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No es la plaza de la Constitución, pero en la calle Arrasate también hubo izada de bandera.

La marcha conquista los balcones

Tamborrada en casa ·

La familia Orbe, como otras tantas, sacó las banderas a las ventanas y llenó de música el arranque del día de San Sebastián

Dani Soriazu

San Sebastián

Miércoles, 20 de enero 2021, 08:24

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Tres, dos, uno... dentro música. Son las doce de la noche y en el número 16 de la calle Arrasate de Donostia empiezan a sonar los ritmos del maestro Sarriegui. La marcha de San Sebastián se hace fuerte en el silencio de una ciudad confinada. En los balcones de este edificio, decorados con las banderas de la ciudad, empiezan a resonar los tambores. Los intérpretes son los miembros de las cinco familias que, además de compartir el apellido Orbe, viven en este mismo inmueble. Su puesta en escena se convierte en una clara reivindicación de que aunque este año la fiesta se celebra en casa, el sentimiento y la emoción no se quedarán encerrados entre cuatro paredes.

Muchos otros hogares se han sumado esta medianoche a entonar a los cuatro vientos el 'Gu beti pozez, beti alai'. Pero lo cierto es que los Orbe tienen bastante experiencia en esto de animar el centro de la capital, sobre todo en estos tiempos de pandemia. Desde el inicio del confinamiento domiciliario que se impuso en marzo, con el primer estado de alarma, sumaron 54 días seguidos saliendo a las 20.00 horas a sus balcones para poner y tocar la marcha de San Sebastián, justo después de los aplausos a los sanitarios. Ahora, llegado este gran día, no podían fallar a la cita y repetir hazaña.

Con el sonido de las campanadas del Buen Pastor empezó a sonar la música, que salía de dos bafles conectados entre sí desde la primera hasta la tercera planta. 'Sebastian bat bada zeruan...' se arrancaban a cantar, mientras en uno de los balcones se izaba una bandera al ritmo de la marcha de San Sebastián. El resto del vecindario también se asomó para contemplar el espectáculo y participar de esta fiesta, entonando la letra y acompañando los ritmos de los tambores. Muchos también lo grabaron con el móvil, como algo excepcional digno de guardar para el recuerdo.

En el primer estado de alarma sumaron 54 días poniendo la Marcha de San Sebastián. Esta medianoche repitieron

Las luces encendidas de las viviendas permitían ver sin problema a los mayores y, sobre todo, pequeños de esta familia, vestidos de cocineros y soldados, disfrutando con el show y viniéndose arriba con cada golpe de tambor. Canción tras canción, sin perder la energía. En la fachada lucían globos azules y blancos y las banderas de la ciudad, todas ellas con un crespón negro en homenaje a todas las víctimas que ha dejado el Covid durante estos meses.

«Esto engancha, una vez que empiezas no quieres parar», contaba a DV Casilda Orbe, tras mucho ensayo de barril. Ella y otros cuatro de sus nueve hermanos comparten vida en este céntrico edificio. En total 25 personas que, aseguran, no se han aburrido cuando han tenido que estar confinados. El día de San Sebastián no iba a ser la excepción.

De simple idea a éxito viral

Muchos igual recuerdan a esta familia porque un vídeo de sus performances durante el confinamiento de marzo se hizo viral, compartiéndose en todas las redes sociales y saliendo incluso en los informativos a nivel nacional. «La idea nació de mi cuñada, que recordó que los donostiarras atribuyeron la desaparición de la peste de 1596 a los rezos a San Sebastián. Quisimos hacer algo parecido, esta vez cantándole al santo para que se lleve el Covid», explica Eduardo Segura, marido de Casilda. Dicho y hecho.

A partir de ahí, su popularidad fue creciendo, llegando a recibir peticiones de vecinos para hacer felicitaciones de cumpleaños con música «e incluso nos pidieron un vals por un aniversario de bodas», recuerda con una sonrisa Pablo Orbe, otro de los hermanos. El día que la Real tenía que haber jugado la final de la Copa del Rey en Sevilla no faltaron las sevillanas y las banderas txuri-urdin. «No hemos tenido quejas ni problemas con otras personas. Al contrario. Había niños que a las ocho menos cinco ya se ponían en la ventana esperando a que saliéramos», relata. Esta medianoche, han tenido competencia. Pero de la buena. Les han acompañado tambores por casas de todo Donostia.

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