«Debemos evitar poner a cargar nuestros móviles por la noche»

Los expertos Héctor Soler y Erlantz Lizundia analizan los elementos químicos que componen las baterías y ofrecen consejos para evitar este tipo de desgracias

Iñigo Villamía

San Sebastián

Martes, 10 de octubre 2023, 02:00

«Debemos evitar poner a cargar nuestros móviles por la noche». Seguramente esta sea, como tantas otras, una frase que hemos escuchado en innumerables ocasiones ... pero a la que apenas hacemos caso. Héctor Soler es profesor de electrónica de comunicaciones en la Escuela de Ingenieros Tecnun de Donostia y, aunque comparte la idea de que es «muy poco probable» que en circunstancias normales un dispositivo electrónico explote, alerta de su peligrosidad debido a los elementos químicos que componen sus baterías. «Si a las baterías de iones de litio se les introduce excesiva corriente producen un sobrecalentamiento y pueden llegar a explotar», explica el experto, que aconseja cargar cualquier aparato de estas características «siempre de día y bajo nuestra supervisión» para evitar desgracias como la ocurrida al joven Kevin.

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¿Por qué, aunque excepcionalmente, puede llegar a ocurrir? La mayor parte de estos componentes que alimentan nuestros móviles son de iones de litio. Se inventaron en la década de los 60 del siglo pasado y se comercializaron dos décadas después –sus creadores recibieron el Premio Nobel de Química en 2019–. Hoy en día están en prácticamente todos los dispositivos que utilizamos porque son pequeñas, ligeras y tienen una gran capacidad de carga. Básicamente se componen de un ánodo –polo positivo–, un cátodo –polo negativo– y un electrolito, sustancia que permite que la energía circule entre ellos. Los iones de litio pasan del cátodo al ánodo. Cuando están todos en este, la batería está descargada. En el proceso de carga, los iones hacen el viaje contrario –del ánodo al cátodo–. El problema está en los electrolitos. «Se utiliza una sustancia química que es inflamable. Por eso explotaron algunos móviles hace unos años», explica Erlantz Lizundia, profesor de la Escuela de Ingeniería de Bilbao (UPV/EHU). Además, los ánodos y los cátodos están separados por una fina lámina de plástico que resulta inflamable si dichos electrodos entran en contacto.

Límite de 50 a 60 grados

El límite de temperatura de estas baterías se sitúa entre 50 y 60 grados. Pero ya a partir de los 40 grados, una temperatura que puede alcanzar fácilmente cuando lo cargamos, es posible que en su interior se formen burbujas que terminen por alterar la forma de los electrodos, que pueden terminar por salir de la carcasa. Es entonces cuando los mencionados electrolitos pueden llegar a hervir y provocar que el dispositivo arda.

En los extrañísimos casos en que ocurre, la causa principal es un defecto de fabricación. Puede ocurrir que el litio entrara en contacto con el agua o el aire, lo que facilitaría que se produjera la reacción inflamable. También puede suceder que, por una manipulación incorrecta, una caída o un mal uso se haya degradado. Un tercer condicionante es la estructura cada vez más fina de los dispositivos: se les exige más rendimiento pero en menos espacio. No obstante, antes de salir al mercado, todos los dispositivos pasan numerosas pruebas para evitar estos incidentes.

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