Libros para colorear en Fnac Donostia.

Colorear el estrés, más que una moda

El 'boom' de los libros para colorear continúa imparable. ¿Su secreto? Son accesibles, evocan la infancia y «ayudan a abstraerse de los problemas, a centrarse en uno mismo y a activar la energía positiva»

Ainhoa Iglesias

Viernes, 20 de mayo 2016, 18:10

«Si tu día a día se ha vuelto gris, píntalo. ¿De rosa? Bien. Y de tantos colores como quiéras». Éste podría ser el resumen ... de la filosfía que subyace en un fenómeno que ha demostrado ser más que una moda: los libros de adultos para colorear. Una «técnica de relajación que ayuda a abstraerse de los problemas, a centrarse en uno mismo y a activar la energía positiva», asegura la psicóloga Ainhoa Vega.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el estrés se ha convertido en una «epidemia global». Diversos estudios indican que es la segunda causa de los problemas de salud relacionados con el trabajo y que puede originar, o agravar, patologías tan dispares como la ansiedad, la depesión, las lesiones musculares, las dolencias y alteraciones cardiovasculares y los problemas isquémicos o dermatológicos. No es de extrañar, por tanto, que la sociedad sea permeable a actividades que persiguen aliviar ese mal al que el fisiólogo y médico austrohúngaro Hans Selye puso nombre a mediados del siglo veinte.

Las estanterías de las librerías comenzaron a finales de 2014 a exhibir tímidamente títulos que ya cosechaban cierto éxito en Europa, con la promesa de mantener el estrés a raya. O mejor dicho, sin salirse de la raya. Porque lo que prescribían era precisamente eso: centrarse en colorear láminas con un gran número de detalles sin rebasar los márgenes. En menos de un año se conviertieron en un éxito de ventas y 2016 los confirma como una terapia en pleno apogeo que ha llegado para quedarse. Pero, cuidado, «en función del grado de estrés se necesita más que unos lápices de colores para disminuirlo», advierte la psicóloga desde su consulta en la calle Particular Ategorrieta del donostiarra barrio de Gros.

Para saber en qué situación se encuentra cada paciente, Ainhoa Vega utiliza técnicas cognitivo-conductuales. «Se evalúa el grado de estrés, se identifican las situaciones que están generando malestar y se aplican unas técnicas específicas que varian en función de las necesidades de cada persona. Entre éstas estarían, además de muchas otras, la relajación, el entrenamiento en solución de problemas o la inoculación», explica. También actividades específicas como colorear, una forma de cultivar la calma que, recuerda, no es nueva. «Ya el psicólogo Carl Jung a principios del siglo XX descubrió los beneficios terapeúticos del mandala». Es por eso que, en los casos en los que el problema no es grave, suele recomendar esta suerte de arte-teapia que se ha puesto tan de moda, y que «ayuda a reducir el nivel de estrés estimulando la fantasía y la imaginación». Además, apunta Vega, «puede ser realizada por personas de cualquier edad y no requiere ninguna habilidad especial».

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Fácil

Precisamente en ese carácter accesible intuye el ilustrador Richard Merritt que está parte del éxito que han cosechado algunas de sus obras. «La gente está familiarizada con los libros para colorear desde su infancia y hay opciones para todos los niveles», opina en declaraciones a El Diario Vasco. Cree, asimismo, que estos libros son «un refugio en el que aliviar el bombardeo constante de estímulos que nos llegan desde la tecnología moderna, con tonos de llamada, ruidos, luces intermitentes o avisos de aplicaciones, que exigen prestar atención constante a nuestros móviles y tablets. Supongo que evocan una época más simple. Cuando coloreas sólo eres tú ante un cuaderno y algunos lápices de colores».

Merrit es co-autor y autor en solitario de más de una decena de libros para colorear. De sus manos han brotado algunas de las más bellas creaciones para pintar que triunfan en la red y más que sorprenderle el éxito que han cosechado este tipo de obras, lo hace el hecho de que se haya puesto el acento en que son libros «para adultos». «Cuando mi editor me pidió que trabajara en una de estas publicaciones no me pareció una idea extravagante o revolucionaria. Al fin y al cabo, siempre había hecho simplemente arte, ¡no arte infantil!», explica. Y es que Richard Merritt defiende que la creatividad no tiene edad, ni reglas. «Me encanta cuando la gente se vuelve loca y hace un uso del color salvaje. No hay una manera o incorrecta de colorear».

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Respecto al carácter desestresante de esta actividad, no sólo comprueba cada día sus beneficios en carne propia. Además, Richard Merritt asegura recibir multitud de emails de personas que le cuentan cómo han conseguido olvidarse de sus problemas durante un tiempo gracias a sus dibujos. «Colorear permite desconectar de todo lo demás y poner la mente en una especie de 'piloto automático'. Ayuda a resetear el cerebro y a enfocarse con mayor claridad en la siguiente tarea».

Aritz Juaristi, responsable de Librería en Fnac de San Sebastián, corrobora que el 'boom' de los libros para colorear en lugar de remitir, va a más. «Hace años sólo podíamos ofrecer libros para colorear mandalas, o infantiles. Hoy disponemos de un amplísimo abanico de obras para todos los gustos, entre las que se encuentran auténticas joyas como 'El bosque encantado' de Johanna Basford», informa. «Las referencias se han multiplicado por veinte. Casi todas las editoriales apuestan por sacar este tipo de libros al mercado», insiste.

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Respecto al tipo de persona que compra libros para colorear, Juaristi revela que son, sobre todo mujeres.

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