La lengua de signos se apodera del cine en Tolosa

El III Festival Internacional de Cine en lengua de signos, único en España y uno de los diez que se celebran en Europa, vive mañana en Tolosa su jornada central. Es por ello que suscita interés más allá de nuestras fronteras y en él concurren espectadores de toda la franja norte de la península y por supuesto de Euskadi, Navarra y Francia. Pero que su nombre no lleve a error. No se trata de un Festival para personas sordas, sino que se dirige a toda la población en general. «Queremos acercar a los oyentes a nuestro mundo con nuestras limitaciones comunicativas, sensibilizar a la comunidad oyente de nuestra situación, romper las barreras de comunicación que nos separan, a la vez que apoyar y desarrollar más la lengua de signos», indica Julián Rodríguez, responsable del Festival y miembro de la Asociación Gainditzen que lo impulsa.

Directores de diferentes ciudades españolas, de Francia, Ucrania, Italia e Inglaterra presentarán sus cortometrajes, 17 en total, durante toda la jornada de mañana en el cine Leidor de Tolosa. Las películas en lengua de signos se emitirán también dobladas y subtituladas para que el resto de espectadores puedan disfrutar plenamente de la función.

«Era algo impensable»

«Hace años habría sido impensable para el colectivo poder gozar de un evento cultural tan sencillo como asistir a un festival o a una sesión de cine», expresa Julián Rodríguez. «Nos sentimos muy limitados», añade. «A muchos nos gustaría asistir a charlas, teatros, poesía, cine y otros eventos culturales, pero nos es imposible porque no hay intérpretes». Por este motivo, el Festival Internacional de Cine en lengua de signos cobra especial importancia, porque el mundo de la cultura comienza a abrirse también a la comunidad sorda. Aproximadamente hacia el año 2005 comenzaron a rodarse las primeras películas en lengua de signos y el Festival de Tolosa, que cumple su tercera edición, es tan reciente como el resto que se celebra en Europa.

El Festival de Tolosa, explica Julián, nació casi por casualidad. «En un viaje a Reims vimos que había un mundo de posibilidades culturales adaptadas a nuestro coletivo, y se nos ocurrió que podríamos incluir algo parecido durante la Semana de la Sensibilización que organizamos anualmente, pero vimos que el cine daba para mucho más. Fue entonces cuando decidimos poner en marcha el Festival».