Un buitre se convierte en centro de atención en Ibarra

Desde la mañana del lunes, día de las cuadrillas, un buitre se acercó al tejado de un edificio de la entrada de la calle Euskal Herria, donde por la tarde se trasladó al edificio de enfrente y terminó posándose en la barandilla del balcón del primer piso. El animal recibió visitas de los paseantes que le miraban expectantes.

«Eran las 22.30 horas del lunes cuando yo estaba viendo la tele en la sala y escuché unos pasos y picoteos contra el cristal que venían desde el balcón. Me asomé y vi cómo un buitre ocupaba nuestra terraza». Son las palabras del joven Ivan Arostegi, vecino del primer piso de la vivienda donde se encontraba el animal. Los vecinos llamaron al 112 y a la Ertzaintza para hacerles llegar lo ocurrido, pero el ave siguió posado en la barandilla del balcón hasta el próximo día. «Nos despertamos con un grito del buitre a las 7.00 horas de ayer, cuando los gaupaseros arrojaban vasos y monedas al animal con la intención de hacerle moverse del lugar», cuenta la madre de Ivan, Conchi Acosta.

Ayer por la mañana la familia recibió una llamada desde la protección civil, y alrededor de las 10.00 horas se acercaron a su vivienda a por él, que lo pudieron atrapar con una sábana fácilmente. Se trataba de un buitre de entre dos y tres meses que medía casi un metro y, probablemente, «se encontraba desorientado, ya que es la época del abandono del nido». Según contaba el protector, se trata del tercer buitre que recogen esta semana.

Sin duda, un incidente que ha reunido a muchos espectadores que paseaban por la entrada de Ibarra. Afortunadamente, todo ha quedado en un susto: «Unos tienen un perro de mascota; nosotros, un buitre», contaba el padre, Joxean Arostegi.