«El mal funcionamiento del corazón por la insuficiencia cardíaca... frecuentemente afecta al riñón»

En cuanto a la predisposición a sufrir insuficiencia cardiaca, el cardiólogo de Policlínica Gipuzkoa indica que «la tiene cualquier persona que haya sufrido una alteración estructural o en el funcionamiento del corazón, ya sea por problemas de arritmias, valvulares, o por haber sufrido un infarto». De hecho, apunta que «la causa más común» de esta enfermedad «suele ser la enfermedad coronaria», es decir, pacientes que han padecido un infarto o una angina de pecho, siendo estas cardiopatías isquémicas «más frecuentes en varones».

Es por ello que, si bien la insuficiencia cardiaca en si no se puede prevenir, sí puede hacerse con las enfermedades como la coronaria, que predisponen a sufrirla, indicando el Dr. Navarrete que es conveniente «llevar un adecuado control de la tensión, del colesterol y del azúcar en pacientes diabéticos». Junto con ello, apunta la conveniencia de «evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol» e insiste en llevar hábitos de vida saludable como son «una dieta baja en sal, en carbohidratos y en grasas saludables», así como «una actividad física aeróbica diaria de, al menos, de 30 o 45 minutos al día, refiriéndose a ejercicios como salir a caminar»

La insuficiencia cardíaca es «la dificultad que tiene el corazón, bien para llenarse, bien para bombear la sangre con la fuerza necesaria para el correcto funcionamiento de los órganos y tejidos del cuerpo». Es la definición que realiza el cardiólogo de Policlínica Gipuzkoa, Gonzalo Navarrete, de cuya mano vamos a conocer todos los detalles de esta enfermedad. «Su manifestación se da mediante una serie de signos y síntomas típicos entre los que «los más frecuentes» son las fatigas de esfuerzo o de decúbito -al estar tumbado-, la necesidad de incorporarse rápidamente o la retención de líquidos, manifestándose esta última como edemas en las piernas o hinchazón, distensión abdominal o encharcamiento de pulmones», afirma Gonzalo Navarrete.

En cuanto a la predisposición a sufrir insuficiencia cardiaca, el cardiólogo de Policlínica Gipuzkoa indica que «la tiene cualquier persona que haya sufrido una alteración estructural o en el funcionamiento del corazón, ya sea por problemas de arritmias, valvulares, o por haber sufrido un infarto». De hecho, apunta que «la causa más común» de esta enfermedad «suele ser la enfermedad coronaria», es decir, pacientes que han padecido un infarto o una angina de pecho, siendo estas cardiopatías isquémicas «más frecuentes en varones».

Es por ello que, si bien la insuficiencia cardiaca en si no se puede prevenir, sí puede hacerse con las enfermedades como la coronaria, que predisponen a sufrirla, indicando el Dr. Navarrete que es conveniente «llevar un adecuado control de la tensión, del colesterol y del azúcar en pacientes diabéticos». Junto con ello, apunta la conveniencia de «evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol» e insiste en llevar hábitos de vida saludable como son «una dieta baja en sal, en carbohidratos y en grasas saludables», así como «una actividad física aeróbica diaria de, al menos, de 30 o 45 minutos al día, refiriéndose a ejercicios como salir a caminar».

Ante un paciente con insuficiencia cardiaca, el cardiólogo de Policlínica Gipuzkoa Gonzalo Navarrete, destaca que «es fundamental que el tratamiento sea multidisciplinar e integral, involucrando a diversas especialidades médicas en su estudio». La razón que esgrime el especialista es clara: «El mal funcionamiento del corazón está relacionado con diversas patologías y puede afectar o dar lugar al mal funcionamiento de otros órganos, siendo frecuentemente el más afectado el riñón. Ello deriva en que la Unidad de Insuficiencia Cardiaca, generalmente liderada por cardiólogos, involucren a otros muchos especialistas, siendo clave el papel de la enfermería y de los profesionales de otras especialidades como, por ejemplo, medicina interna y nefrología».

Ahondando en esta última, Gonzalo Navarrete explica que la Unidad de Insuficiencia Cardiaca y la Unidad Cardiorrenal «están íntimamente relacionadas porque el corazón y el riñón lo están» y argumenta que es necesario porque «es muy frecuente que una vez falla el corazón, se produzca un deterioro de la función renal, o viceversa». Pero no es el único motivo ya que, además, «algunos de los tratamientos farmacológicos que administramos a los pacientes con insuficiencia cardiaca pueden producir un deterioro de la función renal».

Ello nos lleva a hablar del tratamiento de la insuficiencia cardiaca que, tal y como explica el cardiólogo de Policlínica Gipuzkoa, Gonzalo Navarrete, «esta basado en el tratar la causa desencadenante» que, una vez resulta, se resuelve la insuficiencia. Sin embargo- explica Gonzalo Navarrete «en muchos casos no se encuentra la causa o esta no tiene solución», por lo que se opta por un tratamiento farmacológico que permite «disminuir la mortalidad y los ingresos hospitalarios, al mismo tiempo que mejorar la calidad de vida del paciente. En función de la evolución que presente, se irá derivando al paciente a otro tipo de consultas o de tratamientos como puede ser marcapasos, desfibriladores, rehabilitación cardiaca… depende de la causa».

Por último, el cardiólogo señala que es también muy importante en qué momento se encuentre el paciente, «ya que expone que, si la descompensación es reciente, tiene muchas más posibilidades de volver a descompensarse y, por tanto, necesitará un seguimiento mucho más estrecho. El riesgo de recaída es menor en pacientes con insuficiencia cardiaca crónica, en los que se puede establecer un seguimiento menos espaciado porque tienen menos probabilidades de reingresar».