El avance descontrolado de la pandemia augura restricciones para Navidad

«No estamos consiguiendo frenar el avance de la pandemia». Por sexta vez en 20 meses, esta preocupación martillea la cabeza de los profesionales sanitarios y responsables políticos de Euskadi. Ayer esa reflexión, que incorpora una mezcla de asombro e impotencia, fue verbalizada por la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui (PNV), quien avanzó que el sábado se habían contabilizado más de 800 nuevos positivos –hasta el momento, ninguno de la nueva variante Ómicron– y registrado 37 hospitalizaciones por Covid, una de ellas de un menor de edad. «La situación es preocupante», recalcó. Con 800 contagios diarios y al alza, en las anteriores ocasiones ya se hablaba abiertamente de 'ola'. Ante este «ascenso claro» en la cifra de contagios y de la tasa de incidencia, Sagardui anticipó que si en los próximos días, y de cara a las fiestas navideñas, «hace falta poner más medidas, tendremos que adoptarlas».

No es un vaticinio nuevo. Cuando el lunes pasado el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco rechazó que se pueda exigir en Euskadi el pasaporte Covid para entrar a determinados restaurantes y establecimientos de ocio nocturno, el Ejecutivo autonómico ya avisó de que ante el actual escenario de expansión del virus «no podía esperar para tomar medidas». Cierto es que ha pasado una semana y no ha tomado ninguna decisión concreta, más allá de pedir sin éxito al Gobierno central que regule la exigencia del pase sanitario a nivel estatal, desdecirse de lo afirmado dos días antes y recurrir ante el Tribunal Supremo el fallo del TSJPV, y anunciar que volverá a decretar el estado de emergencia sanitaria para poder aprobar medidas más contundentes si se superan los 50 pacientes UCI en los hospitales vascos y continúa la tendencia ascendente de la pandemia.

El aviso no es nuevo pero los tonos son cada vez más contundentes, como preludio de lo que está por venir. De las dos condiciones establecidas para volver a decretar el estado de emergencia sanitaria, pandemia al alza y 50 camas UCI ocupadas, la primera no hay duda de que se cumple. Los más de 800 positivos de anteayer se comparan con los 595 del sábado anterior; la tasa de incidencia estaba la semana pasada ya en 374 casos, frente a los 247 de siete días antes, con Gipuzkoa destacada con 648 (subiendo desde los 420); y el índice reproductivo (1,29) indica que el virus sigue en fase expansiva.

También empieza a inquietar la situación en los hospitales. El jueves había, según el último dato publicado, 36 camas UCI ocupadas por pacientes Covid, frente a las 30 de la semana anterior y las 24 del día 8. A la espera del boletín de mañana, Sagardui señaló que también se han producido en los últimos días «nuevos ingresos» en las unidades de críticos, si bien la cifra total «se compensa con alguna baja y algún fallecimiento».

El jefe de la UCI del Hospital Donostia, Félix Zubia, fue más explícito respecto a la realidad de su unidad, la única UCI de la red pública en Gipuzkoa. En Euskadi Irratia mostró su preocupación ante el hecho de que «estamos subiendo la cifra de pacientes Covid» y, aunque la situación no es aún de saturación, «no sabemos qué margen tenemos para aguantar».

De hecho, según ha podido saber DV, en el centro donostiarra se produjo durante la medianoche del domingo el traslado no programado de al menos una paciente de UCI a planta para liberar plazas ante la creciente necesidad de albergar enfermos críticos de Covid. Igualmente, Osakidetza ha derivado en las últimas jornadas al menos dos pacientes críticos de San Sebastián a la unidad de críticos del Hospital de Txagorritxu, en Vitoria, según informa eldiario.es.

Reflejo de que la presión en las UCI, al menos en la del Hospital Donostia, es ya elevada. Zubia lamentó en este sentido que «se deberían haber tomado ya medidas, como haber pospuesto ya cirugías no urgentes». Detalló que «dos de cada tres pacientes atendidos en la UCI donostiarra entre julio y octubre no estaban vacunados», pero apuntó que «en las últimas semanas se constata un aumento de ingresos de vacunados».