Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga
Agentes de la Unidad Canina con perros rastrean los residuos recogidos en varias playas en un vertedero de Getxo. ertzaintza

Los restos de la playa de Getxo llevaban un mes en el agua y son de un hombre joven

La Ertzaintza intenta identificar a esta persona entre la lista de desaparecidos en los últimos meses en Euskadi y cuenta ya con algún posible nombre

AINHOA DE LAS HERAS y JON GARAY

Miércoles, 13 de enero 2021, 08:43

Los restos humanos encontrados en los últimos días en la playa de Arrigunaga, en Getxo, corresponden a un joven de entre 25 y 35 años, ... y podrían llevar en el agua aproximadamente un mes, según los análisis preliminares realizados por los forenses del Instituto vasco de Medicina Legal. Se da por hecho que las extremidades, trozos de dos piernas y de dos brazos, pertenecen a la misma persona.

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El Departamento de Seguridad confirmó ayer que, tal y como había adelantado EL DIARIO VASCO, los miembros hallados en el arenal vizcaíno presentan indicios de criminalidad. Los patólogos que examinaron los restos creen que han podido ser cortados con una sierra mecánica, lo que apuntaría a un posible homicidio.

Agentes de la Sección de Investigación Criminal Territorial de Bizkaia (SICTB), por su parte, intentan identificar a esta persona entre la lista de denuncias por desaparición en los últimos meses en Euskadi. Cuentan ya incluso con algún posible nombre. Se trataría de un chico de una localidad de la Margen Izquierda al que se le perdió el rastro en diciembre, según ha podido saber este periódico en fuentes cercanas al caso. No obstante, la prueba determinante para conocer la identidad de la presunta víctima será el ADN.

La Policía Científica trata de extraer el perfil genético de una muestra sacada de los restos mortales. La base de desaparecidos de Ertzaintza cuenta con el ADN de la mayoría de las personas cuya familia o allegados han denunciado su ausencia. Para ello, suelen pedir a los familiares un cepillo de dientes, un peine o incluso una esponja que soliera utilizar el hombre o la mujer a la que se echa en falta.

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La Policía Científica trata de extraer el perfil genético para cotejarlo con su base de datos

ADN de los restos

En un primer momento, al hallarse la primera pierna el pasado domingo, no se llegó a barajar que se tratara de un crimen porque las lesiones postmortem que provoca un animal marino en un cuerpo son similares a una sierra, según explican los expertos consultados. Sin embargo, al hallarse más extremidades al día siguiente en la misma zona, que además presentaban un corte similar y muy simétrico, los especialistas cambiaron de hipótesis. No obstante, habrá que esperar al estudio más profundo sobre los miembros seccionados que se realiza en la mesa de autopsias para confirmarlo. Por el grado de deterioro, los restos podrían llevar en el agua aproximadamente un mes, aunque los forenses aún no han emitido un informe definitivo con sus conclusiones.

Buceadores

Ayer se retomó la búsqueda de más restos en la playa de Arrigunaga. A la Unidad Canina se sumaron la Unidad de Rescate y Vigilancia (UVR) con los buceadores, que se sumergieron en la orilla, y una embarcación, que patrulló por la línea de costa. En paralelo, los perros fueron conducidos a un vertedero en un área industrial de la Margen Izquierda donde se vertieron los residuos recogidos en tres arenales vizcaínos, además de Arrigunaga, en Ereaga y Azkorri. El rastreo sobre los desechos de la costa no obtuvo ningún resultado.

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Fue un particular quien avisó a la Ertzaintza sobre las nueve y media de la mañana del pasado domingo de que se había topado en un paseo por el arenal getxotarra con lo que creía que era un trozo de pierna, entre la rodilla y un tobillo. Agentes de inspecciones oculares de la Policía autonómica y una forense se desplazaron hasta el lugar y comprobaron que era así. Al principio se atribuyeron los restos humanos a algún pescador o persona que hubiera caído al agua, o incluso que la marea pudiera haberlo arrastrado desde algún punto distante fuera de Euskadi. La Unidad Canina regresó al día siguiente al arenal vizcaíno y localizó una segunda pierna y piezas de las dos extremidades superiores. Entonces saltó la alarma: los huesos presentaban signos de haber sido serrados, por lo que se abrió una investigación por un posible homicidio.

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