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Sara Esparza, fisioterapeuta especializada en uro-ginecología, responsablede rehabilitación de suelo-pélvico en Policlínica Gipuzkoa
Policlínica Gipuzkoa

«El fortalecimiento del suelo pélvico ayuda a controlar la incontinencia urinaria y también las disfunciones sexuales femeninas»

Hablamos sobre la importancia del fortalecimiento del suelo pélvico en las mujeres con Sara Esparza, fisioterapeuta especializada en uro-ginecología, responsable de rehabilitación de suelo-pélvico en Policlínica Gipuzkoa, vicepresidenta de la Sociedad Española de Pelvi-Perineología, y profesora de uro-ginecología en la Escuela Universitaria Gimbernat y en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Miércoles, 20 de septiembre 2023, 12:52

Son muchas las mujeres que sufren de disfunciones pelvianas, tales como la incontinencia urinaria, descenso de la matriz o la vejiga, infecciones urinarias de repetición, o disfunciones sexuales como dolor en las relaciones, dificultad de llegar al orgasmo, falta de lívido.

A menudo vemos anuncios de compresas para las pérdidas de orina en la mujer, como si fuera algo frecuente y normal, ¿realmente es así?

Sí, desgraciadamente una de cada tres mujeres sufre de pérdidas de orina. A muchas les ocurre al saltar, correr, estornudar, y a algunas incluso al andar. En términos médicos se llama incontinencia urinaria de esfuerzo.

Que sea muy frecuente no quiere decir que sea normal, ya que demuestra que hay un debilitamiento del suelo pélvico. El suelo pélvico son los músculos que cubren por debajo la pelvis y que sujetan la vejiga, el útero, el recto… Cuando estos músculos se debilitan los órganos tienden a caer y pueden aparecer pérdidas de orina, o peso en la vagina, estreñimiento, incontinencia a gases o heces…

¿Por qué se produce ese debilitamiento del suelo pélvico?

Hay varios factores: el parto por ejemplo es un factor de riesgo. Por eso es interesante realizar una preparación del suelo pélvico y de la pelvis durante el embarazo, para evitar desgarros y facilitar el parto. Tras el parto, es de suma importancia rehabilitar el periné, el abdomen y la postura.

Y además del parto, ¿qué otras cosas influyen negativamente?

En general, aquellos factores que aumentan la presión sobre el suelo pélvico, por ejemplo, el estreñimiento que obliga a realizar esfuerzos, estornudar o toser mucho y aquellos deportes que son a base de saltos, correr, aerobic, tenis, hacer abdominales tradicionales…

¿Hacer ejercicios abdominales resulta perjudicial para el suelo pélvico?

La práctica de ejercicios abdominales clásicos como la flexión de tronco o elevación de piernas aumentan la presión abdominal y debilitan el suelo pélvico. Realizamos un estudio en 80 mujeres jóvenes, que no habían tenido hijos, donde se evidenció que la práctica de abdominales realizados a diario durante un mes disminuye el tono perineal en un 20 % de media. En ocasiones se plantean ejercicios abdominales, en los que se solicita una contracción perineal simultanea para evitar este hecho, pero resulta ineficaz. El problema es el aumento de presión que en sí los abdominales provocan.

Para realizar un trabajo de tonificación abdominal el ideal es la práctica de técnicas hipopresivas, que además de ser muy eficaces para el abdomen, resultan tonificantes también para el periné, y para normalizar las tensiones musculares posturales.

¿Y da buenos resultados?

Si, muy buenos. Más del 80% de los casos solucionan así sus pérdidas de orina, y en general desde las primeras sesiones hay una mejoría evidente.

Además, existen técnicas quirúrgicas que dan resultados excelentes en el caso de que el grado de descenso de órganos sea severo, o en el caso en el que la rehabilitación no resulte eficaz.

En la incontinencia urinaria de urgencia, que es cuando se sienten ganas de orinar repentinas, dificultad de inhibir el deseo de micción, aumento de la frecuencia miccional, a menudo se acompaña el tratamiento rehabilitador con fármacos, que permiten obtener resultados óptimos para este incómodo síntoma.

Para todo esto se realiza un diagnóstico por parte del urólogo, que realiza una serie de pruebas, y en colaboración con el fisioterapeuta se establece el tratamiento óptimo para cada paciente.

¿Cúando tiene una mujer que consultar y realizar una evaluación del suelo pélvico?

Desde luego tendrían que acudir todas aquellas mujeres que hayan notado, aunque sea de forma ocasional, pérdidas de orina al toser, saltar, correr…, o si notan un peso en la vulva, o que les entra aire el la vagina, o agua cuando van a nadar, si se les caen los tampones higiénicos, si se les escapan los gases o no llegan al baño. Todos estos son síntomas de que hay una debilidad perineal.

¿Y para hacer una prevención?

El ideal, sería hacer una evaluación en el embarazo, el post-parto y la menopausia, que son momentos de fragilidad para el suelo pélvico

¿Justo después del parto?

Hacemos una evaluación al mes y medio del parto, a no ser que haya síntomas antes (Incontinencia, dolor, y en ese caso se les evalúa antes.

Pero la verdad, aunque haga unos años que han dado a luz, sería importante realizar una exploración muscular perineal y abdominal, porque muchas tras el parto no hay síntomas pero sí debilidad , y los síntomas aparecen a los años.

Y si hace mucho tiempo que tenemos la incontinencia ¿también tiene solución?

Mi paciente más añosa fue una mujer de 87 años, que se recuperó fenomenal, a pesar de llevar tiempo con la incontinencia. Pero evidentemente depende del problema que presente la paciente, se debe evaluar.

¿También tratáis las disfunciones sexuales femeninas?

En todo caso, primero realizamos una exploración para identificar el problema y ver si se puede o no rehabilitar, pues en alguna ocasión la única solución es la cirugía. No obstante, son rehabilitables el 80% de los casos.

Una vez hecho el diagnóstico planteamos el tratamiento de rehabilitación que consistirá entre 5 y 8 sesiones en las que se aplican diversas técnicas como la electroestimulación, el láser, el biofeedback, la regeneración del tejido conjuntivo, técnicas hipopresivas y osteopatía.

Los datos nos muestran que el 67 por ciento de las mujeres adultas presentan síntomas de deficiencia sexual que cursan con déficit del deseo sexual entre un 37 y un 53 por ciento, anorgasmia o ausencia de orgasmo entre el 42 y el 36 por ciento, fallo de lubricación entre el 29 y el 22 por ciento, y dispareunia o dolor coital entre el 29 y el 18 por ciento o vaginismo en un 5 por ciento.

Tras el parto, por ejemplo, puede quedar un dolor en el coito a raíz de una episiotomía o un espasmo muscular contralateral a la misma. Además, en ocasiones la vagina y vulva quedan muy abiertas y eso disminuye la sensibilidad coital.

En la menopausia son frecuentes los problemas de libido y sequedad vaginal derivadas del déficit estrogénico.

Las mujeres que han recibido tratamientos oncológicos por cáncer ginecológico se ven especialmente afectadas a este nivel, tanto por las repercusiones emocionales que puedan tener, como porque los tratamientos tienen repercusiones hormonales que tienden a aumentar los problemas de lubricación y de libido.

Además, tras la histerectomía o extirpación del útero se puede afectar la inervación vegetativa pelviana.

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