles a ordenar las ideas, porque hay quien salta de una a otra sin ninguna lógica». En ese sentido, asegura que «no solo» se trata del conocimiento que se tenga del euskera sino «de las habilidades de cada uno». En su opinión, «un texto escrito correctamente tendría que ser suficiente».
Exceso de confianza
Tanto alumnos como profesores coinciden en que uno de los problemas es que mucha gente cree que el EGA es un examen para el que no es necesario prepararse. «Hay euskaldun zaharras que creen que por el simple hecho de haber estudiado toda su vida en euskera van a ir y a aprobar el examen, y no es así, muchos no lo pasan», destaca Sanz. Es un punto de vista que también defiende Sonia Justo, de 37 años, que comenta que hay quien «va a las bravas solo porque sabe euskera».
Esta gasteiztarra aparcó en su día el euskera y lo ha retomado a principios de este año en Maizpide. En su opinión, un factor determinante es la «falta de madurez» de los aspirantes de Bachiller, porque la prueba «va dirigida a otro tipo de público». Por poner un ejemplo, es lo que ocurre con el 'Advanced' -el equivalente al EGA en lengua inglesa, por delante del First Certificate, que es un B2-, un examen al que se presenta «gente más mayor y no ves tanta gente joven».
Pero no es solo la edad. Al igual que Amaia y Laura, Sonia Justo también echa en falta «más tiempo» para realizar los exámenes de EGA. «En cuanto al contenido me parece que están bien pero hace falta que te den más tiempo para acabar los textos de la prueba escrita». Asegura que «da rabia» cuando el cronómetro llega a cero y «sabes que si te dan media hora más haces un buen trabajo porque tienes el nivel».
A la hora de acreditar el dominio que se tiene de la lengua en la administración pública, Urdangarin afirma que «hay muchos exámenes diferentes», y se muestra convencido de que eso «habrá que reducirlo». El EGA, el C1 y el HABE3 se suman a una larga lista de pruebas propias de, entre otros, Osakidetza, Educación o la Ertzaintza.
No obstante, el director de Maizpide no cree que el EGA sea una mala herramienta para medir el dominio del euskera, una afirmación que también comparten, aunque con matices, las tres alumnas. «Yo sé euskera y el que tenga que sacarme un título para demostrarlo... Creo que con una entrevista personal, si la haces en euskera, ya queda constancia de que tienes dominio del idioma». En ese sentido, defiende que «estaría bien que también se midan otras cosas para obtener un puesto de trabajo, como que cuentes con mayor cualificación, y no solo el que tenga EGA o no».
Urdangarin se muestra más partidario de «la evaluación continua en los euskaltegis», y explica que lo que él haría «sería que los adultos que llegan al centro sean evaluados con textos, pruebas escritas y orales a lo largo del tiempo, y cuando los profesores estimen que dan el nivel exigido se les otorgue el título».
Sea de una u otra forma, lo cierto es que las opiniones tanto de profesores como de alumnos evidencian que el EGA tiene algunas debilidades que tal vez necesiten ser revisadas en un futuro, y analizar si son las causantes de que tan poca gente sea capaz de superarlo.