Isabel Verdini | Profesora de danza y directora de la compañía Verdini Dantza Taldea
«Este es el Tambor de Oro de la inclusión»El Ayuntamiento de Donostia acordó este martes el premio, por unanimidad, por inculcar la pasión por bailar a niños y jóvenes con síndrome de Down
Isabel Verdini (San Sebastián, 1971) no olvidará fácil este martes. Fue su cumpleaños, y el mejor regalo lo recibió al mediodía, cuando el alcalde de ... San Sebastián, Eneko Goia, le llamó para comunicarle que el Ayuntamiento había decidido otorgarle el Tambor de Oro 2024, por sus más de 25 años de trayectoria profesional en favor de la inclusión, la formación y la danza. «No me lo creía», cuenta al otro lado del teléfono, con la voz todavía entrecortada por la emoción. Con el paso de las horas se fue tranquilizando y empezó a disfrutar de la noticia.
– ¿Qué ha sentido cuando le han llamado para comunicarle que le otorgan el Tambor de Oro?
– Me he emocionado mucho, me he quedado alucinada. Ya cuando ha pasado algo de tiempo he seguido llorando, porque se ha reconocido el trabajo que he hecho durante estos treinta años, el valor que les hemos dado a las personas con discapacidad, que pueden llegar a hacer lo que quieran si alrededor hay un trabajo adecuado, se cree en ellos y se pone todo el corazón del mundo.
– ¿Qué supone este reconocimiento para usted, y para la compañía que dirige?
– Creo que nos va a dar más fuerza para seguir adelante y seguir luchando, porque creemos en las capacidades que tienen las personas con discapacidad, queremos demostrar que si una persona con síndrome de Down quiere ser bailarín lo va a conseguir.
– El alcalde Eneko Goia subrayó que su figura «nos proyecta como una ciudad inclusiva». ¿Qué siente al oír esto?
– Para mi es muy importante la palabra 'inclusión', porque es lo yo he querido hacer siempre, crear cosas que sean inclusivas. Es una palabra que me ilusiona mucho, al igual que el Tambor de Oro.
Noticia relacionada
El popular galardón fue decidido por unanimidad y en tiempo récord
– ¿Por qué decidió crear la compañía Verdini Dantza Taldea?
– El proyecto surgió tras el nacimiento de mi sobrina Haizea, que nació con síndrome de Down. En casa se vivió una situación agridulce, con mucha tristeza, porque creíamos que no iba a poder hacer nada. Yo por aquel entonces estaba cursando mis estudios de danza en Barcelona, y le dije a mi hermana: tranquila, que tu hija será bailarina como yo. Y hemos cumplido con creces esa promesa. Mi sobrina ya no sigue en la compañía pero yo sigo con el proyecto, porque es mi vida, parte de mi manera de sentir y pensar. Me han enseñado tanto como persona que sigo aquí gracias a ellos.
«Queremos demostrar que si una persona con síndrome de Down quiere ser bailarín lo va a conseguir»
– ¿Cómo fueron aquellos inicios?
– Empecé dando clase a tres niñas, mi sobrina y dos amigas suyas. Poco a poco empecé a formar la escuela y luego llegó la compañía, para poder ofrecer actuaciones. Soy una persona cabezota y me empeñé en que mis bailarines actuaran en teatros. Y así empezamos a crear producciones. El primer espectáculo lo ofrecimos en el 2000, en el Kursaal, en la gala del 40 aniversario de Atzegi.
– Desde entonces, ¿cuántas producciones han sido?
– Habrán sido una docena de producciones propias, aunque también hemos participado en otros espectáculos con orquestas, coros y otras agrupaciones de danza. En la actualidad en la compañía somos doce personas, aunque durante estos años ha pasado mucha gente. Y por la escuela, muchos más.
– ¿Qué supone para los bailarines de Verdini participar en otras coproducciones?
– Para ellos es algo especial, porque creen más en ellos, y eso es muy importante, porque sienten que tener síndrome de Down no es nada malo.
«Fuimos pioneros en crear una compañía de danza con personas que tenían alguna discapacidad, ahora ya hay más»
– ¿Verdini Dantza Taldea es una compañía excepcional?
– Es cierto que fuimos pioneros en crear una compañía de danza con personas que tenían alguna discapacidad, pero con los años esto ha cambiado. Ahora hay otras compañías que lo hacen en Bilbao, Madrid o Valencia. Hay muchas más, en parte gracias al trabajo que hicimos hace tres décadas a favor de la inclusión, rompiendo barreras y tirando puertas. Gracias a ese trabajo hoy en día hay muchas compañías que incluyen entre sus componentes a gente que tiene alguna discapacidad.
– ¿El momento más feliz que recuerde de esta andadura?
– Recibir la Medalla al Mérito Ciudadano que otorga el Ayuntamiento fue algo muy bonito. Pero en general me quedo con todas las actuaciones que hacemos y el momento en el que bailo con ellos.
– ¿Y algún momento duro?
– Muchos, porque el camino para la compañía no ha sido fácil. Poner a bailar sobre un escenario a nueve personas con síndrome de Down no fue nada sencillo al principio. Pero echando la vista atrás, tengo más agradecimientos que lloros, porque he tenido un gran equipo detrás, entre ellos mi marido y mi hermana, que sigue trabajando con nuevas ideas y proyectos. Y ha sido muy importante, porque yo creía en mis bailarines pero necesitaba que la gente que tenía alrededor también creyera en lo que yo hacía. Además, desde el Ayuntamiento de San Sebastián también nos han apoyado siempre.
– El Tambor de Oro llega con el 30 aniversario de la compañía...
– Sí, porque el 21 de enero celebraremos el aniversario con una gala en el Teatro Victoria Eugenia. Va a ser un fin de semana muy intenso y especial para todos...
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión