Así malvivían las víctimas de explotación sexual de Bilbao: drogadas y con clientes las 24 horas
La Guardia Civil revela «las condiciones infrahumanas e insalubres» en las que las inmigrantes paraguayas y colombianas liberadas la semana pasada ejercían hacinadas la prostitución
Ainhoa de las Heras
Martes, 14 de marzo 2023
Las 13 víctimas de explotación sexual liberadas la semana pasada en una operación de la Guardia Civil contra la trata de personas en Bizkaia malvivían ... hacinadas en un bajo en el barrio bilbaíno de Zorroza, donde ejercían la prostitución «en condiciones infrahumanas e insalubres», según ha revelado el instituto armado en una rueda de prensa en el cuartel de La Salve en Bilbao. Las mujeres, procedentes de Paraguay y Colombia, eran obligadas a mantener contactos sexuales las 24 horas (de día y de noche, los siete días de la semana) y a consumir cocaína si quería el cliente. Las vigilaban continuamente, incluso con un circuito cerrado de cámaras de televisión, y sólo podían salir una hora al día. Tenían además que participar en fiestas temáticas en las que se cubrían con antifaces y debían acceder a las exigencias de los hombres con los que se acostaban.
La operación Alipar, que se inició gracias a la denuncia de un testigo protegido, se saldó con la detención de siete personas. Entre ellas figuran la líder de la organización, de nacionalidad española y que residía en una casa en Fruiz, donde se localizaron fajos de billetes escondidos, algunos en uno de los baños, y su mano derecha, que residía en Barakaldo. En el registro de estos dos domicilios y la lonja de Zorroza fueron intervenidos 35.000 euros en efectivo gracias al olfato de un perro de la Guardia Civil especializado en detección de dinero. También aprehendieron cocaína, marihuana, pastillas de viagra, numerosos teléfonos móviles, ordenadores, dispositivos TPV, monitores y grabador de CCTV. Además, se han bloqueado numerosas cuentas bancarias que están siendo analizadas en el marco de una investigación patrimonial para facilitar la reconstitución del daño.
La comandancia de la Guardia Civil en Bizkaia ha contado con la colaboración de la sección de Trata de Seres Humanos de la Unidad Central Operativa (UCO) y del Equipo de Mujer y Menor de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de Alicante. El teniente Héctor Suárez, jefe de la sección de investigación de la Policía Judicial de Bizkaia, ha explicado que las mujeres «vivían hacinadas, entre restos de comida y suciedad, en una planta baja, un sótano y una buhardilla agaterada a la que sólo podían entrar agachadas. Sólo tenían un baño para compartir entre todas y dormían en literas de menos de 70 centímetros, bajo un control férreo».
Según el mando, las inmigrantes eran «engañadas» a través de amigos y conocidos en España y captadas en sus países de origen aprovechando su situación de pobreza. Una vez en España, les explicaban cuál era realmente el trabajo que debían realizar, la prostitución. En el viaje contraían una deuda con la organización que tenían que saldar siendo explotadas sexualmente.
«La conciencia de los puteros»
En el momento de la liberación, las víctimas fueron asistidas y acompañadas por la ONG FIET GRATIA, especializada en la atención a mujeres que han sufrido explotación sexual y cuya sede está en Madrid, «para contribuir a que salgan de ese perverso mundo», ha explicado el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, en la rueda de prensa. Itxaso ha apelado «a la conciencia de los puteros, que obvian las condiciones infrahumanas que sufren las personas que ejercen la prostitución en contra de su voluntad y bajo coacción. Hay que estar muy ciego para no darse cuenta». Para el delegado del Gobierno, «la trata es una de las caras más tenebrosas de la vulneración de los derechos humanos. Pasa cerca de nosotros, en el piso de al lado de nuestra casa y degrada a las personas que la sufren».
Para el general de la XI Zona de la Guardia Civil en el País Vasco, José Antonio Mingorance, la explotación sexual «es una versión moderna de la esclavitud y una tipología delictiva de difícil esclarecimiento. Sin la colaboración ciudadana y de las víctimas, resulta complicado obtener resultados».
En los últimos cinco años, la Guardia Civil ha liberado a 72 víctimas en seis operaciones contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual y detenido a 134 personas. La recepción de cuatro denuncias ha permitido liberar a otra mujer y arrestar a otro individuo en otras provincias.
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