
El triunfo en los tiempos del virus
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El profesionalismo ha lucido músculo para volver, con historias de exito como las de Erik Jaka, Ainhoa Etxeberria y Martin ZubimendiSecciones
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El profesionalismo ha lucido músculo para volver, con historias de exito como las de Erik Jaka, Ainhoa Etxeberria y Martin ZubimendiPasadas los décadas gloriosas de Hollywood, de sus elegantes y poderosos actores y actrices, el deporte ha pasado a ocupar una posición central como expresión ... de la cultura popular en estos tiempos. Y al estar en el centro de la vida de muchas personas, tampoco ha escapado al ataque del coronavirus. Aplazados los Juegos Olímpicos de Tokio y la Eurocopa de fútbol, el año 2020 ha marcado claramente la línea que separa las dos vertientes del deporte contemporáneo: el profesionalismo y el que mantiene sus lazos con el oficialismo tradicional, incluso al máximo nivel.
Caen los Juegos Olímpicos, una amalgama de deportes de primera fila y modalidades minoritarias destinada –demasiadas veces– a ser un mero recuento de medallas por parte de los países. Cae la Eurocopa, ligada al fútbol de selecciones, y se reanudan las Ligas y las competiciones europeas como la Champions, protagonizadas por los clubes. Todos los torneos profesionales de las modalidades más potentes (fútbol, baloncesto, balonmano...) y los grandes deportes comerciales (ciclismo, automovilismo, tenis, golf...) se han reanudado y han lucido músculo, al ser capaces de poner el marcha sistemas de control y seguridad que han hecho palidecer las capacidades oficiales en muchos casos, como cuando la Vuelta a España encadenó 18 etapas y atravesó la península sin ningún contratiempo en lo peor de la segunda fase.
El deporte ha seguido adelante en condiciones extraordinarias, que han supuesto graves inconvenientes, pero que también han servido de escenario para gestas asombrosas. Y con un rasgo común: ha habido campeones por sorpresa y una explosión de talento joven. Para algunos deportistas, 2020 ha sido el año del triunfo en los tiempos del virus. También en el deporte guipuzcoano, donde nombres como los de Erik Jaka, Ainhoa Etxeberria o Martin Zubimendi han alcanzado el éxito de forma espectacular.
Erik Jaka es el nuevo campeón manomanista, lo que le coloca en el santoral del gran deporte de los vascos. No sin dificultades, pero el profesionalismo también ha marcado la diferencia y la actividad ha vuelto a los frontones, sin público. Esa txapela supone la consagración de por vida para cualquier pelotari y a Jaka le ha llegado a los 26 años, tras una trayectoria no exenta de dificultades para alcanzar la cima. «Así ha tocado –explica el pelotari de Lizartza–. Habría sido igual de buena si hubiera llegado en otro año, pero las circunstancias son las que son. Ni le da más mérito ni se lo quita. La txapela vale igual que la de cualquier otro año, lo mismo que sucede con la de Ezkurdia y Martija en el Parejas».
erik jaka | campeón manomanista
AINHOA ETXEBERRIA | JUGADORA BERA BERA
MARTÍN ZUBIMENDI | JUGADOR DE LA REAL
El campeón reconoce que «ya me lo creo, aunque han pasado tantas cosas en un lapso tan corto de tiempo que no ha sido fácil de asimilarlo todo. Me está tocando a mí disfrutar de todo esto en este momento».
Jaka se coronó como campeón manomanista en un fronton Bizkaia vacío de público. «Al principio se me hacía raro jugar sin aficionados en las gradas, pero ahora ya no veo tanta diferencia. Cuando hay público, sobre todo después de acabar un tanto, siempre escuchas el ruido del frontón, lo quieras o no. Pero ya me he habituado a ese silencio. La mentalidad tiene que ser la misma y tienes que estar centrado al cien por cien en lo tuyo».
El balonmano ha vuelto, pero la campaña pasada terminó en los despachos, cuando se decretó el final de las ligas. El virus paraba la temporadan y el Super Amara Bera Bera se proclamaba campeón, al ser líder en aquel momento. Para Ainhoa Etxeberria supuso su primer título nada más debutar en la máxima categoría. La lateral oiartzuarra de 22 años reconoce que «aunque ha sido un año muy difícil, para mí ha sido muy bueno, tanto en lo deportivo como en los estudios. He ganado una Liga, he ido con el equipo a una final de Copa y también he viajado a Europa. Todas ellas han sido experiencias enriquecedoras, y no solo en el aspecto deportivo».
Etxeberria recuerda que «cuando la Federación dio la Liga por terminada y nosotras éramos las campeonas, mis padres me decían '¡has ganado una Liga!', pero yo no lo sentía así, no era consciente. No es lo mismo ganar una Liga en casa que hacerlo después de un partido, en la pista».
Ha echado de menos al público. «El cambio más grande lo noté por las gradas vacías. Para nosotras, el calor de los aficionados es muy importante.Sabemos que están ahí, apoyando, pero no es lo mismo ver un partido en el pabellón que hacerlo por streaming en casa».
Etxeberria asegura que «fuera de la cancha, 2020 también ha sido un buen año. Los dos pilares de mi vida son los estudios y el deporte. Estoy en quinto de Medicina. A lo largo de la carrera estudias el tema de las vacunas, pero no es ese mi campo. Tener conocimientos de medicina te hace seguir el caso con más atención, pero al final es una pandemia que nos afecta a todos y yo aún no soy médico. En todo caso, médico de pacotilla». No le ha tocado estar cerca de casos de coronavirus. «Tenía las prácticas en ginecología y he estado centrada en ellas».
¿Objetivos para 2021? «El primero, siempre es difrutar con lo que hago. Para el club, que vuelvan los aficionados y recuperar las gradas llenas; y para el equipo, conseguir todo lo que se pueda».
Otro deportista para el que 2020 ha sido un año de triunfo es el jugador de la Real Martin Zubimendi. El centrocampista donostiarra, de 21 años, ha debutado en el primer equipo y se ha hecho con un puesto en las alineaciones de Imanol. «Ha sido un año difícil, raro, muy malo en muchas facetas, pero futbolísticamente no me puedo quejar. Por el debut y por todo lo que ha venido después».
En la primera parte del año, Zubimendi destacaba en el Sanse, en Segunda B. Pero el virus, para él, lo cambió todo a mejor. «Al salir del confinamiento, me llamaron para que me entrenara con el primer equipo. Solo para entrenar y para estar preparado por su acaso surgía alguna oportunidad, al ser todo tan incierto. No podía imaginar lo que vendría luego».
Ha venido el debut, la titularidad, la fama... Todo lo que supone ser jugador de la Real. «No sé si lo he asimilado. Ha sido todo tan rápido, estamos jugando tantos partidos en tan poco tiempo que no te da tiempo para pararte a pensar. Y no lo pienso. Lo llevo bien. Mis amigos tampoco me hablan demasiado de fútbol. Aunque ya sé que se quedan con las ganas, mantienen la distancia».
ERIK JAKA | CAMPEÓN MANOMANISTA
AINHOA ETXEBERRIA | JUGADORA BERA BERA
MARTIN ZUBIMENDI | JUGADOR DE LA REAL
Estudiante de IVEF a distancia, Zubimendi es habitual en las alineaciones de la Real en el eje del centro del campo, pero relativiza el impacto de su irrupción: «No me considero un fijo para Imanol, porque hay muchos partidos y hay minutos para todos en las rotaciones. Nos viene bien ese reparto, porque la temporada se va a hacer muy larga».
A la hora de debutar, ha apreciado el salto de categoría, pero no uno de los factores diferenciales de la Primera División: los estadios llenos, para lo bueno y para lo malo. «Lo que más he extrañado es jugar sin público. Me he quedado sin saber lo que supone salir a un campo de Primera lleno, y más con el nuevo Anoeta, con el público tan cerca. Es una pena, pero no tengo ninguna queja. En Segunda B, en determinados campos fuera de casa, ya se notaba la presión de la gente. No me quiero imaginar lo que será en Primera», bromea. «Ya estoy impaciente por experimentarlo. En un campo lleno las empciones se magnifican».
«A mí no me ha cambiado tanto la vida, salvo la fase del confinamiento, como a todo el mundo. Al final que no haya ocio no me afecta porque hago vida de futbolista. Quizá, hasta me haya ayudado a centrarme incluso más», observa Martin Zubimendi.
El realista asegura que «2021 se presenta apasionante, con finales y grandes objetivos». Son palabras de Zubimendi pero las suscriben Jaka y Etxeberria. Este año que se va, maldito, ha sido para ellos el del triunfo. Y el futuro se abre magnífico ante ellos. «Es lo que todos soñamos».
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