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J.M.
Viernes, 14 de marzo 2025, 16:05
Las tórtolas se han convertido en los últimos tiempos en un ave con presencia en las zonas urbanas. Si bien en el pasado eran más comunes en el campo, hoy también aparecen en pueblos y ciudades. A pesar de su significado simbólico en varias culturas, relacionado con la paz y el amor, la presencia de estos pájaro, a menudo considerado una versión más refinada de las palomas, tiene una explicación mucho más sencilla.
Si bien existen diferentes especies de tórtolas como la tórtola silvestre, es la tórtola de collar, que llegó a Europa desde Asia en el siglo pasado, la que ha encontrado un hábitat ideal en las ciudades, donde puede alimentarse y anidar con facilidad. Extremadamente adaptables, gracias a su capacidad para buscar comida en diferentes lugares, como parques, patios e incluso en balcones, logran prosperar también en ambientes urbanos.
En su dieta, abundan las semillas, cereales y frutos si bien también se acercan con asiduidad a las cornisas, barandillas y balcones de edificios públicos y casas esperando encontear alimento.
Así, si una tórtola se posa en nuestro balcón o en nuestro jardín significa que lo considera un lugar seguro. Las tórtolas son animales discretos que tienden a vivir en pareja, evitando invadir los espacios como lo hacen las palomas, que son más coloniales. Cuando se establecen cerca de nuestras casas, lo hacen principalmente para encontrar un lugar tranquilo donde alimentarse, descansar o incluso anidar. Si vemos una tórtola en nuestro balcón, lo mejor es no molestarlas, sino observarlas con respeto, permitiéndoles realizar sus actividades naturales.
En invierno, podemos ayudarla dejando un cuenco de agua y algo de comida, como semillas para aves. Sin embargo, en primavera y verano es mejor evitar alimentarlas, para no interferir con su capacidad de buscar su propio alimento. Si una pareja de tórtolas decide anidar en nuestro balcón, podemos simplemente dejarlas en paz y disfrutar de la belleza de la naturaleza que se desarrolla ante nuestros ojos. Después de aproximadamente un mes, los polluelos habrán crecido y el nido será abandonado.
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