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Juan Céspedes, Jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa.
Policlínica Gipuzkoa

«Las cirugías a través de orificios naturales y a través de técnicas que sean mínimamente invasivas son el futuro»

Juan Céspedes, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa, y su paciente, María Ángeles, relatan cómo solucionaron unos problemas en el útero y los ovarios de la segunda

Martes, 14 de noviembre 2023, 13:19

En Policlínica Gipuzkoa intentan solucionar cualquier tipo de dolencia, incluso esas que parecen imposibles de curar. En ese sentido, el doctor Juan Céspedes, Jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Policlínica Gipuzkoa, explica de primera mano una de sus últimas intervenciones.

«María Ángeles acudió al hospital porque tenía un problema relacionado con el dolor abdominal», recuerda. «Además del dolor, había tenido un episodio de sangrado a pesar de estar en la menopausia desde hace dos años», añade. Hablamos de una paciente «mujer de 48 años, con menopausia desde los 46», contextualiza.

«A raíz de ahí, le hicimos un estudio completo, una exploración ginecológica y una ecografía. En la ecografía diagnosticamos que tenía un útero polimiomatoso, con varios miomas, el mayor de ellos de unos cuatro centímetros de largo. Además de eso, le había surgido un pequeño quiste simple en el ovario izquierdo», revela el doctor. Por si fuera poco, «dentro del músculo uterino tenía lo que parecían dos focos de endometrio».

En ese contexto, «se le propuso hacer una histerectomía», que es una intervención que tiene como objetivo «quitar el útero», puesto que «no hay medicaciones buenas para poder reducir el tamaño de esos miomas» que sufría María Ángeles. Del mismo modo, «se le dio a elegir también quitar los ovarios porque con una edad de entre 50 y 65 años no se sabe si siguen en funcionamiento», expresa Juan Céspedes.

Así, la paciente «al final se decantó también por realizar una doble anexectomía, que consiste en quitar los dos ovarios. Fue una suerte porque en el resultado final también salieron otras cosas en el ovario» que se pudieron solucionar con esta medida.

«La técnica Uve Notes para el posoperatorio es una maravilla. Durante la primera semana sí que igual necesitan que les cuiden, pero a partir de ahí estarían ya para hacer sus pequeñas tareas de casa»

Dr. Juan Céspedes

Una cirugía que deja pocas secuelas

La forma de abordar el problema de María Ángeles fue «a través de una cirugía mínimamente invasiva, la que venimos haciendo desde hace un año», explica el ginecólogo. El procedimiento consiste en hacer «una laparoscopia vía vaginal. La paciente, de esta forma, se beneficia de esta técnica porque provoca menos sangrado, menos dolor, un ingreso más corto y tampoco se le verán heridas, porque utilizamos un orificio natural. Tendrá una cicatriz en el fondo de la vagina, pero esta quedará con la misma largura» después de terminar la operación. «Es una técnica que se llama Uve Notes», especifica Juan Céspedes.

Eso sí, antes de empezar la operación «se hace un estudio preoperatorio, del cual nos encargamos nosotros y también el anestesista», para asegurarse de que no existe ningún peligro para la salud de los enfermos. Por lo demás, «la paciente ingresa el mismo día de la cirugía y en menos de 24 horas, en este caso, estaba dada de alta. La cirugía se hace pronto por la mañana y a veces incluso se pueden ir el mismo día a casa», explica el médico.

«Es una cirugía que se realiza con anestesia general», detalla. De hecho, «muchas veces la paciente te pregunta si ya la has operado porque suelen estar casi sin dolor. Se suele ir por su propio pie y suele estar muy agradecida en ese sentido. Es una cirugía bastante agradecida», revela.

En lo que se refiere al proceso posoperatorio, «más o menos a las tres o cuatro semanas se le suele citar a la paciente para darle los resultados». Transcurrido ese tiempo, «en casi todos los casos la paciente suele estar asintomática y haciendo vida normal», expresa el ginecólogo.

Y es que «la técnica Uve Notes para el posoperatorio es una maravilla. Durante la primera semana sí que igual necesitan que les cuiden, pero a partir de ahí estarían ya para hacer sus pequeñas tareas de casa. La siguiente semana estarán para salir a la calle y dependiendo del trabajo que tengas o del deporte que se practicara antes de la operación, a la cuarta o quinta semana ya estarán para hacer vida normal», cuenta Juan Céspedes. Se trata de un avance muy significativo teniendo en cuenta cómo se procedía hace no tanto, puesto que los tiempos podían llegar a durar hasta meses. «Las cirugías a través de orificios naturales y a través de técnicas que sean mínimamente invasivas son el futuro», defiende el médico.

Por último, después de haberse operado, conviene «empezar con sentido común y poco a poco la vida normal. La mayoría de las veces no se notan molestias», pero la vagina «es un músculo elástico que requiere entrenamiento», avisa.

«Me decían que era normal sentir esos dolores»

María Ángeles da las gracias a Juan Céspedes y a Policlínica Gipuzkoa por haberle solucionado su problema. Sufría grandes dolores y al principio nadie sabía de qué se trataba. «A los 40 años empecé a estar rara y me sentía mal», confiesa. «En el médico me decían que era normal sentir esos dolores», añade.

«Pero yo cada vez me encontraba peor físicamente. Notaba mas cansancio y rareza. Me decían que era por el principio de la menopausia. Me encontraron unos miomas, pero decían que era normal», insiste.

No obstante, llegó un momento en el que María Ángeles vio que tenía que tomar medidas más drásticas. «Tuve un sangrado» y después de analizar un poco «me dijo el médico que tenía pólipos», cuenta. En ese punto, «miré por internet, porque hay que enterarse cómo son las cosas a pesar de que digan que no hay que mirar, y vi que especialistas de mioma hay muy pocos, pero encontré a Juan Céspedes», relata.

«Estoy contenta. Al mes me encontraba muy bien, mucho mejor. Y ahora ya no tengo nada de dolor»

María Ángeles

Paciente

Así, la paciente decidió acudir a su consulta para conocer otra opinión y el médico le explicó cuál era el proceso a seguir, que no era otro que la intervención quirúrgica. Después de contarle todos los detalles, «era una cosa nueva y estaba rara, pero confié», admite. Después de ver los resultados, «estoy contenta», dice.

En cuanto a cómo vivió los momentos de la intervención, «fui después de comer y me operaron por la tarde. Me durmieron y cuando me desperté estaba en la habitación». Era ya la tarde-noche. Después, «dormí durante toda la noche y cuando me desperté me dijeron que estaba todo perfecto y que me podía marchar. Yo pensé a ver si no me iban a mirar nada porque me quedé extrañada, pero me fui. Sí que noté un poco de dolor, pero eran como los que antes tenía. Eran como cólicos pequeños. Me sentía cansada», recuerda. No obstante, «al mes me encontraba muy bien, mucho mejor. Y ahora ya no tengo nada de dolor», admite María Ángeles.

Por lo demás, «la convalecencia depende de cada persona», comenta. «Yo me la tomé muy en serio y con tranquilidad. Al principio con muy poco esfuerzo me cansaba mucho y me dijeron que al mes o así notaría mejoría. Y en efecto, sí que notas. Yo ahora ando en moto grande con mi marido y vamos sin problemas», explica.

María Ángeles tiene claro qué decirles a todas esas mujeres con su mismo problema y que no tienen claro qué hacer. «A ellas les diría que se operen, pero que se informen muy bien», recomienda.

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