Cinco grandes errores que cometes en tu ordenador… y pagarás muy caro

Casi nunca les prestamos atención en el día a día, pero en el ámbito de la seguridad más vale prevenir para no encontrarnos con sorpresas tan inesperadas como desagradables

Iñigo Galparsoro

San Sebastián

Sábado, 2 de enero 2021, 08:45

Sin acceso a internet en el peor momento, eternas esperas para realizar cualquier tarea, las fotos de toda una vida borradas por error, el ordenador ... secuestrado por unos indeseables... No es cuestión de ponernos en lo peor, pero son situaciones que no solo las padecen esos anónimos que protagonizan titulares en las páginas de sucesos o que, simple y llanamente, no tienen unos mínimos conocimientos al teclado… Por ello, si quieres evitarlas, no hay excusas para comenzar a subsanar errores y adoptar una serie de buenos hábitos que, a la larga, te ahorrarán más de un disgusto.

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1. Malware de todos los colores… y sin protección

¿Instalar un antivirus en Windows? ¿Para qué? Consume muchos recursos y ralentiza el ordenador… No hay peor ciego que el que no quiere ver, de ahí que un argumento como éste, más habitual de lo que parece, resulte tan simplista como absurdo y vacío de contenido en la era del incipiente 5G. Permanentemente conectados y en una situación de alerta sanitaria que ha provocado la generalización del teletrabajo y las videoconferencias, los potenciales efectos de un ataque de malware se han multiplicado. Por ello, resulta imprescindible contar con un software que sea capaz de proteger la integridad de todo tipo de documentos y archivos en nuestros ordenadores. La suite de seguridad más estandarizada a día de hoy es Windows Defender, preinstalada e integrada en el propio sistema operativo, y que cuenta con servicios como antivirus, cortafuegos, controles parentales, protección contra archivos potencialmente peligrosos, etc. El nivel de seguridad que ofrece es más que suficiente para un uso básico pero si necesitas una protección más avanzada deberás optar por alguna de las variadas alternativas que ofrece el mercado (Kaspersky, Panda, Norton, McAfee, etc.). Eso sí, tan importante como disponer de una buena suite de seguridad es configurarla correctamente y tenerla actualizada a diario. Y no lo olvides: de más bien poco (o nada) sirve un buen antivirus si nos dedicamos a descargar archivos potencialmente peligrosos, somos unos habituales de programas P2P, abrimos emails y archivos adjuntos de remitentes desconocidos o accedemos a páginas web sin certificación alguna…

2. Actualizaciones: ¿para qué?

Empecemos por Windows. El sistema operativo más generalizado hoy en día ofrece una gran robustez, cuenta con gran cantidad de funcionalidades y cada año implementa dos actualizaciones importantes con nuevas características. Eso sí, no nos engañemos, para disgusto de más de uno, éstas suelen generar bugs y errores de sistema que empeoran la experiencia de usuario (pantallas azules, cuelgues, reinicios sin motivo...) y comprometen la seguridad. De ahí que periódicamente Microsoft añade nuevos parches para optimizar el rendimiento y dotar al sistema de una mayor protección. Por ello, resulta básico tener a la última nuestro sistema operativo (aunque sea a costa de que el ordenador pueda ralentizarse durante el proceso de instalación). Pero no solo.

Y es que casi tan importante es mantener actualizados el resto de programas de nuestro ordenador, así como los drivers o controladores que nos sirven para conectar periféricos y dispositivos de nuestro sistema. Para muestra un botón. ¿Has actualizado la BIOS alguna vez?

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3. A más privilegios, menos seguridad

Cuando estrenas tu nuevo ordenador o decides reinstalar el sistema operativo en busca de un mejor rendimiento, Windows obliga a realizar una configuración básica y crear un usuario con contraseña. Este usuario inicial cuenta por defecto con permisos de Administrador, con un acceso total (o casi) para que puedas instalar y desinstalar programas (excepto la versión de Windows S), editar y personalizar el registro del sistema, cambiar configuraciones de otras cuentas de usuario, etc. Esto conlleva una gran versatilidad y muchas ventajas pero... también un riesgo importante: el de la seguridad. Y es que un potencial ciberdelincuente podría instalar mucho más fácilmente un malware (virus, troyano, ransomware, etc.), ya que no necesitaría ningún permiso ni tu autorización para acceder al sistema. Para evitar esto, nada mejor que optar siempre por añadir una cuenta de usuario estándar, casi igual de funcional para el día a día y con la que podrás realizar cualquier tarea básica pero con la que a la vez mejorarás la seguridad de tu ordenador. Especialmente útil si tu ordenador lo utilizan otras personas en tu hogar, sobre todo los niños.

4. Cuando no hay una copia de seguridad

Los vídeos de tu último viaje, las fotos de la boda, los informes del trabajo… ¿quién no ha sufrido alguna vez la pérdida accidental de archivos? Es probable que ese viejo disco duro dejara de funcionar de un día para otro, que la causa sea un virus o que accidentalmente los hayamos eliminado por error… y nosotros sin haber hecho un respaldo previo. Siempre es mejor prevenir que lamentar y más allá de que haya formas y programas capaces de recuperar estos archivos (con ciertas garantías y limitaciones), no hay mejor solución que realizar copias de seguridad de todos los archivos que consideremos importantes y que no queramos perder bajo ningún concepto. Eso sí, es esencial que la copia de seguridad se realice en soportes y/o dispositivos diferentes, así como valorar la opción de cifrar los datos si contamos con información vital que no queremos compartir con nadie.

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5. Contraseñas: jugando con fuego

No valen las excusas. No es de recibo que tu secreto mejor guardado esté protegido por una clave tan secreta como es '123456', contraseña que en los últimos cinco años ha ocupado el primer puesto en internet como la más utilizada. Si a ello le añadimos que acostumbramos a utilizar la misma clave para nuestra cuenta de correo electrónico, nuestras redes sociales y demás servicios, que el nickname de muchas webs es similar al de la contraseña y que nuestro PIN de inicio de Windows es el mismo que el de nuestra tarjeta bancaria y que a menudo coincide con la fecha de cumpleaños de alguno de nuestros familiares más directos… todo apunta a que serás el siguiente en la lista de los ciberdelincuentes. ¿O estoy exagerando?

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