Alex Aranburu ha sido el mejor vasco de la primera etapa de la Itzulia y era algo que tenía que suceder, antes o después. El ... viejo Euskaltel desapareció -tras una trayectoria irrepetible- en 2013 y desde entonces el ciclismo vasco de primer nivel ha vivido de aquella herencia.
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Todos los ciclistas que han destacado en el World Tour en los últimos años vistieron el maillot naranja. Los hermanos Izagirre, Mikel Landa, Pello Bilbao, Jonathan Castroviejo, Mikel Nieve... Todos corrieron en el Euskaltel-Euskadi. Omar Fraile iba a debutar cuando el equipo desapareció. A Gari Bravo también le pilló el cierre nada más llegar.
El tiempo pasa y, como es obvio, los corredores de esa generación se van convirtiendo en veteranos. Pero la rueda del relevo natural está parada y se produce un bloqueo, que ahora Alex Aranburu empieza a desatascar. No por casualidad. Primero, por sus extraordinarias condiciones, y segundo, porque tuvo dónde correr. La aparición del Murias, modestísima en sus primeros años, le abrió al ezkiotarra, como a otros, las puertas del profesionalismo. Luego subió un escalón al Caja Rural y de ahí, al World Tour con el Astana, a los 24 años. Una evolución lógica.
Sin embargo, la ausencia de un equipo vasco de primer nivel (un ProTeam potente sería más realista que un World Tour en las circunstancias actuales del ciclismo mundial y de la economía local) ha frenado estos últimos años esa escalera y hoy es el día en que prácticamente toda la gran élite del ciclismo vasco es heredera de aquel Euskaltel.
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La presencia del nuevo equipo naranja en la carretera es importante, porque cubre el hueco dejado por el Murias y permite a los jóvenes vascos tener una expectativa de llegar arriba, pero lo cierto es que esta travesía del desierto ha dejado el World Tour lejos para un ciclismo, el vasco, con historia suficiente como para ambicionar ser referencia también en las mejores carreras.
El relevo está siendo y va a seguir siendo costoso. Primero, porque la calidad de los veteranos es importante. No se llega así como así al nivel de los Ion Izagirre, Gorka Izagirre, Mikel Landa y compañía. Con un ciclismo cada vez más internacionalizado, donde el talento llega de cualquier parte -de Eslovenia, pero también de Estados Unidos con Brandon McNulty, de 23 años y segundo ayer-, Euskadi tendrá que buscar el hueco que le corresponde. Por historia y tradición, debe ser un lugar de referencia, pero para eso hay que consolidar estructuras. Como las que hicieron posible aquel Euskaltel.
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