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Fue la cultura la que, según los investigadores, propició el aislamiento de los vascos desde la Edad de Hierro.

La singularidad genética de los vascos se debe a su aislamiento desde la Edad del Hierro

Una investigación apunta a que el euskera no solo habría actuado como barrera exterior, sino también interior entre poblaciones con diferentes dialectos

luis alfonso gámez

Viernes, 26 de marzo 2021, 06:42

¿Cuál es el origen de los vascos? La singularidad del euskera hizo que durante décadas se especulara con que eran descendientes directos de los ... cazadores-recolectores del Paleolítico Superior. De los humanos que pintaron Santimamiñe, Ekain y Armintxe. En 2015, la genética descartó el mito de los vascos como los últimos paleolíticos: como el resto de las poblaciones ibéricas, eran una mezcla de cazadores-recolectores aborígenes con granjeros neolíticos procedentes del suroeste asiático, según un estudio en el que participó el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga, codirector de las exacvaciones de Atapuerca.

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Pero, entonces, ¿cómo se explicaba su peculiaridad genética? Hace dos años, otro estudio dirigido por el bioquímico alavés Iñigo Olalde, de la Universidad de Harvard, concluyó que se debería a que los vascos descienden de una población de la península de la Edad del Hierro que, a diferencia de sus vecinos, desde entonces se mezcló poco con otros grupos humanos. «El ADN de los vascos es muy parecido al de los habitantes de la península en la Edad del Hierro, hace 3.000 años», aseguró entonces Olalde a este periódico.

Vascos e ibéricos

Un equipo de investigadores liderado por David Comas, del Instituto de Biología Evolutiva (IBE), centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), confirma ahora en la revista 'Current Biology' ese segundo escenario y apunta al euskera como el agente que pudo propiciar ese aislamiento en un entorno geográfico sin barreras naturales. Según los autores, la lengua vasca no solo habría actuado desde la Edad del Hierro como muro cultural exterior, sino también dentro de la propia comunidad vascoparlante, donde habría aislado entre sí a los grupos con distintos dialectos. Al menos, eso es lo que parece apuntar la genética.

Las claves

  • El origen. Los vascos se diferencian genéticamente del resto de los habitantes de la península ibérica, con los que comparten ancestros.

  • Menos mestizaje. Las peculiaridades genéticas se deben a que desde la Edad del Hierro los vascos se han mezclado menos con otras poblaciones.

  • Barrera cultural. El euskera actuó tanto como barrera cultural entre los vascos y otras poblaciones como entre los propios vascos que hablaban diferentes dialectos.

Comas y sus colaboradores -entre los que hay lingüistas- han examinado el genoma de 1.970 europeos y peninsulares, incluidos 190 habitantes modernos de 18 zonas del País Vasco, Cantabria, La Rioja, Burgos y el País Vasco francés. «Nuestros resultados muestran una clara diferenciación de los vascos respecto a las poblaciones circundantes, con los grupos francocántabros de habla no euskérica situados en una posición intermedia», escriben los investigadores tras haber comparado más de 600.000 marcadores genéticos de cada individuo. «Hemos comprobado que los vascos son sutilmente diferentes desde el punto de vista genético. No tanto como se creía hasta hace poco. Se parecen más a sus vecinos de La Rioja, Cantabria y Burgos que a otras poblaciones más alejadas. Cuanto más te alejas de la región vasca, mayor es la diferencia genética», ha explicado a este periódico André Flores-Bello, biólogo del IBE y primer autor del artículo.

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Vista del castro de Arrola, de la Edad del Hierro. Diputación foral de Bizkaia

El nuevo estudio confirma que los vascos comparten su origen con el resto de los pueblos ibéricos: son fruto del mestizaje entre paleolíticos autóctonos y los inmigrantes neolíticos que trajeron a la península la agricultura y la ganadería. «Los vascos no tienen un origen ancestral distinto que el resto de los europeos. Sus peculiaridades se establecen a partir de la Edad del Hierro», dice Comas. «El enigma del origen de los vascos ya no es tal enigma», afirma Flores-Bello. Si uno quisiera saber cómo eran los pobladores peninsulares de hace 3.000 años, podría hacerse una idea muy aproximada mirando el genoma de un vasco actual, coinciden los dos investigadores.

«Hemos comprobado que los vascos son sutilmente diferentes desde el punto de vista genético. No tanto como se creía hasta hace poco»

André Flores-Bello | Biólogo

«Lo que hemos visto es que, a partir de la Edad del Hierro, los vascos permanecen prácticamente aislados genéticamente. No se meclan ni con los romanos ni con poblaciones del norte de África». A falta de accidentes geográficos, como la insularidad, que favorecieran el aislamiento, los autores creen que el menor mestizaje se debería al euskera. La lengua se levantaría como una barrera entre sus hablantes y las poblaciones circundantes. Eso posibilitó que el perfil genético de aquella población de la Edad del Hierro persistiera prácticamente inalterado tres milenios, mientras que el del resto de los grupos de la península se fue diluyendo con el tiempo, con las llegadas de fenicios, griegos, romanos, árabes...

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Genoma y dialectos

Los habitantes del territorio vascoparlante tampoco son un grupo tan homogéneo como cabría esperar. Los investigadores han detectado ciertas diferencias genéticas entre grupos. «Hay una asociación significativa con la geografía. Los grupos más cercanos geográficamente se parecen más genéticamente que los que están más separados. Esto no es raro. Se suele ver en todas las poblaciones humanas. Pero lo peculiar es que se dé una diferenciación tan clara a una escala tan pequeña. Intuimos que tiene que ver con la distribucion dialectal porque vemos cierta relación entre las diferencias genéticas y los dialectos», explica Flores-Bello.

«Hasta ahora se pensaba que los dialectos del euskera se formaron a partir de la Edad Media; nosotros postulamos que pueden haber surgido mucho antes»

David Comas | Biólogo

«Hasta ahora se pensaba que estos dialectos del euskera se formaron a partir de la Edad Media, pero nosotros postulamos que pueden haber surgido mucho antes y por eso se relacionan con la estructura genética», subraya Comas. El del euskera es un caso único porque, aunque en la península de la Edad del Hierro se hablaban otras lenguas no indoeuropeas, la vasca fue la única que sobrevivió, recuerda el jefe del jefe del grupo de Diversidad del Genoma Humano del IBE.

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