El Idiazabal marca la diferencia

El sonido de los cencerros de los joaldunak de Ituren fueron los encargados de anunciar el inicio de la segunda jornada festiva en Idiazabal. Pasadas las 11.30 de la mañana, Victoriano Urrestarazu junto a su nieta Garazi Izagirre, flanqueadas por por una enorme yegua y su precioso potro, abrieron el paso al rebaño de ovejas que ajenas al ambiente festivo de Idiazabal caminaron entre el público reunido en ambas aceras. Se resistieron un poco a la hora de entrar en el cercado preparado, muy cerca de la plaza del ayuntamiento, pero JosuEtxezarreta, Julen Mintegi, XabiMariñelarena y Agurtzane Urrestarazu, hija de Victoriana, lograron su objetivo en cuestión de minutos.

A continuación, los tres jóvenes idiazabaldarras comenzaron con la demostración de esquileo. Mientras las ovejas se desprendían del abundante pelo acumulado en el largo invierno y se quitaban la manta de lana, los jóvenes sudaban la camiseta ante los curiosos de todas las edades que no perdían detalle. Mientras, en la plaza SanMiguel eran muchos los vecinos de Idiazabal y los visitantes que degustaban un buen pincho de queso Idiazabal, por supuesto, con un vaso de vino y sidra, el hamaiketa perfecto.

Puestos en varias zonas

Era la primera ocasión en la que se ampliaba la zona de mercado fuera de la plaza del ayuntamiento, y los organizadores y pastores se mostraban contentos. «La gente anda más tranquila y se acercan a degustar los quesos y a tomar algo. Ha sido un acierto», comentaban mientras los txistularis y trikitilaris animaban la mañana de feria.

En la plaza Mayor, entre los productores se encontraba Eli Arrillaga, que se mostraba satisfecha con las ventas y el ambiente de la feria. En torno al nuevo queso de esta temporada destacaba «su gran calidad. Ha sido un invierno bueno y hemos podido tener el rebaño fuera porque ha sido frío pero más seco de lo habitual y eso ha favorecido después en la calidad de la leche y también en la cantidad». Arrillaga pensaba ya en la subida de su rebaño a las campas de Urbia. «Subiremos a finales de mayo o la primera semana de junio». La pastora de Olaberria se mostraba ilusionada ante la nueva temporada.

Algo más nervioso estaba Jose Luis Imaz. El idiazabaldarra fue el protagonista del homenaje que el municipio ofrecía a uno de sus pastores. Imaz, que siguió los pasos de sus abuelo y padre en el cuidado de su rebaño, compaginó su afición por el pastoreo con la regencia de la Venta de Etzegarate. Ahora, es su hijo Xabi quien continúa con la tradición familiar con un proyecto que ha comenzado a gestar para construir una explotación y ante la que su padre se mostraba ilusionado. El Ayuntamiento de Idiazabal también quiso homenajear a los voluntarios que durante los últimos veinte años han hecho posible la feria.

A lo largo de la mañana, se pudieron degustar los veintidós quesos que los pastores llevaron a la feria y por votación popular, el primer premio fue para La Leze de Ilarduia, de la quesería La Leze. El segundo fue para Garoa de Zerain el tercero, para Aranburu de Idiazabal, el cuarto para Goiburu de Idiazabal y el quinto para Albi de Uharte Arakil.