Cantabria da por hecho que recuperará la movilidad con Euskadi a partir del viernes

El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, avanzó este lunes tras mantener una conversación con el lehendakari Iñigo Urkullu que los dos gobiernos se reafirman en la idea de recuperar la movilidad entre ambas comunidades a partir de este viernes, 48 horas antes de que concluya de forma oficial el estado de alarma, que quedaría desactivado desde ese mismo día. Ambas comunidades comparten intenciones, aunque de momento solo las ha confirmado el Ejecutivo cántabro. Desde lehendakaritza aplazaron a este martes la toma de cualquier decisión oficial al respecto ya que Urkullu prefiere contrastar la opción en Consejo de Gobierno.

La decisión de adelantar el fin del estado de alarma contará con el aval también de Salud. La consejera de Salud, Nekane Murga, señaló que la situación sanitaria y epidemiológica de Euskadi tras la primeras semana de camino en la fase tres de la desescalada es «óptima». No pudo ser más clara a la hora de valorar si existen garantías suficientes para retomar el aplazado deseo de Urkullu de levantar el estado de alarma antes de que el propio calendario lo precipite.

Con esos mimbres y con un panorama más claro que la pasada semana en cuanto al control de los rebrotes en Basurto y Txagorritxu, el lehendakari podría plantear este lunes su decisión en Consejo de Gobierno y valorar si existe consenso para llevarla adelante, lo que conllevaría la necesidad de presentar en 48 horas un nuevo decreto que permita levantar el estado de alarma, anule el actual para la tercera fase del estado de alarma y sitúe a Euskadi en la nueva normalidad. Una normalidad que apenas reportará novedades al día a día de los vascos, ya que las limitaciones de aforos tanto en bares como en transporte público ya han decaído en la fase tres. Los comercios sí que verán mejorar esos aforos, ya no habrá límites -más allá del sentido común y la distancia interpersonal- para las reuniones de personas y las autoridades podrán multar con hasta 100 euros a las personas que no lleven mascarilla en los lugares donde sea obligatorio o se pueda respetar la distancia de seguridad -que el Gobierno central ha situado en 1,5 metros-. Galicia, de momento, es la única comunidad que ha estrenado ya esa nueva normalidad, tras levantar ayer las restricciones del estado de alarma por su positiva evolución epidemiológica.

La primera intención del Ejecutivo vasco fue la de seguir en los pasos a Galicia y levantar el estado de alarma ya el 15 de junio, sin embargo, la aparición de los brotes en Basurto y Txagorritxu y el consecuente incremento en la aparición de nuevos positivos aplazó la decisión a esta semana. Eso y que tanto Navarra como Cantabria se mostraron más prudentes ante un escenario inexplorado.

Pero ahora, parece que los fantasmas que se hicieron presentes la pasada semana se han esfumado y el horizonte se presenta algo más claro. Si hace siete días la consejera de Salud hablaba de «cambio de tendencia» de la epidemia con el incremento de contagios provocado por los brotes hospitalarios -se superó la veintena de nuevos casos en algún día-, este lunes consideró que la situación es «muy buena». Murga apuntó que «estamos muy satisfechos porque tenemos un número bajo de casos y los focos consideramos que están controlados».

Murga destacó que la detección de los focos es señal de que «el sistema de vigilancia y control ha funcionado» y advirtió que su aparición debe llevar a «no bajar la guardia». Sin embargo, y en línea con las palabras del domingo del lehendakari que calificó de «distorsión» en la evolución la suma de los nuevos brotes, la consejera sostuvo que el dar a conocer estos casos ha podido generar «una sensación de urgencia o gravedad» en torno a la situación real de la pandemia que puede llevar a «magnificar los hechos».