AL DÍA

El tercero en llegar a un terreno de juego en el que los usuarios cada vez se mueven mejor

El euskera ya cuenta con el traductor Matxin, desarrollado por IXA y Eleka, y también está presente en Google Translator

N. AZURMENDI

Miércoles, 29 de febrero 2012, 03:09

Publicidad

«Cuantas más herramientas tengamos, mejor», afirma Kepa Sarasola, profesor de la Facultad de Informática de la UPV y miembro de IXA Taldea, un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco que trabaja desde hace más de dos décadas en el tratamiento automatizado de la lengua y que, en torno al año 2000, desarrolló las primeras versiones de Matxin, el primer traductor automático castellano-euskera de «código libre y abierto». En internet desde hace 6 años, Matxin es en la actualidad la herramienta de traducción del castellano al euskera de Opentrad, un consorcio que surgió, impulsado económicamente por el Gobierno central, para facilitar los tránsitos entre las lenguas oficiales del Estado, en el que están integradas tanto IXA como la empresa de ingeniería lingüística Eleka, vinculada a la Fundación Elhuyar, que es la que se ocupa de los servicios que ofrece Opentrad más allá de la mera traducción automática a la que se puede tener acceso gratuito desde su página web. Entre otras cosas, y sobre todo, ese 'plus' de pericia y saber hacer humano que la máquina no es capaz de reproducir.

Porque, como indica Itziar Cortés, de Eleka, hay que ser consciente de que «el objetivo de la traducción automática es la comunicación, entender un contenido que no está en tu lengua, y no conseguir una traducción impecable». Para eso, coinciden todos, el traductor 'humano' es insustituible. Especialmente en el caso del euskera, cuyas peculiaridades morfológicas complican mucho las cosas y, en consecuencia, no ayudan a mejorar la calidad de la traducción, que en el caso del castellano al catalán, por ejemplo, ha alcanzado cotas de acierto mucho más que aceptables.

Kepa Sarasola subraya que una de las principales novedades que se ha producido en un ámbito que conoce muy bien y desde hace tiempo es que «la gente se está acostumbrando cada vez más a utilizar este tipo de herramientas y ya todos intuimos, incluso los usuarios normales , qué caso le tenemos que hacer...». Eso no significa, en cualquier caso, que se conformen con lo conseguido. Matxin está sujeto a continuas mejoras y adaptaciones -las destinadas a áreas temáticas concretas parecen dar buenos resultados- , así como en la base de tres aplicaciones y en el origen de iniciativas como la que recientemente ha traducido al euskera decenas de artículos de Wikipedia que, por supuesto, ha tenido que corregir un humano.

Por delante queda mucho camino, como el desarrollo de sistemas híbridos entre los basados en reglas morfológicas, como Matxin, y los basados en la estadística, como el de Google o el que, en el marco de Opentrad, permite traducir textos del euskera al castellano. La diferencia entre los primeros y los segundos en términos de calidad, dicen, se nota.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad