Fabricando el futbolista perfecto en la Real Sociedad
La Inteligencia Artificial es el fichaje que más minutos juega en cualquier equipo de fútbol: descubre patrones de juego, mejora la técnica y hasta evita lesiones... y todo sin cláusulas de rescisión
Minuto 70. Anoeta asiste al momento decisivo del partido, con una Real volcada sobre la meta rival. Los seguidores txuri-urdin vibran y el banquillo contiene el aliento. No es para menos: todo está en el aire tras una remontada de ensueño en la que Take Kubo se ha confirmado con dos golazos desde fuera del área. Eso sí, el nipón quiere más y vuelve a encarar a su par: le desborda con un regate seco, levanta la cabeza y se saca un latigazo que se estrella en el larguero ante el asombro del portero. La afición aplaude a rabiar. Ilusionada. Entregada. Esperanzada. Hasta que, repentinamente, desde el banquillo realista se anuncia un cambio: el elegido es el dorsal 14. Take Kubo. El estadio entero enmudece. ¿De verdad? ¿Por qué precisamente el japonés? La decisión, esta vez, no está en manos de Sergio Francisco, sino de los 'insights' de la IA. «Cuando el aficionado ve que el técnico realiza un cambio no comprensible, debe contemplar la posibilidad de que los datos hayan sugerido dicho cambio antes de un potencial riesgo de lesión», afirma Iosu Bilbao, director de Tecnologías Digitales e Inteligencia Artificial de Ikerlan.
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Este no es más que un mero ejemplo de la trascendencia que ha adquirido la IA en el fútbol profesional. El balón ha dejado de jugarse únicamente con las botas: ahora también se hace con sensores, cámaras de alta velocidad y algoritmos capaces de hacer las veces del mejor analista profesional. «Los resultados potencialmente alcanzables rentabilizan fácilmente los costes asociados a sistemas de seguimiento de alta precisión. Es más, se pueden lograr hasta decenas de miles de euros por jugador».
Para esta labor de 'scouting' en el fútbol se utilizan multitud de dispositivos electrónicos de muy alta precisión. Y todo con el fin de que el staff pueda captar los datos de los movimientos y la posición de los jugadores en cada momento. Es el caso de «las espinilleras con acelerómetros, los balones que permiten medir el impacto con el jugador, o los sensores que se acoplan a las botas para medir el número de pases, las carreras del jugador, el número de tiros con una pierna determinada, la intensidad de dicho golpeo, los sprints, etc». Y, por supuesto, sin olvidar la grabación en vídeo de los entrenamientos y partidos, que aporta cantidad de información tanto a nivel individual como colectivo. En semejante captación de datos, la IA se antoja esencial «para identificar correlaciones ocultas, predecir evoluciones o sugerir mejoras en la técnica o el entrenamiento del jugador, entre otros».
La mejora de los algoritmos
Análisis de las secuencias de juego, dispositivos con sensores de múltiples ejes que muestrean miles de veces por segundo los movimientos de un jugador… ¿todo esto para qué? «Estos datos permiten al jugador mejorar su técnica de juego, establecer pautas personalizadas en base al análisis de su desempeño e incluso predecir el riesgo de lesión», explica el director de Tecnologías Digitales e Inteligencia Artificial de Ikerlan. Para muestra, un botón. Si se aplican los programas de previsión y se realiza una gestión adecuada de las cargas de trabajo, las lesiones de los futbolistas se llegan a reducir de forma notable: un 30-40% en extremidades inferiores y un 40-45% en ciertas lesiones de rodilla. «No podemos predecir que un jugador se romperá el isquio el martes, pero sí identificar con mayor precisión los factores de riesgo y sus impactos analizando su historial, los patrones de entrenamiento, sueño, recuperación e hidratación, entre otros», concreta Iosu Bilbao.
Al staff técnico, en cambio, la tecnología «le aporta una visión del juego tanto individual como colectivo, ofreciéndole la posibilidad de definir planes específicos, examinar el desempeño de los esquemas y predecir potenciales incidencias». Así, se puede analizar el calendario de competición y sugerir planes de rotación de jugadores para optimizar el descanso sin bajar el nivel competitivo.
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Dietas individualizadas
Los nutricionistas no se quedan atrás y también emplean todo tipo de herramientas digitales para planificar dietas individualizadas día a día, en función de la carga de entrenamiento. «Si el sistema indica que hoy toca sesión intensa y el jugador -según los datos de monitorización- no durmió bien, se puede ajustar su ingesta de carbohidratos o suplementos para mitigar el impacto. Es un ejemplo de que un ecosistema de datos e IA puede cuidar del bienestar del futbolista apoyándose en la tecnología».
Es más, «hay clubes que ya no están únicamente monitorizando los parámetros físicos, sino que comienzan a analizar el sueño de los futbolistas en grandes torneos, lo que contempla una visión holística de las condiciones de los jugadores». No hay vuelta atrás: la simbiosis entre la ciencia deportiva y la tecnología es total. Quizá la próxima ovación en Anoeta no sea para el gol de Take Kubo sino para el fichaje que más se prevé que marque las diferencias en la Real y en cualquier otro equipo de primer nivel: la Inteligencia Artificial.
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