«Todavía hay mujeres que se avergüenzan de ir a consulta y decir al médico 'me mojo'»

- ¿A las mujeres todavía les cuesta reconocer y buscar ayuda para solucionar problemas como el de la incontinencia urinaria?

-Sí. Aún hay mujeres que dan el paso de acudir al médico después de sudar un cuarto de hora. Estos temas deberían hablarse con más naturalidad, que se conozcan para que no den vergüenza. Para muchas mujeres supone una especie de fracaso ir al médico y decirle: 'Tengo un problema de incontinencia urinaria, me mojo'. Y una vez en consulta no es raro que ellas mismas le quiten hierro al asunto y cuando el médico les pregunta si orinan mucho les respondan que no, que no es para tanto, a lo que les pueden contestar que 'si no es mucho, es normal', como diciendo que algo habitual en las mujeres. Pero la mujer de hoy en día, libre e incorporada a la actividad laboral, ya no acepta estas soluciones. Hoy en día a los 50 años las mujeres quieren sentirse libres y no estar pendientes de si huelen o no.

- ¿Cómo viven las afectadas la incontinencia urinaria?

- Es un problema que merma la calidad de vida física y psicológica. Hay mujeres que se automarginan y que, por desgracia, se amargan. Muchas lo pasan mal porque dependen de una compresa, orinan tres veces antes de salir de casa, se sienten mojadas y se agobian porque creen que huelen... En esta situación pueden tender a aislarse, incluso de su propia pareja, y se dan casos en los que dejan de ir a cenas porque una vez dejaron alguna marquita en el asiento y sienten una inseguridad tremenda. Se convierte en una obsesión y hoy en día, en el año 2007, esto no puede ser. Afortunadamente estamos cambiando y la incontinencia urinaria se puede solucionar.

- ¿Sin pasar por la mesa de operaciones?

- Sí. He visto muchos casos, como el de una joven, una chica estupenda y majísima que tenían un problema de incontinencia considerable. Sufría un problema en la vejiga (prolapso). Con unas pocas sesiones y unas cuantas indicaciones no solucionamos la caída de la vejiga, pero ya no se mojaba, lo cual es un paso muy importante. Por supuesto que hay soluciones, lo que no hay es conciencia, ni en la enfermería, ni en atención primaria. Tampoco hay protocolos en cuanto al tratamiento conservador.

- ¿Y las matronas y ginecólogos?

- Afortunadamente, cada vez saben más de estas cosas. El oficio de matrona es sacar bebés, no proteger la musculatura del suelo pélvico. Y el ginecólogo va al norte, al cuello de la matriz, a los ovarios... La musculatura de esa zona, como el biceps, es un trabajo del fisioterapeuta. Fue un fisioterapeuta francés, Alain Burcier, quien trajo a Francia desde los Estados Unidos estas técnicas. Burcier, que fue mi maestro, va a participar en el congreso.

- Quizá sea una pregunta frívola, ¿pero el hecho de que rostros conocidos, como Concha Velasco, anuncien compresas para la incontinencia urinaria ha 'socializado' este problema?

- Es una pregunta buena, porque lo cierto es que es una pena que no se hable más de estos problemas, que han estado como escondidos. Los ayuntamientos y otros organismos deberían organizar charlas sobre estas cuestiones, como se suele realizar habitualmente con otros temas de salud. Debería haber escuelas perineales de la misma forma que hay escuelas de espalda. Hay que conseguir que la mujer se amigue con esa zona de su cuerpo, que la quiera, la conozca y la trabaje para prevenir disfunciones.