Neuroestimulador medular para combatir el dolor lumbar

El anestesista Juan Martínez, de la Unidad del Dolor de Policlínica Gipuzkoa, ha intervenido a una paciente de 43 años con dolor lumbar agudo y crónico para colocarle un neuroestimulador medular. Esta mujer padece un dolor cronificado desde hace tres años y ha sido intervenida sin un resultado del todo satisfactorio, con lo que este novedoso aparato de última generación, que se ha implantado por primera vez en Policlínica Gipuzkoa, le aliviará el dolor y le permitirá mejorar su calidad de vida.

El doctor explica cómo la paciente «tiene una lumbalgia crónica de la que ha sido intervenida. Se le hizo una artrodesis, con una fijación en varios niveles lumbares con tornillos y dos barras para fijar los niveles lumbares y evitar así ese dolor». El resultado no fue el esperado y ahora la mujer «lleva más de tres años con ese dolor lumbar que le incapacita y con irradiación hacia las dos piernas». Por tanto, «después de varios procedimientos intervencionistas» han apostado por los electrodos epidurales para la estimulación medular como solución a esos fuertes dolores y como vía para mejorar su calidad de vida.

El anestesista Juan Martínez explica cómo estudian la implantación de esta solución midiendo previamente las respuestas de la paciente a la neuroestimulación medular: «Antes de la intervención se hacen escalas en la paciente y estas nos fueron indicando una tasa de éxito por encima del 95 %. Tras la intervención podremos aliviar el dolor, no al 100 %, porque habrá momentos de alguna molestia, pero la paciente va a tener una calidad de vida mucho mejor que hasta ahora y podrá hacer una vida casi normal».

El neuroestimulador implantado a esta paciente en Policlínica Gipuzkoa por el anestesista Juan Martínez es un modelo de última generación que apenas lleva siete meses en el mercado. Así detalla las características del dispositivo el doctor Martínez: «Es un cable muy fino que se coloca en el espacio epidural, que es la zona que recoge el dolor. Se conecta a una pequeña batería que tiene unos 3,5x3 centímetros de superficie y un centímetro de grosor. Es casi más pequeño que un marcapasos». El aparato «funciona de manera automática y la batería se implanta en el subcutáneo, en la zona de la tripa o del glúteo. Desde el exterior no se ve y, con el pequeño contacto de un imán se puede recargar esta batería cada 5, 7 o 10 días y dura hasta 12 años».

Una vez instalado, es el momento de adaptarse a las terapias que ofrece el aparato: «Los nuevos implantes que se ponen hoy en día tienen varias terapias. Se ha avanzado mucho en este campo y no hay una sola. La paciente puede combinarlas todas entre ellas y durante los próximos meses buscará con cuáles se siente mejor. Se suele tardar unos meses porque cada paciente es diferente y hay que encontrar la adecuada».

La implantación de un neuroestimulador ha permitido a Josune Alberdi, paciente del Dr. Juan Martínez, mejorar «muchísimo» de un dolor en la pierna izquierda que le impedía hacer vida normal y que «me estaba matando poco a poco»

Josune Alberdi vivió durante «bastante tiempo» padeciendo «muchísimo dolor». Intenso e incesante, recuerda que «me bajaba de las lumbares y por toda la pierna izquierda, de arriba a abajo, hasta la punta del dedo» y que «fue aumentando cada vez más».

Ello derivó en un «sufrimiento» que Josune padecía «día y noche» y por el que «no podía hacer una vida normal. Porque ya no podía ni dormir, ni comer, ni caminar, ni pensar… ni otras muchas cosas» que cualquier persona hace en su rutina. Así, su vida se limitó durante «mucho tiempo» a «ir a trabajar con gran sufrimiento, porque soy un poco burra; salir del trabajo e ir a casa, a la cama, a intentar descansar un poco, aunque el dolor no me dejaba. Pasaba tumbada un par de horas, me levantaba para hacer lo que podía y, al día siguiente, ir a trabajar, otra vez, sin dormir».

Una situación insostenible que «me estaba matando poco a poco» y que se alargó «hasta que ya no podía seguir así». Y Josune no dudó en ponerse en manos del Dr. Juan Martínez, especialista de la Unidad del Dolor Crónico de Policlínica Gipuzkoa, quien le implantó un neuroestimulador como solución a su caso. «Confié mucho en él porque necesitaba algo que me permitiera descansar», afirma Josune, quien reconoce que su situación era tan cruda que «ni siquiera tenía miedo».

La intervención quirúrgica se llevó a cabo en noviembre y la paciente no duda en reconocer que «esta operación ha sido para mí la lotería de Navidad». Satisfecha con el resultado, la operación le ha permitido «solucionar, en parte, el dolor de la pierna izquierda» que, aunque «no ha desaparecido» del todo, «ahora no tiene nada que ver. No es más que un pequeño runrún» por lo que considera que «he mejorado muchísimo».

Respecto a la experiencia de la operación guarda un «buen recuerdo». Josune apunta haber recibido «un trato muy bueno» tanto por el «equipo magnífico de quirófano» como «en el despertar, en la habitación…». Y pudo disfrutar de una corta estancia hospitalaria pues «al día siguiente de la operación ya estaba en casa por la tarde».

Los efectos del tratamiento fueron inmediatos, pues «desde el día que me operaron he podido dormir. No sé ni explicar de qué manera ha cambiado mi vida» tras esta intervención. Por su parte, la recuperación va «poco a poco» y no esconde que «me ha costado recuperarme. Las lumbares me están dando un poco de trabajo, pero en ello estamos y me estoy recuperando».

Tal es la satisfacción de Josune que no duda en recomendar a cualquier persona que se sienta identificada con su testimonio a «que se pongan en manos del Dr. Martínez sin pensar y con los ojos cerrados».