El virus de Wuhan colapsa China
Numerosas ciudades decretan la máxima emergencia sanitaria, gran parte del país echa el cierre, y los hospitales rechazan a pacientes por falta de medios
zigor aldama
Sábado, 25 de enero 2020, 07:50
Se supone que el Año de la Rata inaugura este sábado una etapa de prosperidad, pero China no lo ha podido comenzar con peor suerte ... . La epidemia del coronavirus de Wuhan -oficialmente conocido como 2019 nCoV- continuó propagándose el viernes por todo el país a pesar de las drásticas medidas impuestas en una docena de ciudades de la provincia de Hubei, epicentro de la infección. El corte total o parcial del transporte público afecta ya a más de 40 millones de personas, y el número de infectados se acerca rápidamente al millar. En toda China, solo Tíbet se mantiene libre de contagio.
Pero, sobre todo, preocupa que la cifra de fallecidos -26- sea cada vez más similar a la de quienes se han recuperado del virus -36-, algo que hace temer un aumento de su tasa de mortalidad. Además, también se confirmó la primera muerte en Hubei de un hombre joven y sano que rompe con el perfil que tenían hasta ahora las víctimas que han perdido la vida: personas mayores aquejadas por otras dolencias. No es de extrañar que, con todos estos datos sobrevolando las cenas de cientos de millones de familias, la Nochevieja lunar se caracterizaba por el temor y no por las risas fáciles y los números musicales de la gala de Año Nuevo que cada año congrega a casi mil millones de personas frente al televisor.
Además, las autoridades de las principales megalópolis decretaron la emergencia sanitaria de nivel 1, el mayor en una escala de cuatro. Eso supone que todos los acontecimientos públicos quedan cancelados hasta nuevo aviso, y que aquellos lugares en los que hay riesgo de que se produzcan aglomeraciones de gente deben ser clausurados: atracciones turísticas -incluidas algunas como la Ciudad Prohibida o la Gran Muralla-, cines, centros de formación, e incluso Disneylandia se vieron obligados a cerrar hasta próximo aviso. Las Autoridades de Shanghái, que se cuentan entre las que han actuado con más celeridad, anunciaron que centros formativos como guarderías y academias no retomarán el curso al menos hasta el 29 de febrero, y las de Pekín advirtieron de que pondrán en cuarentena a cualquiera que llegue de Wuhan, independientemente de que sufra síntomas o no.
En cualquier caso, la situación más delicada se sigue viviendo esa ciudad, donde el desabastecimiento de los hospitales y la situación del personal sanitario son cada vez más críticas. Un vídeo viral en las redes sociales, supuestamente filmado por la enfermera de uno de los principales centros de salud de esta urbe de 11 millones de habitantes, mostró cómo tres cadáveres yacían en el suelo cubiertos por sábanas mientras los pacientes en busca de tratamiento esperaban al lado. «¡Aquí llevan toda la mañana! ¡Estas son las condiciones en las que tenemos que trabajar!», se lamentaba quien grabó las imágenes, que fueron borradas de las redes sociales chinas. También se divulgaron clips en los que el personal criticaba la falta de medios e incluso pedía donaciones para los hospitales.
Según el diario South China Morning Post, algunos centros sanitarios de Hubei fueron todavía más lejos y comenzaron ayer a rechazar pacientes. Las camas y los kits para realizar pruebas escasean, y la avalancha de casos dudosos -los síntomas pueden ser similares a los de una gripe- llevaron a que algunos médicos pidiesen que la gente regrese a sus hogares. «No hay suficiente personal en el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades», reconoció una doctora que declinó revelar su identidad. «No podemos realizar pruebas a todos los pacientes. Algunos han entrado en pánico y quieren que se les hagan los tests de forma inmediata, y eso es imposible», añadió. Esta es una revelación importante porque los casos solo se contabilizan una vez que el Centro confirma la enfermedad, razón por la que muchos temen que las cifras oficiales sean muy inferiores a las reales.
Falta de víveres
Quienes no están infectados tienen otros problemas. Por ejemplo, encontrar comida. Muchos comercios y casi todos los supermercados sufren una importante falta de víveres, y una residente de Wuhan afirmó a este periódico que los precios han aumentado considerablemente. «Hoy he comprado una col por 37 yuanes (5 euros). ¡Es más de cuatro veces el precio de antes de la crisis sanitaria!», se quejaba Wu Meiming. Sin duda, las críticas a las Autoridades continúan lloviendo, y la mayoría tiene a la misma persona en su diana: el alcalde de Wuhan, Zhou Xianwang.
La opinión pública le acusa de haber ocultado información, de haber respondido tarde, y de haber tomado las decisiones incorrectas hasta que el gobierno central se puso al frente de la gestión de la crisis. Incluso circularon rumores sobre su detención, algo que no es descartable porque China a menudo castiga con dureza a los políticos que provocan, por acción u omisión, una catástrofe de estas características. Además del elevado precio humano que se está cobrando, también tendrá un impacto severo en la economía.
El Instituto para el Estudio del Turismo Chino (COTRI, por sus siglas en inglés) afirmó en un comunicado remitido a este diario que China podría perder este año entre medio y un punto porcentual del crecimiento de su PIB, que ya se encuentra en el nivel más bajo desde 1990. Y eso siempre que la epidemia no se convierta en pandemia, algo que la operación retorno tras las festividades de Año Nuevo podría propiciar, porque se estima que unos 400 millones de personas tienen previsto desplazarse de regreso a los lugares en los que trabajan. Como apuntan muchos expertos, esta crisis ha llegado en el peor momento para China
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